Pese a su corta edad, ya es percibida como la revelación de la música tropical ranchera de nuestro país y ha sido protagonista de un viaje meteórico. En apenas un par de años, Quinta Vergara, Patagual, un par de Movistar Arena, ser telonera de Pedro Fernández. Y todo eso, mientras cursa cuarto medio. Aquí, le cuenta a La Cuarta todo.
El penúltimo miércoles de julio, cuando dieron las veinte horas, simultáneamente en YouTube y Spotify se liberó de modo oficial “Yo quiero todo contigo”. Una postal que de seguro Alanys Lagos conservará muy de cerca, y que cada tanto asaltará su memoria, no sólo porque se trate de su primera canción inédita, su ansioso debut, sino porque es, también, la culminación —o aquí, acaso el inicio— de un proceso que formalmente emprendió hace apenas un par de años, pero que ella y su círculo íntimo, saben, viene de mucho antes. De un esfuerzo familiar, un entorno que apostó por ella y sus sueños en todo momento, y un viaje que aunque todavía breve, ha supuesto toda clase de sacrificios.
Lo curioso, y que hace todavía más especial este relato, es que a la misma hora, sus padres y otros miembros de la Dinastía Lagos llevaban a Alanys a algún punto de Lampa, sin decirle demasiado, para ofrecerle una celebración sorpresa: ese miércoles la cantante, considerada gran promesa de la música tropical ranchera de nuestro país, cumplía dieciocho años.
Es decir, con sólo dieciocho años, cosa que ella probablemente todavía no lo tiene en cuenta, ha trepado a escenarios tan importantes en el concierto nacional como la Quinta Vergara, El Patagual y por duplicado el Movistar Arena —pronto serán tres—, una de ellas como telonera del mismísimo Pedro Fernández. De sus queridas serenatas a caballo pasó a cantar con Cami en The Voice y fue coprotagonista de De aquí vengo yo. Tiene su primera composición propia y vienen otras en camino.
Sobre esta trayectoria, no menos de ensueño que inesperada, Alanys conversó con el diario pop en su casa y aquí, en las próximas líneas, está el resultado. Su propia historia: cuándo se enamoró de la música y de los caballos, sus temores al cabalgar, sus peores caídas, las dificultades para compatibilizar estudios y carrera, la admiración que siente por su familia y cómo se imagina en unos pocos años.
La Firme con Alanys Lagos
“Yo quiero todo contigo” es una canción que me va a marcar toda la vida. Es mi primera canción inédita. Una canción que escribí junto con alguien, cosa que nunca pensé hacer, y la llevaré siempre. Ojalá, Dios quiera, que se conozca en todo el país. Ése es mi propósito y por lo que voy a luchar.
De verdad nunca creí que podría escribir una canción. La hicimos con Cristian Sandoval. Empezamos a dar ideas, fue algo súper en conjunto. Él es el que sabe más, yo estaba recién aprendiendo. Iba tirando ideas, algunas rimas, cosa que me costó porque no soy muy buena para eso. Él me ayudó mucho. Es muy bueno para que rimen las palabras. Y sí, tiene una letra romántica: “Somos amantes y amigos…”, ¡ay, wey! Ahí le pusimos un poquito de algo… ¡no que me pasara a mí! jaja, pero algo que le ha pasado a toda la gente, igual. Pensamos en eso. La sensación cuando uno ve a alguien, se enamora y ojalá vivir toda una vida con esa persona. Ésa es la inspiración que tuvimos: pensar en la gente. Para que ellos también se sientan identificados. Eso lo hace parte al público.
Estaba muy ansiosa. Esta canción la teníamos lista desde hace varios meses. Fuimos a grabar la maqueta hace como un mes y medio. Y todo este tiempo escuchaba la canción, sin instrumentos reales, sólo la maqueta y decía: quiero grabarla. Y llegó el día de ir a grabarla, fue un día a la mañana, pero no pude grabarla. No pude, porque mi garganta no estaba al cien. No podía dar el cien por ciento de mí, no me sentía bien. Pensé: si la grabo ahora, no va a quedar como yo quiero que quede. Entonces lo dejamos para la otra semana, y yo quería ir a grabar, po... Se nos dio finalmente, fue un momento muy agradable, muy bonito. Y cuando ya la teníamos lista, tenía que hacerse la mezcla, todo eso, y la espera, la espera. ¡Hasta que salió! Nosotros ya habíamos visto el vídeo, nos gustó mucho, esperamos ir profesionalizando ese aspecto. Y lo celebramos junto a mi cumpleaños. Y nos fue bien, parece...
