La Firme con Karen Doggenweiler: “Voy a ser la animadora más besada”

Entrevista en profundidad a Karen Doggenweiler, animadora del Festival de Viña 2025. 

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Entrevista en profundidad a Karen Doggenweiler, animadora del Festival de Viña 2025. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Un sueño dormido que, de pronto, despertó tras su meditado arribo a Mega desde TVN: animar Viña. En su debut en la Quinta Vergara, Karen Doggenweiler repasa su historia, presente personal y televisivo, y analiza el hito que se avecina: “Hay que hablar sin tanto libreto, hay que sentir y vivir”, manifiesta con autoridad.

Karen Sylvia Doggenweiler Lapuente (55) se fue de viaje a París, Francia, un poco por trabajo, pero también para descansar y visitar a su hija Manuela que vive allá, previo a un momento estelar en su carrera: animar el Festival de Viña. Hizo una larga carrera en Televisión Nacional, donde aquel sueño se fue postergando hasta quedar por completo adormecido dentro suyo. Cuando ya se lo propusieron, era demasiado tarde. Después de mucho pensarlo, partió a Mega, donde se ha revitalizado en la TV.

Ahora, tras haberse coronado como ganadora en el 2012, más de una década después, Karen volvió a ganar el Copihue de Oro a Mejor animadora.

—¡Qué emoción! —expresó en entrevista con La Cuarta previo a sus andanzas por suelo parisino—. Estoy feliz y agradecida, ¡qué lindo recibir reconocimiento! Es genial, porque además uno no postula, apareces nomás; ya estar nominada es un premio, que te consideren. Pero ganar es espectacular. Agradezco a toda la gente que que se dio el tiempo y votó por mí. Que valoren mi trabajo me da fuerza y energía para seguir.

En entrevista con La Firme, la animadora hace un balance de un 2024 que califica como “redondo”. Pero además repasa su vida y obra, desde su infancia en El Arrayán a orillas del río Mapocho hasta su salto a la Quinta Vergara. Entre medio, recuerda su primer matrimonio, el largo paso por TVN; relación con Marco Enríquez-Ominani; sus hijas, Fernanda y Manuela, que la han dejado con “el nido vacío”; preparativos para su gran debut festivalero y análisis varios sobre “el beso de los animadores” y las pifias del “Monstruo”; Mucho gusto y su amistad con José Antonio Neme y otros animadores de la pantalla chica; y cuestiones varias.

Eso y mucho más, a continuación…

La Firme con Karen Doggenweiler

Un recuerdo de mi infancia en El Arrayán es el río Mapocho. Yo vivía en una parcela en Pastor Fernández, con mi familia, mi papá y mi hermana, siempre andando en bicicleta, con animalitos y mojándome los pies en el río, con los pirigüines, jaja. Había agua de vertiente en esta época. Había unos eucaliptus y yo me metía entre medio y cantaba, jaja, tenía mi propia Quinta Vergara, mi propia Concha Acústica... Ya me estaba preparando.

Con mi hermana, Susana, dos años menor que yo, tenemos una relación súper cercana y compartimos esos recuerdos tan únicos, jugando, cuando se empieza a oscurecer. Esa complicidad. Con los hermanos uno comparte las grandes alegrías y dolores de la vida. Y somos las dos únicas mujeres, entonces siempre muy estrechamente vinculadas. Nos queremos mucho.

KAREN DOGGENWEILER
Karen recuerda sus inicios en El Arrayán, donde se armaba sus dotes en el espectáculo. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Mi papá era de ascendencia alemana, mi mamá española y estudié en la Scuola Italiana; y también tengo raíces suizas, que siento que tienen esto del cantón italiano, francés y alemán. Me siento muy vinculada al Lago di Como. Me siento mucho más italiana; me encanta Italia, es un país que amo y tengo los más lindos recuerdos de la Scuola, que es donde aprendí el amor por la lectura, los museos y la belleza, a apreciarla y tocarla.

