La Firme con Mario Mezza: “Tonka Tomicic es mi angelito de la guarda”

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

La vida del profesional y empresario podría perfectamente ser una serie de Netflix. Sólo imagínese el primer capítulo: un niño espiando cómo las mujeres salían con peinados pomposos de la peluquería ubicada al final de una galería en Ovalle. Y que conforme fue creciendo, tuvo más trabajos que Condorito —recientemente debutó como modelo— y conoció a más amigos que Roberto Carlos. Nació en Copiapó pero hoy está instalado con su academia en San Miguel. Es íntimo de Tonka Tomicic, tiene un genio de mil demonios pero cree en Dios, y siempre anda “a 200 cuando la velocidad máxima es de 50″. Inquieto, dice que “hay que aprovechar el tiempo porque la vida es cortita”. Por eso ha incursionado en todas las áreas que ha querido —hoy estudia para ser mago—, sin embargo, siempre supo que nació para ser el peluquero de Chile: “La belleza es una aventura y el color es una magia”, dijo poéticamente al diario pop.

Siempre ando atrasado en todo. No soy estructurado para nada. Soy disperso, soy creativo, soy inconstante en muchas cosas... solo soy constante en mi trabajo, lo he sido toda la vida. 56 años llevo en esto, pero independientemente de eso, me he dedicado a muchas otras cosas. Estoy haciendo un curso de magia ahora, me encanta.

Descubrí muy temprano que tenía que ser peluquero. Pero también de muy niño hacía tallados, de un clavito hice una espátula y tallaba tizas, al principio me costaba mucho, ¡cuantas tizas robé de los colegios! Pero después logré tallar un palo de fósforo..., mi habilidad era tal que tenía que aprovecharla. Dios nos da dones, yo soy muy creyente.

He sido un hombre feliz. Porque siempre he trabajado en lo que más me ha gustado, que es la peluquería. Yo nací para ser peluquero. Es lo que más me apasiona y me va a apasionar el resto de mi vida.

Cantar con Tommy Rey es un tremendo privilegio. Él es toda una institución de la cumbia en el país, nosotros hicimos “La peineta” en una oportunidad que dio mucho que hablar, en el programa de Martín Cárcamo que se llamaba Los 5 Mandamientos. Tuve la suerte de tararear con los Gipsy Kings, con Manzanero, he estado siempre ligado a la música. Rodolfo Navech, la mejor voz de Chile en los tangos, es gran amigo mío.

Soy muy tímido, me cuestan mucho algunas cosas. Pero hice un desfile, canté con Tommy Rey arriba del escenario de Aquí se baila y fue toda una sorpresa, me costó mucho pero también eso me llevó a mostrar un poco la labor del peluquero que ya no es invisible. Yo lo vengo diciendo hace rato, el peluquero es uno más de la sociedad.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Tengo 56 años en el rubro y tengo la autoridad para decirte que los peluqueros éramos como los maestritos. Cuando yo empecé se usaba una cotona porque era ley, había que ponerse una vacuna que se ponían los manipuladores de alimentos y las prostitutas. Teníamos tres días el brazo súper hinchado y con una fiebre terrible. Estaba muy mal manejado para mi gusto, no había esta libertad que hay hoy en día. Hoy no sé si es más fácil, pero es más profesional.

Desfilé para Corona porque conozco al gerente. Él me invitó a uno de sus locales para ver lo que estaban haciendo y me sorprendió mucho el cambio brusco que hicieron: ahora son inclusivos. Entonces cuando escuché eso, pensé “¿por qué yo no?”. Al desfile iban más personajes, algunos de la farándula y modelos profesionales, yo lo único que pedí fue que no me tiraran ni antes ni después de una de las altas. Fue todo un boom y tampoco lo esperaba. 20 entrevistas, aparecimos en todas partes, en la televisión, en los comerciales. Fue maravilloso.