Tenemos muchas canciones que saldrán pronto. Unas muy buenas, para bailar. Otras, que también queremos como para salir de acá de Chile, expandirnos por más países, que es una mezcla regional-mexicano. Como lo que está saliendo ahora de Christian Nodal, algo más lento. Y también de amor, de despecho, muchas canciones así. Algunas para fiestas. Estamos pensando en todo estilo musical, queremos hacer de todo ojalá y mezclarlo también. Yo creo que antes de que termine el año van a salir algunas más. Ahora en agosto también se vienen unas colaboraciones.
Desde que nací estoy vinculada a la música. Mi familia no sólo cantaba sino que hacía un show a caballo, que eso no es tan común. Y lo he dicho varias veces: yo creo que lo traigo en la sangre. Porque de chiquitita que me gusta esto. La música, los animales, los caballos. Y en especial, la música ranchera.
Cuando era chiquitita yo cantaba súper mal. No le hacía nada al canto... de hecho, tenía la esperanza de ser bailarina. Yo no iba a ser cantante, iba a ser bailarina. Y después ya con el tiempo, a los seis o siete años, me fui dando cuenta que cantaba mejor. Pero el apoyo siempre estuvo ahí. Y de chiquitita que salía a los eventos junto a mi familia, ellos me hacían partícipe. Yo esperaba mucho el momento de salir a actuar. Ya después, llegó el momento de que empecé a cantar, iba a concursos, del colegio. Y gracias a Dios siempre me iba bien: tercer lugar, segundo lugar, primer lugar. Después fui a otros festivales más grandes. En el Festival de Puyehue me gané primero un tercer lugar y después el primer lugar, así que ahí fui comenzando mi carrera.
A mí no me gusta mucho mi voz. No siento que sea una voz tan... no sé cómo explicarlo. Pero estoy conforme con lo que Dios me dio, y espero seguir mejorando.
Después de los concursos empecé con los eventos a caballo. A esa altura ya era una más del grupo y cantando, no bailando, jajaja. Eso me puso muy feliz, muy contenta. Pero se vino la pandemia. Y la pandemia me apartó mucho de la música, porque yo venía cantando en hartos festivales. Extrañaba eso muchísimo, así que le conté a mi papá que me sentía mal, porque me estaba alejando de lo que realmente me gustaba. Y entré en algo parecido a una depresión. Le pedí llorando a mi papá que quería cantar. Entonces me apoyó al tiro. A los días después compró parlantes, todo lo que uno necesita, y salimos a hacer serenatas a caballo a domicilio.
Las serenatas a caballo es algo que me llena, que disfruto mucho. Sentir el aplauso del público, de la gente que está ahí en ese momento, es algo muy bonito. Saber que, en lo que estoy trabajando, es algo que me apasiona. Me siento muy afortunada porque no a cualquiera se le da y que tenga resultados. Y yo siento que igual nos ha resultado. A mí y a mi familia, que siempre está conmigo, pendiente de mí.
Quise ser veterinaria, pero no era algo que anhelaba tanto como ser artista. Siempre quise lo que estoy viviendo ahora.
Antes de partir los shows, hasta el día de hoy, siento muchos nervios. Y eso, para mí, es una sensación bien bonita, porque te da algo especial. Sentir nervios de cómo te va a salir, quiere decir que quieres entregar lo mejor, que quieres que el público prenda contigo. Los nervios, por el momento, gracias a Dios nunca me han jugado en contra. Y ahora con el tiempo los controlo más.
Una vez tuve harto miedo. Tenía miedo de cómo iba a reaccionar el público con mi show. A mí me gustaría que todos estuvieran prendidos, pero me ha pasado antes que no prenden de la misma forma. Porque son públicos distintos...
