Un verdadero infierno vive por estos días Kike Acuña. El futbolista es funado constante en las redes sociales por Roxana Muñoz, ex pareja que no pierde la oportunidad de echarlo al agua y acusarlo de "papito corazón".
La mediática modelo, con quien vivió una tormentosa relación amorosa, reveló que el ex volante de Universidad Católica lleva años desaparecido, y que tampoco ha demostrado interés alguno por ver a su pequeña Taira. Por lo mismo, no encontró nada mejor que demandarlo en tribunales.
Sin embargo, Acuña rompió el silencio este miércoles en "Intrusos" para defenderse de las feas acusaciones en su contra.
"Eso de que llevo tres años sin preocuparme es falso. Yo venía viendo a mi hija todos los fin de semana. Viajaba a Santiago, me la traía a San Felipe viernes, sábado y domingo. Después tuve un problema con Roxana. Ella me pidió a las 3 de la mañana un día llevar a la Taira a Santiago. Tuve que levantarla. Ahí nos peleamos y por eso yo dejé de ver a la Taita. La vi hace 8 meses la última vez. Tengo fotos y videos con ella", comentó en contacto telefónico con el programa farandulero.
¿Mentiras?
Además, se defendió de la polémica versión de su ex pareja, quien lo culpa de no poner un peso para la pensión de su retoña.
"Es muy complicado. Lo que más me da rabia es que ha mentido tanto. Que yo tengo esto, esto y esto otro, eso es mentira. No trabajo acá en San Felipe. Estoy buscando trabajo. Quiero trabajar. Trabajé el año pasado en las parras cortando uvas. Es un trabajo digno. Yo no tengo vergüenza. Acá todo el mundo sabe que trabajo en las parras, que corto uvas. Yo soy feliz así, pero que me estén cobrando algo que no puedo pagar...", agregó con evidente impotencia.
Pero eso no es todo, pues también entregó su versión de las funas de Roxana. "Que digan que yo no di nada, es mentira. Cada peso que tuve en su momento siempre fue para ella y para mi hija, pero ahora no lo puedo hacer. No me estoy victimizando, pero es mi realidad", aseguró.
Y sobre la misma, se refirió al duro momento económico que atraviesa, el cual le impide pagar más de lo que le están exigiendo.
"Me quitaron mi camioneta porque no la pude pagar. No tengo miedo de decir no tengo auto. Algo que yo si pueda hacer. Juego en un club que se ha portado un 7 conmigo. Me pagan 30 mil pesos por cada partido jugado. Y juego 4 partidos al mes. Son 120 mil pesos mensuales. Ando con las mismas zapatillas de hace dos años y medio que la compré en la feria. Y me las regaló mi mamá. Hago lo que puedo, pero lo que está pidiendo Roxana es demasiado alto para lo que yo puedo pagar", remató.