Tonka Tomicic es mi angelito de la guarda. Siempre se lo he dicho, se ha portado extraordinariamente bien conmigo. Nuestra relación es extraordinaria. Cada 15 días le mando un saludo, ella para mi gusto, sin desmerecer a ninguna de las que está, es la mejor comunicadora de Chile. Yo empecé a trabajar con ella cuando estaba con Felipe Camiroaga. De hecho, tengo guardado como tesoro las primeras menciones que hacían con Felipe, eran los dos muy lúdicos, él pescaba la tijera y hacía como que le cortaba el pelo y decía “prefesional”. Él así hacía notar la marca y fue un despegue, para mí, extraordinario.

Tonka me ha salvado muchas veces. Una vez tenía que grabar un comercial y ella estaba de vacaciones, y me dice “solo vengo por ti”. Había suspendido sus vacaciones para grabar conmigo. Siempre estaba dispuesta y me ha salvado de situaciones, como en el programa Échale la culpa a viña..., por algún motivo yo no estaba muy cómodo en el set, entonces muchas veces me puse nervioso porque el papelógrafo no me lo ponían bien o había viento y se corría... A pesar de que lo repasaba diez veces y que era algo que yo quería decir, me quedaba un poco mudo y ella salía y me salvaba.

Tengo absoluta certeza y seguridad que el tema de los relojes no es culpa de Tonka. Pero yo hago la pregunta, ¿quién no apoyaría a su pareja? Si es una pareja de toda una vida, si existe el amor, yo no dejaría que se hundiera nadie conmigo, trataría de dar la cara y salvarla. Ahora, yo creo que aquí hay algo más, pero que no puedo decir qué, porque no lo sé. Pero sí tengo la certeza absoluta de que ella fue con los ojitos cerrados.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Tonka está sufriendo, pero creo que va a volver, soy uno de los que la apoya. Y hay mucha gente que sabe que tengo una relación comercial con ella. Y esto es un top secret, un cahuincito: muchos, desde Tommy Rey hasta Mauricio Flores, Rodolfo Navech, mucha gente del ambiente artístico y amigos que ni siquiera son conocidos, me han mandado mensajes de apoyo para que yo le mande a Tonka. No se los he mandado todavía, pero en algún minuto lo voy a hacer para que ella sepa que hay una cantidad de gente que la apoya de una manera impresionante.

Para ser directo, no me gusta mucho la tele. Hay que prepararse para eso, lo mío es solo comercial. Me han ofrecido programas, de hecho por ahí hay algo en carpeta, un programa que se va a llamar 123, el antes y el después para REC de Canal 13, y mi acompañante sería la Cristina Tocco. Mi programa siempre fue 123 Bella es: mostrábamos el antes, el durante y el después en Mario Mezza TV en YouTube. Hoy queremos que vaya el proceso completo y también va a haber una sorpresa, pero ya no puedo decir más.

Me he hecho cambios de looks extremos. Tengo un parentesco con el Palta (Meléndez) y una vez le teñí el pelo de dos o tres colores, y dije “¿por qué solo a él?”. Así que me puse unos colores que me arrepentí mucho. Usaba el cabello largo y crespo, y cuando estaba de moda los cabellos cortos me acuerdo que, de tenerlo hasta los hombros, pasé a un corte militar. No me acomodó mucho, no me veía bien. Creo haber sido uno de los primeros, si no el primero, en hacerse una mecha de color en la parte alta, y ahora me gusta tener canas, las dejo libres.

Si me preguntas qué hubiera querido ser si no hubiera sido peluquero, habría privilegiado cuidar mi voz. Me gusta mucho el canto, pero igual lo hice, pertenecí a un coro de la iglesia de Los Carmelitos. Pero nunca eduqué la voz, no era mi intención y no lo es hasta hoy. Canto todas las semanas y a veces me quedo hasta afónico porque uso la voz de mala forma. Estoy aprendiendo a respirar un poquito para no sufrir tanto.

