Previo a su reingreso a Gran Hermano, la influencer y emprendedora hizo un repaso por toda su historia vital. También analizó su primer paso por el reality de CHV y habló de lo que se viene en su regreso al encierro, y a largo plazo.
—Elige la foto en que más rica me vea —le pidió con humor al fotógrafo, enfundada en un sensual corsé negro, cubierto por una sedosa bata fucsia animal print.
Fran Maira Manieu se encontraba en una de las habitaciones premium del motel Amor Amor, en una pequeña y silente calle de Providencia. Se alistaba para una sesión fotográfica destinada a sus plataformas de contenido exclusivo. Recién maquillada, rodeada por luces, cortinas y cojines rojas, la mujer de 23 años tiraba la talla y copucheaba con la gente de su equipo.
Previo a la sesión, mientras esperaba que se llenara el jacuzzi, se sentó, bien enchulada, a conversar con La Cuarta. Con el agua caliente corriendo de fondo, se remontó a sus juegos cuando niña, a las malas amistades del colegio, la partida del hogar materno y su vida previa a Gran Hermano: decepciones amorosos, su tienda de lencería, su sexshop y emprendimientos varios y más. También repasó su primera estadía en el reality de CHV, se sinceró sin filtro sobre sus compañeros, desde su enemistad Cony Capelli hasta su romance con Lucas Crespo. No eludió las polémicas. Y previo a su ya concretado reingreso, adelantó que ahora será “una villana con todo”, aunque sólo un rato.
Cada tanto, su miraba se perdió en la tele encendida que mostraba en mute los videoclips de distintos cantantes urbanos. “Me distraje”, admitió cada tanto. “¿Me puedes repetir la pregunta?”, se excusó. “Tengo déficit atencional”. Sin embargo, así y todo, Fran Maira habló largo y tendido.
LA FIRME CON FRAN MAIRA:
Jugaba mucho a las muñecas, a las barbies, hasta muy grande, con peluches, a la cocina, al restorán e inventaba. Fui muy buena para jugar hasta los 14 o 15 años. Todavía sigue mi niña interna: me encanta viajar, conocer y experimentar. Me gusta mucho la adrenalina, aunque no sé si tiene algo que ver con las barbies, jaja. Soy creativa, entonces me entretiene mucho probar cosas nuevas.
Siempre fui extrovertida, pero en el colegio (La Maisonnette) no tenía muchas amigas. Nunca me hicieron bullying, pero sí tenía malas amigas. Tenía compañeras que de frente eran de una manera, pero, por detrás, eran de otra: me cagaban, criticaban y se burlaban de mí: pero siempre era a las espaldas. Hacían cosas feas, eran muy malas amigas. Eso me pasó en todo el colegio.
Quería ser cantante y estuve en la academia de Luis Jara. Pero me hueviaban mis compañeras de colegio por cómo cantaba. Me paquié y nunca más canté. Pero siempre es muy sueño ser artista. Creo que tengo potencial. Ahora me he ido por otras ramas, como emprender. Sé que no estaré en Hollywood, pero vamos de a poquito, cada vez más.
Hasta segundo medio estuve en el mismo colegio, hasta que me echaron y me fui a otro los últimos dos años. Me echaron porque me agarré a cornetes con una compañera, jaja, pero afuera del colegio. No fue nada grave, pero hubo show y mechoneo. Éramos cabras chicas igual. Ella fue una muy mala amiga, me traicionó y, en verdad, nunca mi intención fue pegarle, sólo que le tiré una botella de jugo, ella me tiró el pelo y, bueno, eso. Fue una situación puntual. Nunca he dejado que me pasen a llevar, no soy agresiva gratuitamente.
Mi papá, Alejandro, me inculcó trabajar, saber ganarse las cosas por el esfuerzo; es súper trabajador. Mantiene a mis hermanas y se ha sacado la chucha. Mi mamá, Aline, lo mismo: es independiente, trabajadora, dueña de su empresa. A los dos los veo como referentes emprendedores, que no dependen de nadie. En cuanto a valores y códigos como personas, de los dos he aprendido por igual: ser humilde, educado, no faltar el respeto, no burlarse de la gente con enfermedades, etc.
Somos cinco hermanos, pero por parte de mi mamá y papá somos tres; mi papá se volvió a casar y tengo dos hermanos por ahí. Vivía con mi mamá, mi hermana grande y mi hermana chica. Veía a mi papá semana por medio, de jueves a domingo; la típica dinámica. Pero siempre mi familia se ha llevado súper bien. Mi papá y mi mamá tienen una súper buena relación. Éramos muy de ir los domingos donde la abuela: full familiar, toda la vida. Por eso tengo esto de que, aunque viva sola, casi todos los días los llamo; voy a verlos, ojalá, todas la semana.
Me encanta estar sola, conmigo misma, me amo. Fue un proceso. Antes era más insegura, físicamente más que nada, un poco, por los comentarios que me llegaban de las personas; me afectaban en ese momento. Soy súper solitaria, he tenido pocas amigas. Aunque me llevo muy bien con la gente, no confío en nadie básicamente. Antes era porque me jugaban chueco. Siempre he estado acostumbrada a estar sola, jugaba sola, con las muñecas o los autos, o salía a andar en bicicleta, siempre sola. Cuando chica hacía como que estaba en un programa de TV y hablaba con el espejo, pero siempre sola. Ahora todo me gusta hacerlo sola. Disfruto mucho mi soledad, llegar a mi casa, estar en pelotas y ver una película. Todo. Llegar, cerrar la puerta y estar sola con mi gato. Manejar rápido en mi auto. Logré conocerme, hasta el punto que disfruto mucho mi soledad. No me siento sola, me encanta estar sola.
