Fue una de las figuras más emblemáticas de la revista, pero en sus últimos años enfrentó problemas judiciales, adicciones, depresión y la muerte de su hijo.
Ella soñaba con ser como Marilyn Monroe, pero sus esperanzas se vieron truncadas. Un 8 de febrero de 2007, hace 16 años atrás, Anna Nicole Smith vio sus sueños desvanecerse y fue encontrada inconsciente en la habitación 607 del hotel Seminole Hard Rock Hotel & Casino, en Florida.
Poco después, fallecería en un hospital al norte de Miami. Los médicos no pudieron salvarla. Según se reveló en la autopsia, Smith habría fallecido por una sobredosis accidental de medicamentos.
Para ese periodo de su vida, a los 39 años, la vida de la modelo era un caos. Había estado en el foco mediático desde que saltó a la fama, pero no tanto como los últimos años que vivió. Una disputa legal por una herencia, las adicciones y la muerte de su hijo mayor, fueron algunos de los hechos que impactaron en la vida de la conejita de Playboy.
Sin embargo, ¿quién era Anna Nicole Smith antes de la fama? ¿Cómo llegó a ser una de las modelos más favoritas de la revista Playboy? Esta es su historia.
Antes de las luces
Su nombre real fue Vickie Lynn Hogan y nació el 28 de noviembre de 1967 en Houston, Texas. En los primeros años de su adolescencia, Anna Nicole fue enviada a vivir con su tía a un pueblo pequeño llamado Mexia, que no tenía mucho más atracción que un local de pollo frito: Jim’s Krispy Fried Chicken.
No pasaría mucho para que casi a los 15 años, Anna dejara el colegio y comenzara a trabajar como camarera en ese recinto de comida. Allí se enamoró de uno de los trabajadores, Billy Smith. En 1985 se casaron y un año después Anna Nicole tuvo a su primer hijo, a quien llamó Daniel.
La pareja se fue a vivir a Houston con el niño. Sería esa ciudad donde comenzaría a cambiar poco a poco la vida de la modelo, y así lo contaría ella en primera persona.
“Un día entré a un club de strippers creyendo que era un bar y el encargado me dio unos tragos y me convenció de que bailara en topless. Me fui mortificada, pero con US$50 en el bolsillo. A partir de ese momento, debo haber bailado en topless en todos los clubs de la ciudad”, relató Anna Nicole.
Fue así como la modelo se incorporó al club de striptease Gigi’s. Con el pasar del tiempo, tomó la decisión de operarse el busto y teñirse rubia para cambiar su aspecto anterior. Hasta que un día de 1991, mientras Anna Nicole bailaba, un hombre mayor llegó en silla de ruedas al club y quedó impactado por su belleza.
Ese hombre era el magnate del petróleo, J. Howard Marshall, de 86 años. Estaba pasando por un pésimo momento emocional, porque recién había enviudado de su esposa Bettye y su amante, la striptease Lady Walker, también había fallecido por complicaciones médicas tras una operación. Pero cuando vio a Anna Nicole, algo cambió en él para siempre.
En vida, Smith aseguró que esa noche Marshall la invitó a comer y a un hotel de lujo. Cuando ella terminó el show privado que le había pedido el millonario, él le dijo que no tendría que volver a trabajar nunca más.
Desde ese primer instante el petrolero comenzó a brindarle regalos caros para conquistarla: casas, joyas y autos. Le pidió que dejara de trabajar en el club de striptease, porque él podría consentirla en todo, y Anna Nicole así lo hizo. Pese a la diferencia de edad, ambos se divertían y salían a comer junto al hijo de la modelo, Daniel.
La entrada al universo Playboy
En paralelo a esos días de ensueño que vivía Smith, ella vio un aviso que anunciaba la búsqueda de modelos para Playboy. No lo pensó más y mandó sus fotos. Por esos mismos días la había visto Paul Marciano, la mente detrás de la marca Guess, y le comentó sus deseos de que reemplazara a Claudia Schiffer para una campaña publicitaria de jeans.
En marzo de 1992, Anna Nicole fue la portada de la revista Playboy bajo el nombre de Vickie Smith. Un año después, fue escogida nada más ni nada menos que como playmate del año. Las cosas solo parecían ir cuesta arriba en la trayectoria de Smith.
A eso se sumaba que en ese periodo le llegaron varias ofertas para incursionar en el cine: participó en la comedia de los hermanos Coen El gran salto (1994) y también en La pistola desnuda 33 ⅓ (1994). Sin embargo, su éxito avasallador siempre fue mayor en el modelaje.
Un matrimonio controversial
Desde que la conoció, J. Howard Marshall le había implorado a Anna Nicole que se casaran. Ella se negaba, puesto que primero quería construir su imagen y carrera propia, deseo que en 1994 se estaba cumpliendo de acuerdo a sus expectativas.
Ese mismo año aceptó la petición de matrimonio, cuando ella tenía 26 y el petrolero, 89. La boda tuvo lugar en la Capilla White Dove Wedding de Houston. Los dos acudieron vestidos de blanco: ella sujetaba un enorme ramo de flores, mientras que él estaba en la silla de ruedas. Cuando ya la unión estaba hecha, la pareja liberó dos palomas blancas en el templo, ya que era una tradición de aquel lugar.
La relación entre Smith y Marshall siempre estuvo llena de especulaciones mediáticas y del entorno del hombre de que ella se había casado con él por dinero. Se le tildaba de “cazafortunas”. Ella siempre lo negó, pero eso no detuvo que continuaran las acusaciones.