Por una cuestión de familia estudié Laboratorista Dental. Trabajé seis meses en el hospital de Copiapó, pero créeme que trabajé más en peluquería que en el hospital durante ese tiempo, porque nunca quise serlo, me llevó la familia. Me decían “cómo vas a ser peluquero”, el peluquero era mal visto. Había que ser muy de élite y nadie podría pensar que se podía llegar adonde he llegado. Pero para mí fue una consecuencia, yo no busqué llegar adonde estoy.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Con mi primer sueldo me compré una camisa Adams, que eran famosillas en esos años. Siempre cooperé en mi casa, éramos una familia modesta, siete bocas que alimentar, mi viejo trabajaba en Carabineros en el área médica, pero tenía un sueldo bajo, éramos más bien humildes. Entonces, siempre dejaba algo en mi casa para mi madre.

Me gusta la ropa... creo que soy un poco obsesivo con eso, y me retan. Y no es porque venga de una familia humilde, sino porque me gusta, nomás. El año pasado empecé a salir con chaquetas de color, voy al caribe y ando más vivo que los mismos caribeños. Muchos se sorprenden porque tengo camisas y zapatos de todos los colores. Durante algún tiempo iba a un canal de televisión y todos decían “a ver qué zapatos trae Mario Mezza” … y de ahí viene la sorpresa del nuevo programa, ¡estoy adelantando mucho!

No es fácil decir lo que voy a decir, pero lo más difícil de esta carrera fue cuando quise irme a otro sector y no me acomodó. Me acuerdo que un día estaba lloviendo y una señora me tira los zapatos y me dice “límpiamelos” y lo encontré terriblemente humillante. Yo se los hubiera limpiado porque era lo que hacía, estaba empezando, pero cómo lo dijo y cómo lo hizo, me sentí tan mal..., tenía 15 años. Después me fui a Vitacura 9102, a una peluquería hermosa que la trabajamos como dos años, pero no me acomodé.

Soy de un sector medio. En el que he trabajado toda la vida, Ejército, Independencia… lo más pituco que he tenido es Irarrázaval. Pero atiendo a todo tipo de gente, de diferentes sectores, porque hice radio con Julio Videla 18 años. Entonces la gente venía de todas partes. No voy a decir nombres pero grandes personalidades me llamaban. Trabajé en televisión por 11 años, le tomé el pelo a Manzanero, a Pedro Vargas.

Le cambiaría el look a muchos famosos. A los futbolistas les haría una personalización, que no sean todos iguales. Vamos a mojarnos el potito: hablemos de Vidal, él ha tenido un trabajo personal que se lo ha hecho siempre, y lo mantiene, pero los demás están todos iguales. (Ben) Brereton se ve un poco descuidado porque una barba mal cuidada y un cabello largo crespo se ve desordenado, desaseado. Hay damas de la televisión como Priscilla Vargas..., a ella le cambiaría un poquito el look, también a (José Luis) Repenning. Los veo a ellos con un cabello largo bien mantenido, bien cuidado, pero muy tradicionales, yo creo que hay otras cosas.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Mi sueño pendiente es visibilizar al peluquero. Mostrarle a la gente que somos profesionales, porque todo lo que hago, hasta el desfile, es por la peluquería, para darle visibilidad, porque no solo existe Mario Mezza. Y se ha manoseado mucho esta profesión por los extranjeros que han llegado, las llamadas barberías que trabajan de forma irresponsable con una gillette en la mano, entonces quiero hacer entender que la peluquería es una profesión.

Tengo muchos dolores, partiendo por haber dejado de lado a mi familia. Soy muy trabajólico y Erika, mi mujer, de alguna manera no lo entiende. He postergado cosas, creo que ese es mi más grande dolor. No haber disfrutado más la vida de joven porque trabajaba 24/ 7..., siempre hacía cosas anexas para llegar adonde estoy.