En el colegio era muy artística, era número fijo en la semana del colegio, en baile, cueca, ballet y sketchs; siempre con harta participación artística, me encantaba. Y mi mamá, española, me llevaba clases a la (academia) Alicia Puccio, y tomaba muchas clases de ballet, baile español y de todo. Un año fui presidenta del centro de alumnos y lo hice súper mal, jajaja. Siento que muchas veces dictar directrices es complicado, así como “mira, vamos a hacer esto”. Me gusta más coordinar, organizar y ser parte, mucho más colectivo que estar yo a la cabeza de algo. Hasta hoy me siento más cómoda en ese rol, sumándome al equipo.

Antonella Ríos es más chica que yo, pero íbamos al mismo colegio. Pasa que uno se acuerda de los estudiantes más grandes, y no tanto los grandes de los más chicos. Pero le tengo mucho cariño y siempre que nos vemos nos damos una abrazo. Coincidimos acá, además, en la Radio Candela. Le tengo mucho cariño, me encanta que le vaya bien.

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"Me gusta más coordinar, organizar y ser parte, que estar yo a la cabeza de algo", analiza Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Cuando entré a estudiar Periodismo, soñaba con ser como la Oriana Fallaci, con esas entrevistas icónicas. Ese era el anhelo: hacerme conocida por la noticia, por la exclusiva y conseguir un material inédito; por el amor a la actualidad, la noticia y la contingencia. Me encantaba escribir, la radio y también la televisión. Creo que pasa un poco el fenómeno que hay con los actores: salen con muchas ganas de hacer obras de teatro, y después les gustan las teleseries o se dedican a otro tipo de actividades.

He logrado transitar entre la entretención y lo más informativo. Me gustan las dos cosas. Mezclé. En los programas he logrado juntar esta pasión por lo artístico y también por la contingencia. Nunca he tenido el rollo de desperfilarme. Y lo de hacer publicidad también (De hecho en París anda con la marca francesa L’Oréal junto a Coni Picoli, Michelle Carvalho y Vivianne Dietz), como que los periodistas piensan “no, no puedo hacer esto”. No, lo vivo de manera muy natural. No tengo inconveniente: puedo bailar y al mismo tiempo hacer una entrevista más dura.

Me encanta soñar, y los sueños se cumplen. “La Karen es soñadora, me parece una virtud, pero de repente conspira con alguien que debería ser un poco más de cerebro”, dijo alguna vez el editor periodístico Juan Carlos Díaz. El “Tata” fue muy importante en mi formación, y en el paso de no tenerle miedo a transitar por esta frontera que es tan permeable, entre la entretención y lo contingente. He sido soñadora; creo que es lo que te hace saltar al vacío muchas veces. También me sale la parte suiza; soy muy cerebral, o sea, enamorada de mi trabajo, consciente de mis capacidades y contenta finalmente del balance que uno hace de las cosas lindas de esta carrera y profesión.

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"Soy muy cerebral, o sea, enamorada de mi trabajo", declara Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Me casé a los 24 años, chica, fue rápido, puede que haya sido más visceral ahí... Ahora, uno dice: “Ojalá tampoco nunca deje de ser soñadora”. Uno se pregunta: “¿Qué cosa podría cambiar (de mi pasado)?”. Pero a lo mejor está bien: si no hubiera sido así (su primer matrimonio, Eugenio Cornejo) no tendría a la, Fernandita, mi hija mayor. Al final todo tiene su contrapeso.

Con Marco Enríquez-Ominami me casé en el 2003 a los seis meses del primer beso, y a los dos meses me había pedido matrimonio. Fue rápido, jaja. Siento que uno ya a esa edad (34) sabe lo que quiere; nos enamoramos, perdidamente, hasta el día de hoy. Nos casamos, tenemos a nuestra Manuelita y formamos una familia, la hemos hecho crecer con harta ilusión, igual que cualquier familia.

“Tenemos una relación profundamente imperfecta”, dijo Marco hace once años (en Mentiras verdaderas, La Red)... ¿Se ha perfeccionado la relación con el tiempo? Mi relación por supuesto que sigue siendo profundamente imperfecta, pero estoy muy feliz con lo que he logrado construir, porque es todo una pega. El amor es un trabajo arduo, jajaja. Hay que dedicarle tiempo. Soy muy feliz con mi vida, con lo que he construido. Tengo amigas que han decidido no tener hijos, y son muy felices con su vida. Yo quería tener a mis niñas, formar mi familia; creo que he logrado tener una vida que me gusta mucho. Me gusta ver mis series, estoy perdidamente enamorada de mis perros. Estoy muy contenta.