No pocas veces ella tuvo que responder públicamente qué era lo que había visto en el magnate. “Le quería mucho por todo lo que hizo por mí y por mi hijo. Nunca me habían querido, nunca nadie había hecho cosas por mí, nunca nadie me había respetado. Era tan amable”, aseguró la playmate en una entrevista con Larry King, en 2002.
Pero el cuento de hadas entre ambos terminó solo 14 meses después de contraer matrimonio. El 4 de agosto de 1995, J. Howard Marshall falleció de pulmonía tras estar varios meses con un estado de salud delicado. En todo ese tiempo, los hijos de Marshall restringieron las visitas que Smith podía hacerle a su esposo en agonía. A partir de ahí solo llegaron tensiones entre Smith y la familia de Marshall, incluso llegaron a hacer dos funerales por separado. La guerra estaba desatada.
En la ceremonia que organizó Anna Nicole, ella vistió el mismo velo que usó el día del matrimonio. Llegaron casi 30 personas, pero prácticamente ninguna de ellas había tenido la oportunidad de conocer o hablar con J. Howard Marshall. El funeral que organizó la familia, mientras tanto, fue multitudinario. Pero Anna Nicole no estaba incluida entre los invitados.
También había otra situación llamativa. En los seis testamentos que dejó el petrolero, el nombre de Anna Nicole no figuraba en ninguno de ellos. Poco después comenzaría una lucha legal con el hijo de su esposo, Pierce Marshall, y para ello tuvo la ayuda de un aliado impensado: J. Howard Marshall III, otro de los hijos del magnate, quien también había sido desheredado por su padre.
Mientras tanto, la playmate también tenía que luchar con otra arista que apareció en su vida. En 1994, María Antonia Cerrato, una antigua niñera, la demandó por abuso sexual. Como Anna Nicole no se presentó en reiteradas audiencias, la justicia dictaminó a favor de Cerrato y obligó a la modelo a pagarle 850 mil dólares. Smith se declaró en bancarrota después de ese hecho.
Tras varios años de larga batalla en los tribunales por acceder a una parte de la herencia de Marshall, recién en el año 2000 un juez de Los Ángeles emitió un fallo a favor de Smith: 400 millones de dólares deberían ser entregados a la esposa del millonario. Un año después, otro juez de Houston expresó que había que revocar esa decisión. En 2002, nuevamente otro juez dictaminó que la mitad de ese monto debería ser entregado a Smith. Y en 2004, un juez de San Francisco anuló esa última determinación.
Sin embargo, para ese momento ella estaba enfrentando un complicado momento personal. Luchaba con sus propios demonios y nada parecía ayudarla.
El declive de Anna Nicole Smith
En esos primeros años de los 2000, Smith había iniciado con el consumo de medicamentos, drogas y alcohol, al mismo tiempo en que comenzó a experimentar problemas de salud mental. Bajó de peso y ya casi no tenía ofrecimientos para papeles en el cine.
Hasta que en el año 2002 estrenó su propio reality show en el canal E!, The Anna Nicole Show, con el que poco a poco se convirtió en una celebridad de la TV estadounidense. Un par de años después conoció al fotógrafo Larry Birkhead y con él tuvo a su segunda hija Dannielynn el 7 de septiembre de 2006, en Bahamas. Pero al tener a su bebé, Smith echó de la casa al fotógrafo y dio a conocer su relación con el abogado Howard K. Stern.
La alegría de Smith por su segunda hija rápidamente se vio truncada por un hecho que no podría superar. Daniel, su hijo de 20 años, había viajado en avión a Bahamas para conocer a su hermana menor.
Cuando llegó al hospital, el joven se sintió mal y murió en la misma habitación en que se estaba recuperando su madre y la pequeña Dannielynn. Anna Nicole se desesperó. Por más que le hizo primeros auxilios y solicitó ayuda al personal, no pudo evitar la muerte de su hijo. La autopsia posterior arrojó que Daniel había fallecido producto de una sobredosis accidental, tras combinar metadona y antidepresivos.
Anna Nicole jamás se pudo recuperar tras la muerte de Daniel. En su juventud había luchado contra todo por su bienestar, y de repente, quien más amaba había perdido la vida.
Con eso, el declive emocional de la ex Playboy se vio más acentuado aún. Cinco meses después de la muerte de Daniel, la modelo viajó a Florida junto a su pareja Howard K. Stern. Ya había llegado sintiéndose mal, tenía náuseas y fiebre, pero no quiso ir al hospital pese a las recomendaciones de su guardaespaldas.
Hasta que el 8 de febrero de 2007, Anna Nicole Smith falleció en la habitación del hotel en que se alojaba, tras una combinación letal de medicamentos consumidos desde hace días. Tenía 39 años y su hija pequeña, Dannielynn, apenas tenía 5 meses de vida. Así terminaba la vida de una estrella que rápidamente alcanzó la fama, pero que por distintas causas, sus sueños se vieron interrumpidos.
Pese a lo anterior, las controversias en la historia de Anna Nicole Smith continuaron. Antes de su fallecimiento se había iniciado una lucha judicial por la paternidad de Dannielynn, protagonizada por el fotógrafo Larry Birkhead y Howard K. Stern.
En sus últimos meses de vida la modelo manifestaba que la niña era hija del abogado, incluso inscribió su certificado de nacimiento con su apellido, pero Birkhead negaba rotundamente que fuera hija de Stern. Tras los exámenes de ADN, se pudo comprobar que el padre real de Dannielynn era Birkhead.