Mi desconfianza surgió en base a ciertas experiencias. Antes era muy diferente a ahora; o sea, la misma esencia, pero mucho más confiada y buena, no era tan perra como ahora. Me afectaban mucho más las cosas. Creo que mucha gente, sin necesidad, me jugó chueco, desde mis exparejas hasta mis compañeras de colegio. Amigas que tuve muy cerca me traicionaron, se metieron con mis pololos, hablaban mal de mí, y nunca me defendían. Un día entendí que yo hacía las cosas bien. Obviamente todos nos equivocamos, y cuando la cago lo reconozco, pero en muchas ocasiones no hacía nada, no me lo merecía, y por eso hoy soy súper desconfiada. Ganarse mi confianza es muy difícil.
He tenido varias decepciones amorosas, he pololeado varias veces. Mi primer pololo me contó que me cagó, lo perdoné; con él había perdido la virginidad. Después, con el segundo, de unos dos años, me llegó un video por WhatsApp en que se estaba dando un beso con una mina en una fiesta. Y el penúltimo con el que estuve, me cagó con hartas mujeres; hablaba con niñas chicas, mandaba fotos de su pico y les pedía fotos a ellas desnudas. Fue súper fuerte, porque estaba súper entregada para él, di el 100%. Me enteraba porque me llamaba medio Chile por teléfono, gente que ni conocía, diciendo: “Este hueón está haciendo...”. Pero gracias a eso hoy soy cómo soy. Mi última relación fue hace tres años.
Mi último pololo era un muy buen partido: mino, emprendedor, exitoso, independiente, educado… las tenía todas. Y yo, por miedo a tener otro hueón saco de hueás al lado, fui yo la saco de huéas, aunque nunca al nivel de estos otros hueones. Pero yo fui la que no lo valoró. Hoy cambié mucho, diciendo que soy demasiado perra y que tengo todo gracias a mí. No estoy buscando una relación. Cuando llegue el momento, lo quiero hacer bien y darlo todo. Una relación es de los dos, y ahora creo que la otra persona daría más por mí que yo por ella... estaría mirando para el lado o qué sé yo, jajaja.
Lo que tengo de simpática lo tengo de antipática. Esa faceta me aparece con las faltas de respeto; las mentiras; que me vean la cara; que inventen cosas que no son; la gente poco humilde, egocéntrica, mala, tóxica y que hace daño. Soy súper buena onda, pero tengo mi lado insoportable... Soy terrible... También hay días en que uno despierta de mal humor.
Últimamente me ha pasado mucho que inventan cosas de mí que no son. Lo último que vi fue que supuestamente insulté al público (en Concepción). Eso es 100% mentira. Jamás insultaría al público que, más encima, me va a ver. La gente lo saca todo de contexto a su favor, lo manipulan todo. Me dio rabia. Soy un 7 con la gente, y lo saben, amorosa, me quedo hasta la hora del pico, mando saludos para dónde quieran, soy súper buena onda, de corazón; me nace ser así. Si hubiera sido una mierda, díganlo, pero no fue así. El evento fue a las 4 de la mañana, no había tanta gente. Estuve dándolo todo y subieron a un par de chiquillos a la tarima a bailar, y no quisieron bailar. El público empezó a gritarles “¡fomes!”, y yo dije: “¡Ah, los hueones fomes!”. Todo en talla, cagados de la risa, nunca insultando a nadie. Tengo todo grabado en mi teléfono Hay cosas que como no son verdad, dan rabia. Pero después entiendes que sabes qué hiciste y qué no; así que para qué dar explicaciones.
“Siento que necesito mucho la aprobación de los hombres”, dije hace un tiempo. Ahora, ya no lo siento, pero sí en algún momento, después de que tuve estas relaciones en que no me valoraban, me empoderé. Siempre quise ser la mina sexy, rica, que se ve bien, con tacos... Sexy. Me gustaba llegar a un lugar y sentir que toda la gente me mirara, porque nadie se viste así. Hoy ya lo hago por mí, porque yo me siento bien así, me siento sexy. No lo hago por el resto. Pero en su momento, por los traumas que he tenido, sentía que necesitaba un poquito, no gustarle a los hombres, pero me gustaba que el hueón se enamorara y “ya, listo”, chao, jaja.
He chocado varias veces en auto; nunca he ido manejando, ni nadie con copete o drogas: accidentes de verdad. El primero que tuve fue con mi pololo (el que me llegó el video de él con otra mina), cuando recién estábamos saliendo, y tenía el medio auto deportivo. Era de mi colegio y me fue a buscar la primera vez que me invitó a salir. Eran las 3 de la tarde. Para hacerse el choro, se metió por la Costanera y, por lo rápido, al auto se le fue la cola. Teníamos 17 años. Nos bajamos todos del auto —porque también iba una amiga mía—, con los airbags y vidrios reventados. Me fui con mi amiga en micro para la casa, pensando como “¿qué hueá?, acabamos de chocar”. Y él se topó con su hermano un poco más allá y se subió con él, que se hizo responsable.