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"Estoy perdidamente enamorada de mis perros", asegura Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Una vez estuve a punto de irme a Canal 13, y a CHV también... Sí pue, soy una mujer muy cotizada, jajaja. Fueron en distintas etapas. No se dieron porque... creo que ahí tienen mucho que ver los equipos; tenía muchas ganas de seguir trabajando con un equipo muy querido, que TVN es buen semillero de periodistas y productores. Por eso creo que quise mantenerme en TVN. También estuve cerca de irme a México. Lo impidió la posibilidad de hacer programas acá, los equipos y la familia. Tengo esas raíces bien fuertes. Y trato de vivir el presente, ver qué oportunidades surgen, pero ahora estoy muy contenta acá.

Me cuestan los cambios. Ahí soy racional. También tengo esa parte de calcular los riesgos. Me cuestan pero al final creo que la intuición o la guata no falla, siento que también hay que moverse por el corazón y no agarrar una calculadora y ver si “me conviene o no me conviene, ¿qué costos tienes para mí?”. Lo que hago viene de corazón.

No soy buena para negociar, prefiero la tranquilidad. En general es incómodo hablar de las virtudes de uno; al negociar hay que decir “yo llego temprano...”, o sea, ¿cómo uno va a andar diciendo todas esas cosas? Por eso creo que es difícil negociar. Pero hay gente a la que se le da muy bien “venderse”. ¡Yo lo encuentro terrible! En general hablar tanto de las virtudes de uno, “soy responsable” o “valgo tanto” es muy raro; prefiero que se noten (mis cualidades), más que decirlas. Los jóvenes son así, de decir las cosas, como “para esto soy bueno”, “quiero esto” o “soy capaz de hacer esto”; me parece muy bien. A lo mejor en mi generación está más penalizada la ambición. Tengo que aprender.

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"A lo mejor en mi generación está más penalizada la ambición", reflexiona Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Jacqueline Zepeda, productora me ha definido, como “un monstruo de televisión porque he sobrevivido a todo” (en Todo va a estar bien, de Vía X). Nos tenemos mucho cariño y admiración profesional. Es que el ser humano es así, la mujer chilena, aguerrida, aperrada y estamos preparadas. Otra gente ha salido de la tele, pero yo he seguido porque me encanta y apasiona. Puede que sea un atributo mío: la fortaleza y echarle para adelante. Lo que vive uno es pequeñito al lado de tantas dificultades que hay a diario; todos los que hemos sido reporteros (lo sabemos), con lo que nos ha tocado cubrir, o vivir en los personal, nos ha tocado vivir situaciones muy difíciles. ¿Qué me ha tocado a mí? Cambios en la televisión, muchos momentos difíciles en el canal, a propósito del tema económico. Finalmente he sido... no sé si resiliente es la palabra justa... pero sí con harta fortaleza.

Hay programas que de frentón no me gustaron y que tuve que hacerlos, que el Fido (Eduardo Cabezas) se va a enojar conmigo: Familias en jaque... con todo el respeto para el equipo que lo hizo... Bueno, a muchos de nuestros compatriotas les toca hacer trabajos que no les gustan, o a todos nos ha tocado. Tienes que remar, porque hay un equipo dándolo todo, pero yo iba a decir: “Oye, no me gusta este docurreality, no lo entiendo”, jajaja. ¡La animadora no entendía el programa! “¡No entiendo el programa!”, decía, jaja. “Está bueno”, me decía Fido. Y tenía que hacerlo. Después nadie lo vio, quiere decir que no estaba tan equivocada... Uno puede manifestar (que no le gusta el programa), pero soy más disciplinada, muy ordenadita; dije que no me gustaba, pero no voy a levantar la mesa, golpearla o tirar el mantel, o “¡búsquense otra!”... Hay otros animadores que sí, jajaja.