Mis referentes son Antonio Aguilar, Vicente Fernández, Ángela Aguilar y también Selena. Antonio Aguilar porque es el más apegado a lo que hacemos nosotros: cantar rancheras y cantar a caballo. Ángela es su nieta. Y Selena es un ejemplo a seguir para muchos artistas, porque su carrera fue impresionante, y sigue siendo. Sigue ahí, perdurando en el tiempo.
El show a caballo se hace normalmente en medialunas, donde se hacen rodeos. Nos, San Bernardo, por ahí. Es un show que a la gente le suele causar mucha impresión, porque no es común ver a alguien cantando arriba de un caballo. Y más que sea mujer, que mueva el caballo. Se trata de eso: de hacer destrezas arriba de un caballo. Son caballos que están adiestrados, que se acuestan, que se sientan. Hacen muchas cosas. Algunos dan la mano. En México lo popularizó Antonio Aguilar, y aquí en Chile los primeros que lo hicieron, entre el 2006 y 2007, fue mi familia, la Familia Lagos. Mi abuelito, mi tía, mi tío.
Desde chiquitita ando a caballo. Mi papá siempre tuvo caballos, entonces a mí no me dan miedo. Nunca me han dado miedo. Pero sí muchísimas veces me caí. Hartas veces quedé moreteada, con sangre. Una vez caí de cabeza... ¡y ahí quedé así!, jajaja.
Desde que me caí le agarré un poquito más de respeto a los caballos. Después me fui acercando de nuevo a ellos, pero con respeto, sabiendo que hay que tener cuidado. Ahora agarré más confianza otra vez. Y además tengo a mi compañero fiel, que es el Pihuelo, que es mi compañero y que siempre sale a los eventos a caballo junto a mí. Él es como mi amigo, po. Me entiende lo que yo quiero hacer.
En una serenata a caballo me caí, porque es en cemento y es fácil que se resbalen los caballos ahí. Nos caímos con el Pihuelo... y me dejó el tremendo huevito en la pierna. Pero teníamos que seguir haciendo la serenata, así que me paré y seguimos con todo. Pero no todo es malo. También me pasan cosas súper bonitas. Me reconocen, me hacen parte de la familia. Muchas veces me hacen regalos.
Mi primera presentación fue en un bingo junto con mi familia. Tenía ocho años y me acuerdo que canté con mi tía, que también ha sido siempre mi referente. Desde chiquita quería ser como ella, como mi tía Tabi. Cantamos juntas canciones de ella, fue súper bonito. Y la primera vez que canté a caballo fue a los nueve años. Y justo, esa vez el caballo se me asustó y salió corriendo por toda la medialuna, pero igual me afirmé y no pasó a mayores...
Me he subido a tres escenarios súper desafiantes. La Quinta Vergara, cuando fui invitada por Santaferia. Ahí tenía que mostrar lo mejor de mí, porque me estaban invitando y en un lugar donde han estado grandes artistas. También Olmué, en El Patagual, que me invitó Zúmbale Primo a su aniversario. Fue desafiante pero la gente se portó un siete conmigo. Y el Movistar Arena cuando fui telonera de Pedro Fernández... estaba muy nerviosa, pero nervios bonitos.
Cuando fui telonera de Pedro Fernández me avisaron tres días antes. Me preparé al cien. Me dio miedo porque era poquito tiempo, mucho público, y quería que me vieran haciendo algo preparado, bien bonito, decente. Pero me preparé a full, con mi ropita y todo. Llegó el día, justo me fue a grabar la tele, ¡y me dio más nervios aún!, porque tenía que estar pendiente de que me grababan, de que tenía que hacerlo bien. Tenía muchas cosas en la cabeza. Cuando llegó el momento, el público me recibió súper bien, porque era como mi público, al que le gusta la música ranchera. ¡Entonces me corearon todas las canciones que canté!
Pedro Fernández me dio unos consejos muy bonitos. Cuando bajé del escenario, lo fui a conocer. Le regalamos un caballo de recuerdo, no uno de verdad jajajaja... una figurita. Me dijo que tenía que ser paciente pero nunca darme por vencida. Y algo que, claro, tiene cien por ciento la razón: las cosas no siempre se dan al tiro, pero uno tiene que seguir. Él fue muy humilde, muy de piel en ese momento.