Reconozco que en alguna relación fui un poco más picada, no sé si celosa, pero haciendo drama. La otra vez que choqué fue también con un expololo. Fuimos a buscar a una hermana a una fiesta e íbamos peleando, me metí a YouTube para poner música, y vi porno. Y pensé: “¡Qué hueá! O sea, una falta de respeto, por último hazla piola; si todos lo hacemos”. Habíamos peleado todo el camino y eso fue el colmo. Se puso nervioso, se metió contra el tránsito en una calle y chocamos con otro auto de frente en una curva. No salió nadie herido, aunque el otro auto quedó hecho mierda. Pero no pasó nada.
Tengo una obsesión con hacer plata, 100%, una obsesión con multiplicar lo que tengo. En la vida me faltó nada, nunca fui de las que le dieron mesada, auto ni nada; no eran de tener estos papás que te llevan al mall y te dicen “compra lo que quieras”. Nunca. Siempre quise tener lo que tengo ahora. Cuando me fui de la casa, me devolvieron del Servicio de Impuestos Internos (SII), 100 mil pesos, y con eso quería tener una pastelería de alfajores y brownies en pandemia. Empecé a crecer. Fui viendo que podía lograr un millón, y más, y más. Me obsesioné a tal punto que ahora, de hecho, me estreso cuando un día no trabajo; si no genero plata un día, me estreso y angustio. Es un problema. Necesito trabajar, hacer, hacer, ahorro, invierto y gasto muy poco. Soy independiente, tengo que pagar mi departamento, mantener mi auto, tengo una moto, me pago sola todos mis viajes, me compro mucha ropa, le pago a mis amigos un sueldo para que me hagan pegas, mantengo a mi gato e invierto en mi tienda.
De la plata me gusta la libertad, independencia y tranquilidad que te da. Quiero tener una casa grande, ayudar a mis papás el día de mañana, devolverles lo que hicieron por mí, comprarles a mis amigas lo que quieran, invitarlas de viaje, tener un auto mucho más rico y tengo varios sueño. No quiero depender nunca de un hueón. Cuando esté con alguien, quiero que estemos al mismo nivel.
Tengo un problema, jajaja, me atraen los bandidos. No sé si esto va a sonar bien, pero me atraen mucho los deportes con pistolas, y todo el mundo del mafia. Siempre me ha atraído lo malo; no muerte, sino la adrenalina de las cosas raras, los mafiosos, las pistolas y el poder; algo clásico tipo Peaky Blinders. No es que me atraiga que alguien mate a otra persona ¡Jamás! Son películas que hago en mi mente. En una película me gusta más el villano que el héroe. Soy fan de “Joker” o de “Harley Quinn”.
Tengo dos partes súper diferentes: la primera es esta niña interna, dulce, muy buena, sensible, sencilla, que quiere demasiado, que juega a las muñecas, que es muy de familia y ama. Y está la otra hueona que es una perra culeada, que no está ni ahí, que te manda a la mierda, se hace respetar, no le importa nada, es dura, fría, coqueta y sexy.
¿Cómo conviven las dos facetas? Por culpa del internet. Una compañera me mostró porno siendo súper chica, como a los 9 años, y desde ahí algo me generó, como que me atrajo. Lo empecé a ver, empecé a sentir cosas, a investigarme y desde muy chica me masturbaba. Fui muy precoz, perdí la virginidad con un expololo a los 14 años. Desde muy chica me autoexploré; no es normal a esa edad. Por otro lado, también jugaba a las muñecas. No lo mezclaba, de hecho, me sentía culpable por hacerlo. Nadie lo supo hasta mucho más grande. Era mi secreto, lo más prohibido. Y recién a los 17 o 18 años lo hablé con alguien. Lo cuento ahora porque ya no estoy ni ahí.
Por un lado, ver ese video porno me ensució la mente, no soy tan tradicional quizá, me gustan las “Sombras de Grey”; me encanta ese mundo más de jugar intenso. Quizá a otras personas les atrae el sexo casual; a mí me gusta algo más elaborado, entretenido, la lencería, más pasional. Por otra parte, me gusta porque maduré mucho antes, y me conozco demasiado bien. Mi sexualidad es bacán, me encanta mi autoescaneo y me conozco. Puedo recomendar a otras personas, que siempre ha sido mi plan: enseñarles a que se autoescaneen. Por eso tengo mi sexshop: atrévete a conocerte a ti misma, no necesitas de un hueón; lo mismo para los hombres. No necesitas de una persona para sentir placer.
Salí el 2018 del colegio y me metí a estudiar. Hice la PSU y entré a Ingeniería Comercial, siete meses. Pero me di cuenta mientras estaba estudiando que, si bien me considero una persona inteligente, jajaja, no me gusta estudiar, no me interesa; o sea, me interesa aprender, pero no siento que lo yo quiero en la vida dependa de estudiar o escuchar a alguien hablando, todos los días, al lado de puros hueones drogados... Sentía que perdía el tiempo; y mis papás, plata, porque en ese momento me pagaban la carrera. Y me salí.