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"Soy más disciplinada, muy ordenadita", asegura Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Una vez me bajé el sueldo en TVN, en las épocas (aún) difíciles. Es muy desafiante lo que ocurre ahí y, por supuesto, que lo hice. Tengo además una relación y vínculo tan grande con todos mis compañeros de trabajo, ¡cómo no hacerlo! Era hacer de manera palpable y muy concreta el compromiso de cariño para que las cosas se pudieran mantener, y no hubiera despidos y todas esas situaciones complicadas que han ocurrido. Fue iniciativa mía.

Pensaba que animar Viña “ya no fue” y fue un sueño que revivió. Si le preguntas a cualquier animadora, te dirá que llegar a un escenario como la Quinta Vergara es soñado y maravilloso. Pero sentí en un momento que ya no se había dado y tomé la decisión de venirme a Mega y justo —cómo son las cosas—, Mega postuló a la licitación, a lo mejor sin tanta esperanza de conseguir ganársela; pero poco a poco las armas del amor y la paz se imponen, jajaja, y Mega se quedó con el Festival y me pidieron ser la animadora. Es tocar un sueño que siento que había acariciado tanto tiempo y había quedado un poco relegado. Pero revivió.

Cuando me vine a Mega, nunca me plantearon la idea de animar el Festival; estaba tan establecido, todavía estaba en posición de TVN y Canal 13, y en general las concesiones en general se renuevan. No existía posibilidad. Prometo que cuando me vine a Mega el Festival nunca estuvo en mi mente. Nada. No se me ocurrió ni siquiera que Mega pudiera postular.

Karen Doggenweiler
"Prometo que cuando me vine a Mega el Festival nunca estuvo en mi mente", asegura Karen. Foto cedida.

Ha sido un año muy redondito, de mucha felicidad y plenitud. Estoy en Mega, mi casa televisiva, donde me han acogido, valorado y querido. Me siento súper feliz. Estoy con el Jose (Antonio Neme), que somos amigos de hace hartos años; y tengo un equipo espectacular, trabajamos muy estrechamente. Así que llegar a Viña será muy bonito, reunirnos en un escenario que es el mejor lugar posible. ¿Si me había sentido antes tan querida en mi casa televisiva? Sí, siempre he podido hacer programas que me han gustado. Y tuve la posibilidad de recibir esta oferta, tomarla y pensarla harto, porque llevaba muchos años en TVN, donde llegué a hacer mi práctica súper chica. Siento que a veces es bueno dar esos saltos y abrazar esos sueños.

En Camino a Viña (Mega) todos con quienes he compartido experiencias (como Soledad Onetto, Sergio Lagos y María Luisa Godoy), más que darme consejos, me dicen, por ejemplo: “Me paso esto frente a esta situación”, y con lo que me quedo de cada uno es que comparten conmigo vivencias tan íntimas. Todos tenemos algo en común con ya estar en ese escenario: compartes algo de la emoción, el nervio, lo majestuoso y todo lo lindo... El disfrutar el proceso es muy valioso. En general me toca mucha gente que me dice: “¿Oye, estás nerviosa?”. No, lo he vivido con mucha alegría y entusiasmo. Era algo muy esperado. Qué rico. Siento que tenemos que mirarlo como una fiesta. Vas hoy a Perú, México y todos te hablan de Viña; igual en Miami, ahora cuando estuve con el Rafa (Araneda). Pero nosotros lo vivimos como “¡qué nervio!”, “¡qué atroz!”, “¡cuenta regresiva! ¡Ya viene!”. Tenemos que vivirlo con más alegría y disfrutar. Ya he hecho festivales como Olmué o Talca; Viña es un escenario que he esperado tanto que por eso creo que lo vivo con tanta alegría.

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"Viña es un escenario que he esperado tanto que por eso lo vivo con tanta alegría", declara Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

¿Qué haré con el beso de los animadores? Además este año creo que habrá mucho beso, porque hay hartos co-animadores; o sea, voy a ser la animadora más besada, jajaja, porque estará Rafa (Araneda), Pancho Melo, el Jose (Antonio Neme) y el “Sepu” (Rodrigo Sepúlveda), ¡qué puede pasar ahí!, jaja, ¡Alerta!, “te lo cedo”... con Pancho sería más fácil (el beso) porque es actor, pero yo no, jaja. Hemos hablado del beso... incómodo, porque en la reunión de pauta es como: “¿Y qué pasa si piden el beso?”. Y yo ahí miro para arriba, jajaja... Los quiero tanto a todos, somos amigos y nos tenemos súper buena onda. Pero en el fondo la tónica es que si lo piden “ya, bueno”, habrá que ver qué hacer. En cuanto a la animación en sí, con el único que no he ensayado es con el Jose (Neme), pero llevamos ensayando hace mucho tiempo (por los años en pantalla). Sale muy natural, cada uno con su estilo, todos lo hacen fantástico. Sorprende, me encanta y le da dinamismo a esos espacios.