Me defino como una persona alegre. Dios me ha dado una personalidad que me gusta mucho. Me gusta cómo soy, aunque hay cosas que quisiera mejorar también. Pero para pararme arriba de los escenarios, creo que Dios ha estado ahí conmigo, que me ha dado ese carácter que nunca pensé tener. Cuando chiquitita era demasiado tímida, apenas decía “hola”, y en las canciones, después de terminar, lo único que me salía era “muchas gracias” y me iba. Por eso, para mí también ha sido impresionante tener la personalidad de poder hablar enfrente de mucho público, de que no me ganen los nervios, de no quedarme callada. Mi familia dice que tengo nervios de acero (NdeR: su tía, Prissca, interviene para contar que cuando les avisaron que Alanys se presentaría en el Movistar Arena, ella lo tomó con mucha tranquilidad, “apenas” reaccionó).
Zúmbale Primo, para mí, fue como un regalo de cumpleaños. El año pasado, dos días después de mi cumpleaños, me hablaron. Alanys, nos gusta mucho cómo cantas, me dijeron, porque me habían visto en The Voice. Nos gustaría invitarte a cantar junto a nosotros. Y quedamos como impactadas, “¿qué? ¿Zúmbale Primo dijo eso?”. Y pucha, nosotros los seguíamos desde antes, los encontrábamos unos bacanes de la música tropical-ranchera-romántica, porque ellos llegaron a renovar el estilo sin perder lo de antes. Ellos me invitaron a cantar en un concierto con ellos, ¡y yo no sabía, estaba de público! Yo había cantado antes que ellos, estaba viéndolos, y de repente Álex, que es el animador, me llama: Alanys, ¿te sabes “Fue difícil”? Yo le dije que sí, que me la sabía, y me invitaron a cantar de una. Fue un momento tan bonito... me hicieron parte de su grupo, de su show, siendo que ellos debían haber estado ahí solos, no tendría por qué haberles importado yo. Ellos nos han dado muchos consejos, me llamaron para hacer un tema juntos y han sido súper respetuosos conmigo.
En los Premios Pulsar Zúmbale Primo eran invitados especiales y me llevaron a mí. Me llamaron: queremos que cantes con nosotros en los premios para que te prepares. Fue muy bacán. Además incluyeron “Basta ya” (NdeR: la canción de la agrupación junto a Alanys) entre sus tres canciones, porque eran tres las que iban a presentar, y fue algo muy bonito. Me hicieron partícipe de la alfombra roja, me pusieron adelante junto a Álex, como una más del grupo. Los gestos que han tenido conmigo no cualquiera los hace. Y sin ningún interés, no nos han pedido nada a cambio. Gracias a ellos me he hecho muy conocida.
Mi sueño sería presentar mi propio show en el Movistar Arena. Pero llenarlo de arena, de maicillo donde se pone la gente parada, y hacer un show a caballo, con mi banda. Antes que cualquier otro, ése sería mi escenario ideal. El que quiero pisar sí o sí.
Ha sido complicado compatibilizar estudios y la vida de artista. Pero con mi familia igual lo hemos sabido llevar súper bien, encuentro. Hay días que tengo que faltar al liceo (NdeR: Alanys cursa cuarto medio), porque tengo entrevistas, sesiones de fotos, como hoy día jajaja. Pero mis papás hablan con mis profesores, y ellos me han apoyado mucho. Mis compañeros igual. Siempre están pendientes de lo que necesito y si pueden ayudarme en algo. Hace tiempo dejábamos todo para después de clases, para centrarme en los estudios, nos daba el tiempo. Pero ahora, como nos está yendo bien, tenemos más cosas que hacer... Duermo menos, pero es algo que me gusta mucho.
Cuando salga de cuarto quiero profesionalizarme en la música. No tengo pensado entrar a la universidad por ahora. Quiero centrarme cien por ciento en mi carrera de artista. Quiero seguir estudiando, pero cosas como canto, actuación... ¡el baile! Practicar mucho esos elementos, porque creo que lo necesito para ser una artista completa. Después, si se da la oportunidad, me gustaría estudiar algo relacionado con ingeniería en sonido. Siempre por el lado de la música.
