El crítico de TV analizó el presente del actor de Mega.
En Juegos de Poder me llama la atención la buena actuación de Augusto Schuster; de hecho, me puse a pensar en su evolución.
Lo conocí en Amango, un niño tranquilo con una gran voz y con un futuro que muchos ya veíamos. Se convirtió en el "mino" de la serie. Cada vez que cantaba Sirena, las chiquillas se volvían locas y poco a poco fue creciendo su fama.
Se dedicó un tiempo a la música y luego Mega tuvo la genial idea de incluirlo en su área dramática. Pitucas sin lucas, Pobre gallo y Tranquilo Papá fueron algunas de las producciones donde volvimos a ver su talento en escena.
Hoy tiene una actuación magistral en Juegos de Poder. Con Benjamín Bennet creo que ha hecho el papel de su vida. Un joven resentido, que tras sufrir un accidente automovilístico y matar a alguien, su vida dio un giro inesperado.
Lo hemos visto como el malo de la película, que enfrenta a cualquiera sin importarle quién sea, tiene un carácter fuerte y le ha tocado interpretar escenas muy fuertes y es ahí donde uno se da cuenta el gran actor que es. Puede pasar de la risa al llanto en dos segundos, interpreta a un joven que odia su vida, que odia a su familia y a través de la pantalla se le ve tan cómodo con ese papel, como si llevara años trabajando en lo mismo.