Me dieron todas las garantías para animar con libertad, nos han dado todas las posibilidades de ser muy libres, Cristian Herrera, nuestro encargado de contenido, pero también Alex Hernández, Rodrigo Norambuena y todos los que han estado trabajando en el equipo. Creo que hay que hablar sin guion, sin tanto libreto, hay que sentir y vivir. Por ejemplo, si me dicen “saludo”, ¿cómo me van a poner ‘hola, buenas noches’?“. Tengo que saludar y lograr en ese minuto que hable el corazón.

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"Me dieron todas las garantías para animar con libertad", asegura Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Nos ha tocado preparar pifias, hemos ensayado. Con Julián (Elfelbein) nos tocó en el Festival de Iquique (2012), con José Luis Gioia, un humorista argentino, muy talentoso, pero insistía en entrar cantando; nosotros le decíamos con Julián: “¡No! Tienes que entrar con un chiste acá a Chile, ¡tienes que entrar rápido y pegar el golpe con un chiste bueno!”. Y él insistía: “No, no, no”. Y entró cantando... Duró tres minutos, ¡atroz! Se fue y con Julián tuvimos que hacer una como rutina y todo. Son momentos complicados. En el humor, en general, los animadores se quedan ahí muy cerca del escenario para estar ahí bien atentos.

El público de la Quinta Vergara es vivo y soberano absolutamente. Creo que uno puede decir “escuchemos para que el artista presente su espectáculo”, pero también el público tiene todas las atribuciones para decir si algo le gusta o no po'. Es un público muy libre y eso, de ser tan vivo, también es un tremendo atributo que no se puede perder. Lo que pasa con las pifias es que no puedes forzar si algo no está funcionando. Puedes decir que alguien mostró en el escenario el trabajo que lleva realizando durante un buen tiempo y el público evalúa, no se lo puede medir por una presentación. Cada uno deja en el escenario lo mejor de sí, y si al público no le gusta, ¿cómo lo vas a forzar u obligar a que lo aplaudan? No po'. Creo que los animadores no deberían tener esa labor.

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"El público de la Quinta Vergara es vivo y soberano absolutamente", declara Karen sobre las pifias. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Neme se ha mostrado “reticente” con su participación en el Festival, pero lo he convencido de que será una experiencia tan bonita: estaremos en ese escenario juntos, y la gente lo recibirá con harto cariño, ¡y se va a poner el prendedor más lindo que tenga para ese día!, jaja. Lo vamos a pasar fantástico. Aparte, estar en la Quinta Vergara es un escenario que le fascina. Creo que está, por supuesto, el nervio que uno siente, pero el conoce mucho Viña del Mar. Me contó que fue una vez con su papá y logró escaparse desde la galería hasta casi el escenario para ver la Yuri más de cerca, ¡era un colorín chico!, y ya estaba fascinado con Viña, con cómo era este escenario. Será muy lindo que estemos juntos ahí los dos.

¿Cómo viví la casi partida de Neme a CHV? Sabía que el amor es más fuerte, JAJA... Pero me encanta porque el Jose es bien soñador y también tiene harto cerebro, entonces creo que fue muy bueno que sopesara todo y que finalmente tomara una decisión que va ser muy buena, porque viene Viña, que son cuatro años luminosos, y él ahí tiene un protagonismo único.

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Karen analiza su amistad con Neme y el presente de él en TV. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Neme dice que tiene pocos amigos en la televisión y que yo soy un de ellas (en Sin Editar, de Pamela Díaz). Lo adoro y nos queremos muchos, nos preocupamos y estamos siempre en contacto; tenemos tantas cosas en común, amamos a nuestros animalitos. Somos amigos de hace muchos años, y hasta conozco a su papá además, el “Toño” (Antonio Neme). Nos hicimos muy amigos con el Jose cubriendo Viña, entonces se iba a mi pieza y pedíamos comida. No nos hemos separado más.