Para The Voice postulé solita. Hice mi video y todo, pero después no sabía si mandarlo. Soy bastante insegura, pero igual lo mandé. Y nos llaman: Alanys, ¿podrías venir a Chilevisión? Porque queremos que vengas a una audición. Antes de la “audición a ciegas”. Fui, quedé. Fueron como tres etapas. Me tocó la audición a ciegas y no sé por qué pero escuché que a hartos les pasa: que cuando les toca una presentación muy importante, se enferman. Me pasó eso. Estaba resfriada y no llegaba a los tonos más altos, y justo la canción que yo iba a cantar, que se llama “Así no te amará jamás”, era súper alta. Estaba súper nerviosa por eso. Me hubiera gustado que me saliera mucho mejor...
Cuando Cami se dio vuelta, no me di cuenta. Yo tenía puesto los in ear, los audífonos que uno usa, y de repente estaba mirando para otro lado, sentí como algo que sonó en el piso, pero no escuché. Me doy vuelta y vi a la Cami con su carita y fue como ¡wow! ¡Holaaa! No pude expresarle mi emoción, porque estaba cantando una canción de despecho... no podía salirme. Pero fue súper bonito.
Cami estuvo súper presente. Ella nos invitó, a todo su team, a cantar al Movistar Arena, y ella nos preparó, fuimos a grabar junto a ella. Estuvo muy presente como coach. Antes de ir a los nocaut, que fue la tercera etapa, ella nos llamó por videollamada y nos dio consejos de cómo hacer esto, cómo hacer esto otro, cómo prepararse antes. Y fue algo que nos ayudó mucho. Yo creo que todos le guardamos un cariño especial, porque fue alguien muy bacán con nosotros.
A todos nos hubiera gustado llegar más allá..., pero estoy conforme con lo que hice en el programa. No perdí nada y gané mucho.
Antes, cuando chiquitita, fui al Estrellas MG. Ahí alcancé a estar como tres veces. Una vez canté una canción que había grabado María José Quintanilla, “México lindo y querido”, y justo ella estaba ahí. No era parte del jurado, pero llegó cuando iba a cantar. Se sentó detrás de las cámaras en el piso y me quedó mirando fijo... yo pensaba, uh, María José Quintanilla me va a ver cantar una canción que ella hizo conocida acá. Aprendí mucho. Fue mi experiencia en la tele y ahí sí que tenía nervios.
De aquí vengo yo, Corazón Ranchero, fue lo más bacán. Se dio de una manera súper bonita. Llegaron aquí a grabarnos el Tío Rodrigo (NdeR: Rodrigo Leiva), que fue el que dio todas las ideas y que me ayudó mucho, me dio muchos consejos. Él también hizo el programa de Dash & Cangri, tiene mucha experiencia y me enseñaba. Me gustó sobre todo que estaba junto a mi familia. Me permitió mostrar lo que me gusta hacer, en lo que me estoy profesionalizando, lo que es mi carrera artística. Cuando salió el primer capítulo, lo repitieron muchas veces. Vieron que les salió bien y nos volvieron a llamar para un docureality de cuatro episodios. Ahí preparamos muchas cosas, dimos muchas ideas. Pude mostrar mi progresión, mis avances paso a paso.
Al momento que le tengo más cariño de mi carrera fue mi primer evento con banda. Fue en febrero de este año. En la Fiesta de la Challa y había mucha, mucha gente. Y el recibimiento fue algo que siempre voy a tener plasmado en mi corazón, fue hermoso. Me conocían algunos... cuando bajé del escenario, se acercó mucha gente. Estuve más de una hora sacándome fotos. Además estuve con gente que aprecio mucho.
El 3 de septiembre me presentaré junto a muchos grupos grandes en el Movistar Arena en el Festival Corazón Ranchero. Es tercera vez que voy a pisar ese escenario y es como ¡wow! Voy a hacer algo que no puedo contar, que nunca he hecho, pero que va a significar mucho y que recordaré siempre.
Si no hubiera sido artista, me hubiera gustado ser veterinaria. Por los animales, el amor que les tengo, la cercanía. Yo hubiese tratado de ser la mejor, de aprender mucho de eso. Aunque no soy muy buena para ese tema, jajaja.