Me fui a trabajar en el Starbucks. Estuve dos meses y medio, hasta que me di cuenta que no; de hecho, las minas me odiaban ahí adentro. Las mujeres ahora me aman, pero al principio no me bancaban. Creo que por mi manera de ser, por la forma que me visto y soy cada vez más segura de mí. Y eso no les gusta. Ahora sí. Pero en su minuto no.
Durante el 2019 trabajé como modelo, no me pagaban muy bien, y en uno que otro comercial. El 2020 me fui de mi casa, un año después que me salí de la carrera. Mientras vivía con mis papás, generaba un poco, pero me lo gastaba, no ahorraba. Ahí tuve un pololo multimillonario que me lo pagaba todo. Me sacaba en cara: “Oye, te compré esto y esto”. Y cuando terminé con él dije: “No quiero que nunca más en la vida un hueón me saque las cosas en cara; me lo voy a ganar por mí”. Ahí empezó Fran Maira. Me teñí el pelo negro, me fui a mi casa y ahí partí con la pastelería.
No quería vivir con mis papás, porque no respetaba las reglas de mi casa. Mis papás no son conservadores, pero sí tienen sus reglas súper claras, son súper tranquilos y correctos. Yo era un poco más loca, quería salir en pandemia y no me dejaban, y peleaba harto con mi hermana grande. Entonces más que nada fue por la convivencia en la casa, por culpa mía, porque quería salir, huevear y no me dejaban. Nunca tuve un viaje con amigas, nunca me dejaban llegar después de la 1 de la mañana. ¡Era tema! Me quitaban el teléfono... Súper cuadrado.
Tengo mi pyme de lencería, Belaira. A los dos meses que me fui de casa, que estaba como vagando de casa en casa, no tenía un lugar propio, junté plata y me arrendé una pieza en una casa compartida. Un día pensé: “¿Por qué no vendo calzones? Me encanta el mundo de la sensualidad y la libertad”. Empecé con los calzones y lo primero que todo el mundo me decía: “Cómo vai a vender calzones, qué flaite, nadie te va a pescar nunca por vender calzones”. Y yo firme: “Voy a vender calzones”: Empecé con calzones, corsets y disfraces de Halloween. El el sexshop empezó a principios del 2022, vendiendo juguetes sexuales para adultos.
En julio del 2022 me abrí Unlok, porque una amiga me convenció para vender el contenido, y yo le decía que ni cagando. No me estaba yendo muy bien, lo abrí y fue la raja. OnlyFans lo abrí tres meses después, en noviembre. Ahora estamos sacando nuevo contenido. Es muy mi estilo personal, muy mi sello de sensualidad y libertad, pero muy artístico y elegante... Bueno, elegante no sé, medio chulo, pero es profesional, no es cualquier hueá. Tiene dedicación la foto y mucho amor. Y es lo que me gusta, entonces soy yo.
No soy pudorosa con mi cuerpo. La verdad, debería hacer un poco más de ejercicio; hay veces que me perjudica un poco, porque se me hincha la guata. Pero me gusta mi cuerpo, me siento super cómoda con él, aprendí a quererme tal cual soy. Lo único que no me gusta es mi nariz; me la operaría. Pero aparte de eso, me siento súper cómoda con mi cara y todo... Me gusto, jajaja.
Los chilenos son cartuchos. Uno que otro salva, pero he tenido la posibilidad de viajar un par de veces, y me he dado cuenta que hay personas de otras culturas, como de Estados Unidos o Europa (a Europa he ido una vez en mi vida, pero no importa, jaja), que no te juzgan, no te miran, ni siquiera se dan vuelta mirarte, no les importas. Acá son demasiado cartuchos por el qué dirán, por la familia y la huevá. Yo soy más liberal quizá; sé que en otros países hay mucha más gente como yo. Chile, de por sí, es cultural y socialmente muy cerrado.
Nunca vi realities, a lo más uno que otro capítulo. Siempre era la que decía: “Nunca estaría en un reality”. Entré a ser animadora en Víax Esports por seis meses, terminé en mayo y me salió la oportunidad de Gran Hermano (CHV). Me llamaron a la entrevista directa, fui y pensé: “Bueno”. No investigué mucho, pero caché que este reality era diferente, que no era el típico chileno, y era el primero en Chile, “la casa más famosa del mundo”. Entonces dije: “Quizás esto sea para una oportunidad para mí”. Siempre he querido ser actriz o animadora de televisión. Creo que tengo mucho talento y la gente aún no lo ha visto. Cuando he tocado puertas siempre me las han cerrado. Siempre me han dicho que no lo tengo (el talento), o que sí pero no, o que tengo que estudiar. Pensé: “Quizás esto es una oportunidad para que la gente conozca el talento que tengo, o no”. Fue así. Llevo dos semanas fuera de la casa, el otro día cerré con Netflix un pequeño comercial. Te abre las puertas gente que antes nunca te las hubiera abierto.