El 23 de febrero sería el cumpleaños de mi papá. Siento que me acompaña. Cuando el papá no está es bien brutal, porque se me mueve el piso, y nosotros éramos muy amigos; me ha hecho mucha falta. Pero siento que está presente en cada uno de estos momentos de mi vida, y estará por supuesto presente. Mi papá era ingeniero comercial, más cuadrado, entonces no era tan expresivo y del mundo de la tele no cachaba tanto, pero llegó a estar muy orgulloso de mí. Creo que ese día estará celebrando.

Daniel Valenzuela y Martín Cárcamo han destacado mi doble sentido. Eso viene de mi mamá, que es divertida y siempre ha sido muy rápida y con mucho sentido del humor, hasta hoy... Mi mamá está bien, tiene 82, estuvo con problemas en la cadera; ahora está fortalecida, milagrosamente; no camina, tiene problemas de movilidad, pero está muy activa y tiene a sus amigas; y está preciosa. Está al tanto de mi rol en Viña, y le encanta. Me da risa que me preguntaba: “¿Pero quién será el animador?”. “Mamá, te prometo que todavía no se ha comunicado”, le decía yo, jaja. “¡Pero cómo!”, me decía, y yo tampoco sabía; creía que no le quería contar. Está pendiente de todo.

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La madre de Karen pasó por una serie de problemas de salud, para ya se encuentra bastante recuperada. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Julián Elfelbein es un amigo muy querido, un hermano, que sonó durante el año para animar con Viña. Y siempre es un agrado estar con él, ¡en cualquier escenario! ¡En todos! Y coincidir en la vida siempre.

Con Mauricio Pinilla somos amigos, le escribo, le mando saludos, lo encuentro súper talentoso. Nos tocó compartir programas súper bonitos (en TVN). Fue una muy bonita etapa de trabajo juntos y, por supuesto, de amistad; fue a mi casa. (De sus crisis nerviosa) tiene que hablar y comentar él. Pero lo que yo puedo decir es que lo veo súper bien, y siempre le mando algún mensajito. Tengo los mejores recuerdos.

Animar Viña es un sueño absolutamente, ¡maravilloso!, para cualquier animador... ¿Qué vendrá ahora? Este es el punto de partida, ¡de más cosas! Cuando uno dice “ya he hecho todo”, no puede pasar eso, ¡nunca! Siempre quedan cosas por hacer. Me encanta la tele, me fascina y creo que los matinales hoy son un espacio potente, poderoso y muy importante para tomarle la temperatura al país. Son espacios que valoro mucho.

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"Este es el punto de partida, ¡de más cosas!", declara sobre Viña. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Con más de dos años en Mucho gusto (Mega), el balance en súper positivo. La gente me dice: “¿Cómo te levantas temprano?”. Me cuesta menos levantarme a las 5 que a las 7 AM. Me encanta el horario matinal y el equipo del Mucho gusto. Me entretengo, me sorprendo todos los días y lo paso increíble con el Jose, que creo que es el mejor animador, y este es el mejor equipo. ¿Cómo no disfrutarlo todos los días?

Willy Sabor, que fue mi compañero en Radio Candela, dijo que no me gustaban los matinales (en Hay que decirlo), jajaja. No, sí me gustan los matinales. Quizá en algún momento no me gustó el contenido de los matinales, puede ser, no sé. Me gustan y creo que me queda cómodo hacerlos. He hecho estelares, telerrealidad, eventos masivos y realities (como Pelotón); y de repente me gustaría explorar con un podcast de conversación, puede ser entretenido.

¿Me proyecto en la televisión? Vivo súper en el presente. Creo que las cosas cambian, son dinámicas y la vida te sorprende. Soy súper agradecida y feliz del presente.