¿Cómo me va en el colegio? Pasemos a la otra pregunta... jajaja. No, es que me desconcentro súper fácil. Hablo mucho con mis amigas. Y yo hablo fuerte, como que grito al momento de hablar. Pero no me va mal... tampoco me va bien, jaja. A veces me retan los profesores, antes me cambiaban mucho de puesto. Igual, soy respetuosa pero me cuesta mucho callarme.
No tengo apodos, sólo me dicen Alanys. Muchos decían mal ni nombre, eso sí. Le cambiaban el acento, como “Alánys”.
Va a salir bien mexicano, pero un sueño que tengo es tener mi rancho. Mi parcela, pero con pesebrera, con caballos muy bonitos. Tener mi casa bien de campo. Ojalá con una granja. Eso me gusta a mí. Igual, yo soy tipo... me gustan los caballos pero también me gusta ir al mall, jajaja. Soy muy rara en mis gustos.
Mi cábala es Dios. Yo soy una fiel creyente en Dios. Siempre antes de subirme al escenario le pido a él que me cuide, que me proteja. En todo momento, Dios para mí es todo.
¿Algún hobbie? ¡Dormir!, jajaja. No, no. Pucha, andar a caballo, pero eso ya se sabe. Cocinar me gusta, pero no le pego mucho.
Además de ranchera, escucho muchos estilos. Cumbia, reggaetón. No por las letras sino por el ritmo. El género urbano, pero más los reggaetones de otros países. Como Daddy Yankee. Me gusta mucho Peso Pluma, él ha traído algo nuevo y está pegando mucho. También escucho mucha bachata, balada.
Soy colocolina porque mi familia es de Colo Colo, pero no soy muy fanática. En realidad no sigo mucho deporte. Voy al gimnasio sí, pero no es algo que me llena.
He llorado con muchas películas... ¿una? Spirit. Yo creo que muchos han llorado con ésa. Y yo siempre que la he visto lloro, todas las veces. Me gusta llorar con las películas que son como tristes, jajaja. Y también Tres metros sobre el cielo, peliculaza.
Me gusta mucho ver series. Mi favorita es El señor de los cielos: tiene como ocho temporadas y en cada una, como cien capítulos, pero ¡todos me los vi! La reina del sur, también. El Chema... la vería muchas veces. Es que a mí me gusta mucho la acción y tiene bastante de eso. Me gusta ver series de narcos, películas de narcos.
No creo en el horóscopo. No lo leo. Siempre se me olvida mi signo... soy cáncer.
Si pudiera tener un superpoder sería retroceder el tiempo atrás. Pero yo sé que lo que uno vive es para aprender. Lo que uno ha hecho mal, son lecciones. Igual, por si acaso, retroceder un poquito el tiempo, como para volver a vivir los momentos bonitos que viví.
Soy adicta a la Coca Cola, jajaja. No, no tanto como eso, pero acá somos muy buenos para tomar bebida.
¿Comida favorita? Tengo variaaas. Pero bistec a lo pobre y asado de vacuno. El asado primero, sí... ¡Y después el bistec a lo pobre!, jajaja.
Si pudiera invitar a tres personas de toda la historia a un asado serían Antonio Aguilar, Joan Sebastian y Vicente Fernández. Con Antonio Aguilar me gustaría compartir para saber su experiencia, porque grabó muchas películas, fue muy buen actor, por lo de los caballos. Joan Sebastian, que hacía lo mismo que Antonio Aguilar, y también falleció. Por lo mismo: porque logró muchas cosas bacanes que marcaron mucho. Vicente Fernández, porque su voz era como ¡wow! ¿Y puedo agregar una cuarta? ¡Selena! Yo le preguntaría a ella de todo, hasta lo que come cada día, jajaja, cuántas horas duerme, todo, todo. Es una muy bonita persona, me encantaría compartir con ella.
Alanys Lagos es alguien a la que le gusta ver a las personas felices y le gusta hacerlas felices también. Cuando veo a alguien triste, me gusta que se ponga contento. Poder hacer sentir bien a las personas. Alanys Lagos es alguien bien alegre, que le gusta mucho hacer el ridículo. Me gusta mucho que la gente se ría conmigo. Es alguien sentimental, que no llora por cualquier cosa, pero se emociona bastante. Alanys es una fiel creyente en Dios, le gusta dar la palabra de él.
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