Salió la oportunidad del reality y dije: “Igual que miedo, pero si hago un buen trabajo, me muestro tal cual soy, sé que soy una persona que tiene mucho que demostrar, enseñar y aprender, puede resultar bien”. Pero lo usé como una vía para hacerme conocer. Estuve desde enero a finales de mayo en el programa de Vía X. El año pasado había ido un casting y nunca me pescaron; me llamaron como cinco meses después para que, por favor, entrara, porque veían mis redes sociales. Entré, les encanté, me aman, me pidieron volver y todo. Pero ahora no me interesa, por más que los amo y tengo la puerta abierta, sólo que estoy enfocada en otras cosas
Antes de Gran Hermano igual era conocida en un pequeño niño, por mi podcast Las Bling Bling, mis emprendimientos, y siempre he hueveado a los hombres y dicho que la mujer tiene derecho a todo. Hoy en día tengo 70% de público mujeres en mi Instagram, y los hombres me bancan, pero mucho más los gays, jajaja. Ahora mis historias las ven 250 mil personas todos los días.
La privacidad ya no es la misma: salgo a la calle y, en verdad, todo el mundo se me acerca; no esperaba que iba a ser tan así, en mí mismo edificio; o cuando fui donde Lucas (Crespo), a Santa Cruz, estamos andando a caballo y llegaron personas corriendo a pedirnos unas fotos en pleno campo. También se me han cruzado los autos diciéndome: “¡Fran!”. En todas partes, es impresionante, todas. Yo feliz. Pero igual en un punto te das cuenta que ya no es lo mismo, porque no tienes privacidad, todo el mundo te reconoce. Y eso que no soy nadie po’... Ahora que estamos en el peak.
Antes de Gran Hermano Lucas me había invitado a un podcast, por Las Bling Bling con mi amiga Valentina Torres, “La Guarén”. Pero no lo conocía. Lo seguía en Instagram, pero no veía sus historias ni él las mías. A Raimundo (Cerda) lo conocía, jaja, pero fue full casualidad. Antes de entrar, había visto una historia en sus “mejores amigos” (de Instagram) en que estaba en CHV. Y le dije que “voy a entrar” y él me contestó que “yo quizás también”, pero fue al principio. Y como nunca entró al principió, pensé: “Este hueón no va entrar”. Entró casi a los dos meses (principios de agosto) y por eso me sorprendí tanto; a él no le habían confirmado que entraba. Caché que estaba haciendo el casting, pero no más que eso no.
Con Rai teníamos buena relación, nos juntábamos de vez en cuando. Nunca fue a la casa de mi mamá, ni yo a la de sus papás. Siento que él me admira mucho, porque soy independiente, me fui súper chica de mi casa, y él aún vive con sus papás, y siempre me decía: “Te admiro, te encuentro seca, que bacán que a tu edad tengas esa mentalidad”. És súper inteligente, se juntaba conmigo y me veía como una persona que lo potenciaba. Y me gusta cuando una persona tiene un talento, potenciarlo, que todos brillen. Me encanta el triunfo ajeno, que a alguien le vaya bien.
Para Gran Hermano estaba el casting presencial y el casting por Instagram, y estaban las entrevistas presenciales, que era algo más íntimo, para conocerte como persona más allá del video. No postulé, pero me invitaron al casting, básicamente, por redes sociales. Pero no entré directo. Todos hicimos la entrevista y si no pasaste la entrevista, cagaste. Pero la pasé.
A todos los del reality básicamente le están haciendo bullying, funas, amenazas y denuncias, a personas que, en verdad, no han hecho nada malo. Es brígido cómo te juzgan, te critican y se toman todo tan personal. Te señalan con el dedo y apuntan. ¿Tú eres tan perfecto en tu casa? Me parece un carerrajismo gigante de gente que quizá hace lo mismo o peor, y tiene el descaro de criticar a personas que no son malas.
Me resbala lo que digan de mí, pero lo he visto en otros compañeros de Gran Hermano, y me ha dolido. Hay muchos que no tienen trabajo, que no les está yendo bien, muchos a los que siguen llamando de mala manera y les siguen faltando el respeto. Cometieron un error con algún comentario en la casa, pero nada irremediable. Creo que todos merecemos una segunda oportunidad en ese sentido; a menos que sea algo muy grave. Me refiero a comentarios.
Me denunciaron como 5.000 veces en Chilevisión por acoso sexual. ¿Cómo voy haber acosado a Lucas o alguien? No saben toda la historia detrás. Él ahora fue a mi casa y me está pidiendo pololeo, jajaja. Es ridículo. Me manda flores y cartas de amor diciéndome que me quiere y que le gusto. Pero la gente piensa que lo acoso. Le pregunté muchas veces: ¿Te sientes incómodo? Y él nunca me dijo que se sentía incómodo; al contrario, me decía: “Me encanta”. Sólo que a él le paqueaban las cámaras por su familia. La gente me siguen diciendo hasta ahora: “Acosadora”. Al final pierde credibilidad la gente que sí lo es, que sí es violadora, que sí es una mierda, y que sí maltrata y abusa. Todo se relativiza.
Las denuncias al Consejo Nacional de Televisión (CNTV) recién las supe cuando salí del reality. Quedé en shock. No podía creer que la gente inventara. Sé que hay un video en que Lucas como que me mueve. Pero no hay un acoso. Para mí un acoso es meterte a la cama y tocarte sin tu consentimiento. Acá siempre hubo consentimiento. Fue shockeante que la gente esté tan mal de la cabeza para pensar algo así. Quizá si Lucas me hubiera dicho: “Fran, me siento incómodo”, fúname y denúnciame. Pero cuando él no lo demuestra, me está escribiendo cartas de amor, me dice que le gusto y me quiere, se sacó de contexto.