Trabajé haciendo colaciones para una empresa. Me compré un furgón para llevarlas a una empresa y después me despidieron, y quedé trabajando el furgón yo mismo, por año hicimos las colaciones y las repartimos. He tenido otros negocios de artículos de peluquería, manejé un taxi también.

Tengo muchas cábalas. Por ejemplo, salgo todos los días con el pie derecho.

Hoy mi picada favorita, porque soy mañoso, es un restaurant llamado Del Beto. Soy bueno para los dulces, pero Del Beto nunca ha fallado, hay uno en Manuel Montt, pero voy más al de aquí, el de El Llano.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Escucho todo tipo de música. Soy muy fanático de Franz Liszt, uno de los grandes pianistas, Beethoven, Mozart. Escucho mucha música, yo no veo televisión casi. Hoy día veo más porque estoy un poquito en la farándula, me hacen más preguntas pero soy malo para la televisión. Me gustan los boleros y el tango, y canto harto de los dos ritmos, al igual que los valses peruanos: maravillosos.

Veo algunas series en Netflix. Pero todas de misterio, me gusta lo paranormal. La última que vi tiene que ver con una persona que vuelve al pasado, que se le abre un portal y tiene dos vidas.

Hay muchas películas que me hacen llorar. Creo que Jesucristo Superstar la vi unas diez veces. Me gusta mucho la música y cómo está hecha. Creo que es una de las grandes películas. También El Milagro en la Calle 34, que es de la Navidad, y tiene que ver con la fantasía y la realidad, es tan linda, una historia maravillosa, también la he visto muchas veces.

Mi padre era un estudioso de esta área de la vida, del horóscopo. Creo que tiene que ver con los ciclos, cómo nace uno, pero eso de leer el horóscopo en el diario no creo mucho. Sí creo en las partes que tienen que ver con la vida misma. Y también creo que hay algo más allá. No creo que se nos apague la tele y ya, pero el misterio de la muerte nunca lo vamos a saber.

No tomo porque tengo un cáncer de estómago. Si tomo una cerveza me da acidez, entonces decidí no fumar ni tomar porque en la medida que pasan los años uno tiene que mejorar su vida, ser diferente. Pero mi trago favorito es Johnnie Walker.

Foto: Andrés Pérez, La Cuarta.

Si tuviera un superpoder sería la bondad, poder ayudar a aquellos que están sufriendo. Sobre todo a los adultos mayores que de repente no tenemos la capacidad de mejorar la salud. Por ahí yo intenté hacer un negocio que creí iba a ser de gran ayuda, un centro médico, y me di cuenta de que es muy difícil porque a todos nos viene una enfermedad, algunas son más crueles, otras más rápidas. Y la bondad va relacionada con eso, con ayudar a aquellos que no la están pasando bien, y hay muchos.

A un asado invitaría a tres santos. Tengo un amigo que es ermitaño y es un seguidor de San Charbel, él tiene una historia maravillosa, como la historia de San Expedito. Si yo tuviera la oportunidad me gustaría invitar a nuestra santa, Sor Teresita, a San Expedito y a San Charbel.

Todos tenemos nuestros propios secretos y como soy tímido no me atrevo a contarlo. Pero si tuviera que decirlo, digamos que tengo un amor platónico. Eso es muy lindo porque es el ideal que uno se imagina, una hermosura que llena la vista y el corazón, pero no puedo decir quién es.

Soy un tipo ansioso, disperso, luchador, trabajador. Un tipo que tiene un genio de los mil demonios. Un día me preguntaron si yo me casaría conmigo mismo y mi respuesta fue espontánea: no. Soy obsesivo, a veces compulsivo. Llevo las cosas al límite, me gusta mucho la adrenalina, soy audaz, cuando me ponen un desafío soy de los que me gusta ganar. Mario Mezza es una persona que siempre va a estar arriba, en todo lo que he hecho siempre he intentado ser el mejor.

Mario Mezza es el peluquero de Chile.

COMPARTIR NOTA