Hermógenes Pérez de Arce fue diputado del Partido Nacional en 1973. Apoyó el golpe de Estado, participó en la franja del Sí y desde El Mercurio siempre apoyó y avaló el régimen de Pinochet.
Fue candidato al Senado en 1989 por Santiago Oriente, con Sebastián Piñera como compañero de lista. Luego de perder, le agarró una tirria a "la locomotora" -como le decían a Piñera en esa época- que le dura hasta hoy. Confesó hace algunos años en una novela, que tenía un plan militar para rescatar a Pinochet desde Londres y que había un empresario que ofrecía 500 mil dólares para financiar la operación.
¿Acaso tengo una memoria privilegiada? Creo que ustedes tienen claro que no. Lo que les cuento es fruto de un simple y sencillo ejercicio: escribir Hermógenes Pérez de Arce en Google y presionar la tecla Enter. Aparecen decenas de entrevistas, crónicas, columnas, videos y fotografías del personaje, material que nos permite entender qué piensa y en qué cree.
Claramente en Canal 13 ese ejercicio no se hizo. Y quiero pensar que no se hizo, porque si se realizó y se persistió, hay una decisión editorial reprochable.
En días crispados no vale "quemar la pradera" para obtener sintonía. No vale esperar la pelea chica, con descalificaciones de un lado y del otro. No vale traer dos invitados antagonistas al extremo, para que el conflicto se desate y revienten los números. La televisión tiene una responsabilidad social incuestionable y no cabe dudas que llevar a Hermógenes Pérez de Arce al estudio de Bienvenidos fue un error.
Falla del programa
No sólo por el contenido previsible de la visita, sino por sus consecuencias. Porque a este hecho, que para algunos en la "derecha" es un acto de "censura", se le sumó la imprevista salida del estudio de Carlos Zárate que muchos interpretaron como un silenciamiento. Y la credibilidad del canal, se cae.
Por eso es que Tonka, a quien se le ha visto incómoda todo este tiempo, sacó de sí esa cuota de cordura que guarda y terminó por corregir el error de su equipo, invitando a Pérez de Arce a salir del estudio, luego que éste dijera lo que todos sabemos que piensa: que en Chile no hubo violaciones de Derechos Humanos durante la dictadura.
¿Vale hoy llevar a un matinal a Guillermo Teillier y a Camila Flores para que discutan la crisis? ¿Vale llevar a la Garra Blanca y a Los de Abajo para debatir sobre la violencia que se ha producido? A partir del criterio editorial que imperó en el 13, parece que sí. Afortunadamente, está Tonka para frenar la locura.