Lo que más me gustó de Gran Hermano es que es un reality real, realmente no tienes contacto con nadie, no sabes la hora, no puedes hablar con nadie, no ves a los animadores, a producción ni a nadie. Lo encontré súper profesional. Me encantó el concepto. Lo que no me gustó es que, quizá, a ciertas personas no las hubiese metido, no diré nombres, pero siento que fueron muy fomes en la casa, no aportaron mucho; si fuera espectador diría: “Puta el hueón fome”. Falto un poco de chispeza. Y había muchas horas muertas, nos tenían literalmente en un experimento de “muéranse entre ustedes”. Era mucha incertidumbre, te caga la cabeza. Es un reality que te caga la cabeza si no estás preparado. Es un experimento social: ver cómo se comportan personas diferentes unas de otras en un lugar sin contacto con nadie.
No pensé en las cámaras ni si quiera cuando entré. Dije: “Voy a ser yo”. Al principio no me contuve nada, hablaba puras huevadas y hacía el ruido de oveja más seguido. Estaba un poco nerviosa. Yo ni siquiera había investigado sobre Gran Hermano, sólo había cachado a algunos de los que salieron de Argentina. Fue muy loco, pero nunca me dieron miedo las cámaras. Desde muy chica me encantan las cámaras. No me da miedo mostrarme tal cual soy frente a ellas, no me da miedo ser juzgada. Otros compañeros no están saliendo de sus casas, están con depresión, porque se los han hecho bolsa... ¡Amenazas de muerte! Solamente porque no le caíste bien a alguien.
Yo me lo tomo con humor. A Lucas igual se lo han hecho bolsa. Pero al final la gente lo quiere porque al hueón le da lo mismo, no le afecta, sigue haciendo su vida igual. Si entras a un reality, tienes que saber que te van a juzgar y no te puede dar miedo eso, porque tú eres tú. Al final, la gente no es nadie, no te paga la cuenta de la luz, tu carrera, no te da trabajo ni nada. No te va a dar nada. Tienes que seguir, y con la gente que te apoye.
A la Cony Capelli la encuentro una persona súper inestable, de verdad. Hace un súper buen personaje, su rol es súper importante en la televisión. Hay que decir las cosas cómo son: sin ella el reality sería fome, hay que reconocerlo. Pero como persona no me la banco, porque siento que tiene actitudes violentas con toda la gente. No es capaz de escuchar y responder. Ella sólo ataca, ataca y chao. Tienes casi 30 años y quieres ser sicóloga... ¿Qué ejemplo estás dando?
Con la Coni nos habíamos acercado en las últimas semanas. Al principio me la hice bolsa, porque me caía mal, pero después no. A pesar de todo lo que no me gusta de ella, tiene cosas súper buenas también: es madura y súper liberal. Hablamos cosas, por ejemplo sexuales, y nos cagábamos de la risa, porque son temas que con otras personas no podía hablar porque se paqueaban; con la Alessia no puedo hablar las mismas cosas, porque tiene otros pensamientos. Con la Coni empecé a conectar más, nos parecíamos en ciertas cosas.
Nunca fue por estrategia (el acercamiento con Coni). Sólo suponía que a la “Pincoya” (Galvarini) se la bancaban porque después de tantas placas (de eliminación) que no se fuera era por algo. Pero fue de verdad muy genuino, porque Rai entró, se juntó harto con ella (Coni), yo me conecté con Rai, y se dio así. Hasta que quedó la cagada en la última fiesta y me di cuenta que estaba loca, porque, al final, inventó cosas que no pasaron, me trató pésimo a mí, a Rai y a todos. No hay nada que remediar. No me interesa la gente así en mi vida. No admiro nada de ella.
Todos dicen que hice un papel de villana, pero siento que fui muy buena amiga, una oveja feliz, cabalgando con el rebaño. Hasta que empezaron a pasar situaciones en las que me empecé a ver afectada. En los congelados entraron dos personas que me dijeron que se habían decepcionado de mí. Una fue la Vivi (Acevedo), que me lo dijo porque supuestamente yo había dicho que “me daba asco”. Y nunca fue para ella. Cómo entras con esa seguridad y me haces mierda si llevo tres meses encerrada... Y la Estefi (Galeota) también me dijo lo mismo, y era porque un hueón de afuera le había dicho que yo antes del reality hablaba de ella... Y yo como: “Hueona, ni te conocía, qué mierda te pasa”. No soy la villana de la historia.
Al final, la única persona que se hizo la víctima todo el reality fue la Coni, porque lo vi de adentro, y por eso me da tanta impotencia, porque vi cómo se alejó de la gente, cómo armaba conflictos de la nada, y toda la gente por eso se alejó, porque con todos es agresiva. Ahora entro como villana, pero no siendo que haya sido para nada la villana yo, en ningún momento. Siempre fui de una línea buena para el hueveo. Quizá pelaba y cahuineaba, que es parte de, pero no andaba siendo mala. Ahora seré mala. Seré maraca de verdad, siendo una villana con todo… De perra a villana, jajaja.