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"Soy súper agradecida y feliz del presente", resume Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

“Su matrimonio con ME-O le significó un costo TV”, dijo Jacqueline Cepeda... ¿Qué pienso de ese diagnóstico?... Puede ser, ah, jeje... Siento yo que sería muy terrible si así hubiera sido, porque uno quisiera que en Chile las mujeres tengan que pensar igual que el marido, que estemos pegadas o seamos una extensión del marido. Eso es algo que debería terminar, no debería pasar con nadie. Sobre haber apoyado sus primeras candidaturas, (fue) sin tomar la calculadora y sin pensar si me convenía o no, creo que actuar con el corazón es valioso siempre... En algún momento, por supuesto, pensé que podía ser Primera Dama, ¡sí!

No me gustaría un cargo de elección popular, y ahora menos. ¡No! Tiene un poco que ver con que no me gusta liderar. La política me importa y me emociona lo que pasa, y me preocupa y ocupa, pero no yo estar ahí en un cargo o de asesora. No.

Con Mario Amorós escribimos Conversación íntima con Karen (2017). Eran diálogos entre ambos y reflexionamos sobre muchas cosas como la televisión pública. Es un tremendo escritor, súper conocido, un biógrafo increíble; un honor que haya escrito esos diálogos conmigo. Me gustaría escribir; no sé si mis memorias, jajaja. Me gusta la ficción, que supera la realidad, jaja. Me encantaría escribir una novela. Soy soñadora, jaja. Mauricio Correa me decía siempre: “Tienes que escribir guiones, libretos”. No he escrito nada, pero se me da escribir. Da mucho pánico esto de empezar a escribir y uno como que se asusta, ¡y no! Hay que ser mucho más libre: tomar el lápiz y lanzarse... “El lápiz”, qué antigua, jaja.

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"Me encantaría escribir una novela", manifiesta Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

La Fernanda tiene 29 años, vive en Argentina, es espectacular, súper inteligente y libre. Me encanta la carrera (como cientista política) y vida que está haciendo. Finalmente tener dos hijas que sean tan autónomas me parece genial. Me ha costado muchísimo, ha sido súper duro que se hayan ido, que sean tan libres. Fernanda tiene su personalidad, forma de ser y yo la adoro, y valoro mucho lo que la valoran a ella allá (en Argentina); le llegan muchas felicitaciones, lo hace muy bien.

La Manuela tiene nueve años de diferencia con la Fernanda. Me fascina esa niña, tiene 20. Me encanta, lo amorosa, inteligente, cómo analiza las cosas, su punto de vista, su humor, estudia Filosofía igual que Marco; está en el mundo de la ideas, le encanta leer. Hablamos todos los días (vive en Francia), y los fines de semana mucho más; me pregunta y me comenta. Ha vivido muy de lejos todo lo del Festival, entonces no sé si dimensiona realmente todo lo que significa, jaja, como que le digo: “¡Manu!, estoy en ensayo”, y se escucha detrás: “Viña del Mar sale al mundo”. Ha sido bien intenso, ha vivido todo esto con distancia, pero siempre muy contenta y orgullosa; estamos muy pendientes de las cosas cotidianas, como “¿qué almorzaste?” y “¿a dónde vas a ir?”. En París ir al cine es como ir a misa, la gente se queda hasta los créditos; y me cuenta todo lo que es una cultura que, a lo mejor, para nosotros es tan distinta. O va a las distintas bibliotecas porque a veces hay muy mala iluminación en los departamentos, que son muy chiquititos; el panorama es buscar dónde estudiar, ¡qué cosa más linda! ¡Precioso!

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"Me encanta, lo amorosa, inteligente, cómo analiza las cosas", analiza Karen sobre su hija menor. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

El tener dos hijas del mundo de las ideas es genial, me encanta (una filósofa en formación y cientista política). Siento que ahí una se conecta con esa parte humanista. Me gusta mucho la filosofía y también la estudié en la universidad, entonces me encanta hablar de los grandes pensadores, y la gente que ha pensado el mundo; es fascinante. La filosofía, además, se preocupa de temas súper cotidianos, de lo que vivimos todos, del tiempo. Me entretengo mucho.

