“Nos besamos…”, admitirá el periodista en medio de su conversación en Juego Textual.
Una íntima conversación es la que sostendrá este martes Andrés Caniulef, quien será el gran invitado a un nuevo capítulo de Juego Textual.
El periodista abordará su compleja lucha contra las adicciones y su posterior rehabilitación, como también el cahuín que lo vinculó sentimentalmente con Sergio Rojas, su ex compañero en el Me Late.
De hecho, admitirá que tuvo un encuentro íntimo con su colega. “Sí, nos besamos con él”, confirmará.
Pero eso no es todo, pues también revelará que fueron muy cercanos. “Descubrí a la persona detrás del personaje, un tipo muy sensible y querible, y él buscó en mí abrir su propio camino. Yo sentí una conexión particular con él”, explicará.
Por otro lado, el comunicador se referirá a su momento más bajo, cuando, tras sumirse en una profunda depresión, cayó en las drogas.
“Experimenté con muchas drogas, en el último tiempo la cocaína fue lo que más usé, era lo que estaba más a la mano y te permite ser funcional. También psicotrópicos que te permiten bajar, ravotril, medicamentos para me hacían un cortocircuito en la cabeza, y lo hacían cada vez peor (...) Yo colapsé, mi cuerpo no daba más y terminé desmayado en mi trabajo”, detallará. Incluso, contará que tuvo incluso pensamientos suicidas.
“Hay un momento en el que te cuestionas si vale la pena seguir viviendo, seguir luchando, insistiendo, darse una oportunidad más, y cada vez se hacía más difícil. Yo ya estaba a punto de rendirme”, confesará.
Según detallará, sus problemas se debieron a varios motivos. “Empecé a sentirme vacío. Tuve la fortuna de cumplir todos mis sueños que me propuse cuando niño, había logrado todo eso, pero aún así me sentía vacío. También yo tenía una sobreexposición mediática muy fuerte, mi nombre sonaba en todas partes, era objeto de burla, y esa distorsión me estaba afectando hace tiempo, pero yo no me había dado cuenta ni me había hecho cargo”, relatará.
El relato de Caniulef
Caniulef, además, contará que en ese momento tenía la presión de no haber salido del closet frente a su familia, lo que lo hacía sentir mal.
“Yo no había hablado directamente con mis papás, nunca les había dicho ‘Yo soy gay’ (...) Yo crecí con muchos miedos y siempre a la defensiva porque no quería que me molestaran, que me hicieran bullying, que se me notara en el trabajo. Yo sentía que ellos no lo iban a aceptar, no lo iban a entender, que les iba a hacer un daño enorme y los iba a hacer sufrir”, señalará.
Al final logró salir cuando, mientras trabajaba en Canal 13, empezó a recibir ayuda de parte de amigos y colegas. Finalmente, tras un año de rehabilitación, se refugió en sus padres, con quienes vive hoy, ya curado.
“Es la posibilidad que me dio la vida de redescubrir a mis papás. Tuve un paréntesis en mi relación con ellos desde mi adolescencia hasta esta etapa de crisis, pero tuve una infancia tan bonita con ellos, y la tenía en una nebulosa. Hoy la estoy recuperando y construyendo recuerdos nuevos, y eso me tiene feliz”, rematará.