Mi familia y todas amigas hicieron una campaña para que saliera (votaran contra Fran), porque encontraban que ya era tiempo; y yo igual las últimas semanas comentaba que me quería ir. Y desde el ingreso de ciertas personas (como Rai o Ignacia Michelson), cacharon que lo único que iba a empezar a demostrar era pelea tras pelea, porque llegó un punto en que ya no me iba a quedar callada. Antes lo evitaba. Ya no iba a demostrar esta Fran alegre, oveja, simpática, buena para el hueveo; iba a responder cualquier comentario. No sé qué tanto me iba a beneficiar seguir ahí. Ahora entro con otra perspectiva. No voy a llegar a la final, entonces voy a hacer un poco de alboroto y me voy. Está fome la casa, jajaja.
De los que van quedando en el reality y cómo veo que va la cosa, creo que la “Pincoya” me gustaría que gane el reality... Bueno, ella ha comentado en varias ocasiones que igual viene de una familia con muchas lucas, se hace la hueona nomás. Pero a pesar de eso, tiene un hijo y viene de Chiloé. Me hubiera gustado que ganara la Moni (Ramos), pero después entendí que nadie la bancaba. Más que la “Pincoya”, me gustaría que gane alguien humilde, que lo necesite más que el resto.
“Los Lulos” tienen un team, de tres o cuatro personas (Cony, “Pincoya” y Francisco Arenas), pero yo tengo un team propio: Fran Maira, que eso vale mucho más que andar colgado de alguien para ser famosa. Yo brillo por mí sola, no necesito a nadie para brillar. No me haré amiga de nadie porque le vaya mejor o peor que yo.
En el reingreso llego a jugar a Gran Hermano, a darlo todo. Ya sé cómo funciona, no me dan miedo nada. Antes tenía miedo de lo que dirá la gente; no porque me afecte, sino porque obviamente quería llegar a la final. Me preguntaba: “¿Estaré haciendo esto bien? ¿Esto le gustará a la gente?”. Pero son cosas que a todos adentro le generan dudas. Voy a ser yo, pero no con una estrategia: voy a dejar la cagada. Tengo información de todos, aunque no la voy a decir, porque no seré esa jugadora maricona.
A Rai lo agarraré para el hueveo, pero no hay nada que hablar. De partida, lo defendí cuando la Coni se lo estaba haciendo bolsa, y yo no he visto que él lo haga por mí. Entonces me lo voy a huevear, pero en buena onda. Él no me da explicaciones y yo a él tampoco.
Con “Pincoya” tengo una conversación pendiente. Me gustaría decirle que, para mí, lo malo que pasó al final quedó en el olvido y me voy a quedar con todo lo bueno que pasó entre nosotras, que fueron muchas cosas, y que de verdad me gustaría que ella lo ganara.
No extraño a nadie de la casa, salvo a Jorge (Aldoney). Con Bambino (Altamirano), Alessia (Traverso), Skarleth (Labra), Maite (Phillips) y Trini (Cerda) tenemos súper buena relación, con casi todos los que se han ido. A la que voy a agarrar es a la Skarlette (Gálvez); andaba hablando cosas de mí, así que cagó, jajaja.
Ahora seré súper frontal. Antes quizá me guardaba un poco las cosas para evitar conflictos, y eso quizá me jugó en contra. Ahora seré directa, no voy a andar cahuineando, no voy a decir nada que no sea a la cara. Seré de una línea, a la cara. Voy a ser yo, pero mucho más confrontacional.
Con Lucas nos tomamos el café (prometido) y con repetición, jajaja. Lo que me gusta de él es que me acepta tal cual soy, me quiere de verdad cómo soy: loca, en lencería, me quiere. Y me banca. Es lo más importante. Cuando una persona, sea quién sea, te acepta y te admira, vale la pena que esté en la vida. No estamos en una relación amorosa, porque no lo estoy buscando, y creo que él tampoco. Pero sí nos gustamos, estamos viéndonos seguido, le tengo mucha confianza y es el único hombre con el que estoy compartiendo ahora; no estoy viéndome otras personas. Estamos saliendo, podríamos decir.
Fuera del encierro se soltó Lucas, obviamente. Ahora me dice cosas, tenemos tentenvilú (sexo) claramente, y todo bacán. Él es muy bacán, es la misma persona, pero creo que el encierro le afectó de una manera que se reflejó en su cuerpo y su salud. Se empezó a atrapar. No está acostumbrado a no tener el control de las cosas. Por eso se veía medio mala onda, pero es súper simpático y tiene su sentido del humor. Es muy diferente a mí, pero me cago de la risa. Y me apaña y yo lo apaño.
Con Gran Hermano logré lo que quería, hacerme conocer y que la gente me conociera tal cual soy, y que quizás a alguien que le interese mi talento y trabajar conmigo, sepa que estoy disponible y lo doy todo.
Me han acosado muchas veces en redes sociales. No un caso puntual, pero sexualmente me han acosado, o sea, de todo. No sé si eso como de “te voy a matar”. Pero sí, obvio que me han acosado. Cuando terminé con un pololo que era medio famosillo, me acosaron un poco sus fans, gratuitamente.
Ser Reina de Viña sería mi sueño, o modelar en algún lugar. Ahora que tengo el culo bueno, después se va a caer, jajaja. No sé si son sueños, pero si llegaran sería increíble. Pero si no, habrá otra cosa diferente para hacer. Me encantaría ser animadora del Festival de Viña. Considero que tengo harto talento; tengo que aprender mucho más, nunca lo estudié, es algo que lo tengo como talento innato. Claramente hay muchas cosas que pulir, pero me encantaría aprender para hacer profesional el día de mañana. No creo que lo logre, pero me gustaría algo de lo que uno veía cuando chica en la tele: el piscinazo de Viña me encantaría.
Mi amiga Valentina Torres, “La Guarén”, va entrar a Tierra Brava (Canal 13), y le aconsejé que fuera ella misma, que lo diera todo, que aprovechara, porque cuando estás dentro del reality dices: “Queda caleta”, pero cuando salí me di cuenta que ya pasó. Y le dije que se cuidara, porque igual es un reality totalmente diferente, de competencia, así que está entrenándose. Tiene tremendo talento, sé que va a brillar. Siempre ha sido el sueño de las dos y decíamos: “Algún día vamos a ser famosas”. Y lo logramos po’. Estoy muy feliz por ella.
Si no hubiera sido modelo o emprendedora, me habría gustado ser actriz de Hollywood.
En la universidad iba a todas las clases a la hora, ¿pero pescaba las clases? Ni cagando. Era más de las que intentaba copiar la prueba, para zafar, siempre. No estaba ni ahí.
No tengo apodo, todos me dicen Fran Maira.
Algo indispensable para salir de carrete son mis tacos altos, obvio, y mis extensiones, jajaja.
Un sueño pendiente es lograr seguir estando en televisión. Me gustaría salir en alguna película, ser animadora de algún otro programa, reina de Viña, cosas así... ¡O la alfombra roja de Viña! ¡Eso me gustaría! Ya tengo planeado mi vestido, desde chica, siempre ha sido mi sueño: pasar por una alfombra roja, pero sola. Sola, no con un hueón, entrar por mí y que digan: “Ahí viene la Fran Maira”.
Una cábala que tengo es que soy muy de agradecer. Cuando me equivoco me pido disculpas a mí misma. Soy muy creyente de las energías del Universo. Agradecer siempre. Disculparme cuando he tenido que hacerlo. Y soy muy de manifestar cosas para que lleguen. Y disfruto hacer bien las cosas para que todo salga bien. Y creo que así ha sido.
Una frase favorita es “siempre sexy y libre”. Es mía, yo la inventé.
Lo que más me gusta de mi cuerpo es mi poto, jajaja, tengo el medio culo, natural. Lo que menos me gusta es mi nariz.
Mi comida favorita yo creo que es el sushi, soy fan de la comida japonesa.
Otros trabajos que he tenido son ser anfitriona, trabajé en el Starbucks, repartí folletos, fui modelo pero penca, he salido en la radio, animé cuando chica un programa de autos y he hecho comerciales. He hecho de todo en realidad.
Con la primera plata que gané, y que supe manejar bien, que fue cuando me fui de la casa, la invertí en mi pastelería que vendía alfajores, brownies y volcanes de chocolate en pandemia. En el colegio era la hueona que vendía papas fritas, ramitas y le hacía competencia al quiosco del colegio. Esa era yo. Y cocinaba brownies y los vendía en el colegio. Siempre, siempre. Después, me acostaba a las seis de la mañana cocinando y vendía por Instagram. Con esa plata me arrendé una pieza. Con lo que me sobró, compré los corsés y los calzones, y eso lo empecé a multiplicar.
Los autos son mi pasión escondida, soy fanática de las carreras, clandestinas. Soy fanática de la mecánica de los autos. Mi papá también era fanático cuando chico. Antes le iba súper bien y tenía dos deportivos. Ya no. Siempre me llamaban la atención. Me encanta la velocidad, el auto deportivo, me encantaba Rápido y furioso, siempre quería ser la mina que corría. y decía: “Cuando pueda comprarme mi auto, quiero que sea deportivo”. Hace cuatro meses me compré mi primer auto; no es quizá el de mis sueños, pero hay que partir de a poquito.
Escucho reggaetón, soy fan del perreo. Me gustan Ñengo Flow, Cosculluela, Tego Calderón, Daddy Yankee, Pailita, Jordan 23, Pablo Chill-E, Cris MJ, hay varios artistas chilenos que me encantan. L-Gante en Argentina, Trueno, Nicky Nicole. Karol G. Soy fan de toda la industria.
¡¿Un talento oculto?! Me pillaste... Que corro autos.
No me gusta el copete, aunque parezca raro. Me gusta la champaña, el tequila, y un poco. No soy muy fan de tomar.
Creo en el horóscopo. No leo ni un hueá, pero sí pregunto los signos de repente. Soy Géminis.
Si pudieras invitar a tres personas de la Historia a un asado... me cagaste... Diría Amy Winehouse, Michael Jackson y Mac Miller... Obviamente hay más personas, pero diré esos.
Fran Maira es una mujer independiente, empoderada, que está persiguiendo sus sueños y que, a pesar de lo que digan de ella, va a lograrlo. Nunca quiere depender de nadie, quiere poder mantener a su familia gracias a ella misma el día de mañana. Es una persona que persigue sus sueños a pesar de todas las circunstancias, y que ella primero y el resto después. Siempre linda y sexy.
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