El síndrome del nido vacío es heavy, ¡lo sufrí mucho! Fue terrible. Pero ya me acostumbre, además tengo tanta cosa que hacer que esos espacios se llenan. Y en realidad nos vemos, ahora estuvo en Navidad, y con la Fernanda también, que la fui a ver ahora hace poco... ¿Si me irán a ver al Festival? La Manuela entró a clases en septiembre, entonces justo estará con pruebas en esa fecha; y la Fernanda está con trabajo, trabaja harto, tiene tres trabajos, entonces trabaja hasta los sábados y domingo. Pero igual me siento súper acompañada. Y por otro lado, pienso que tampoco es malo estar concentrada en lo que tengo que hacer. Hay gente que necesita tener a mucha familia alrededor para hacer su trabajo y estar tranquila; a mí me pasa al revés: mientras más sola y concentrada antes de salir (mejor). Para mí esos momentos de tranquilidad y concentración son bien importantes.

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"El síndrome del nido vacío es heavy, ¡lo sufrí mucho!", declara Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Somos malos para hacer carretes. Soy súper fome. Marco tiene amigos y todo, pero en general yo tanto. Pero siempre a mi casa llega alguien y es bienvenido, se abren las puertas para el que quiera ir...

“En general la gente de la tele es bien curaita” ¿Dije eso? Qué brutalidad... y algunos voladitos, jaja. Nunca he tomado. La Angelina, mi maquilladora, cree que yo moría alcohólica en otra vida, porque nunca he tomado, ¡nada! Ni siquiera una copa de champaña. Y tampoco fumo. Copete, cigarro ni nada, jaja.

Hay días en que me siento de 18 años y otros de 90. Hay días y días, jaja. Creo que a veces el cansancio de hacer muchas cosas. Hay días muy largos, los lunes son más difíciles, pero los viernes termino de quince. Voy mejorando en la semana. En general, en mis tiempos libres estoy con mi familia, con mis perritos, que me quitan mucho tiempo; “Benito” es muy intenso, muy demandante, ¡exquisito!, tiene unos bigotitos, es delicioso, viejito.

Cuestionario Pop

Si no hubiera sido comunicadora, habría sido bailarina, ¡de todas maneras! ¿Algún estilo en especial? Ballroom o ballet.

En mi época universitaria en la U. Mistral, era estudiosa y fue una muy linda época de mi vida, la pasé muy bien.

Un apodo es “Gringa”, pero ahora (en Mega) lo perdí por “La Gringa”, la Marianne Schmidt (periodista internacional). Me encanta que me digan Karen Sylvia, lo encuentro divertido, JAJA. Eso es de puro enamorado mi papá, que mi mamá se llama “Sylvia”, pero no le pega mucho el hombre; encuentro que no tiene nada que ver “Karen” con “Sylvia”... pero bueno... estaba muy enamorado.

Un sueño pendiente es ir un viaje espacial, ver la Tierra de lejos debe ser precioso.

No tengo cábala, ni siquiera para el Año Nuevo, ni las uvas ni las lentejas ni las maletas, ¡nada! Creo que mi cábala es no tener cábala: resistirme y luchar. No soy supersticiosa, pero tengo vida espiritual; soy creyente, pero no voy a misa. Y quiero creer, me esfuerzo en que quiero creer. Creo que después de la muerte hay algo en que nos vamos a encontrar de otra manera. Con la muerte tengo una relación de mucho misterio.

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"Con la muerte tengo una relación de mucho misterio", dice Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

¿Una frase favorita? Ninguna que recuerde, pero siempre me repito, como cuando mi hija me dice: “¡Mamá, tengo que leer tres libros de Hegel!”, y yo le digo: “Tú puedes”. Y siento que yo también me digo ese mantra: “Tú puedes”.

Un trabajo mío que no se conoce es empaquetando en el supermercado. Los regalos me quedan espectaculares... aunque ahora uso más bolsitas, jaja, es más fácil.

Con mi primer sueldo invité a dos amigas muy queridas a comer, una cosa sencilla, en 1991, haciendo la práctica.

¿Algo de lo que me arrepienta? Miles de cosas, pero también pienso que, a propósito de cosas en las que uno se ha equivocado, han salido cosas buenas. No puedo decir que “esto es terrible”, porque con el tiempo uno dimensiona y le toma propósito a todo; por ejemplo, que me casé y me separé, pero uno tampoco puede decir que “es un fracaso”: tengo una hija. Cualquier cosa que uno la mire con la perspectiva del tiempo la ve con un propósito, que fue crecimiento y aprendizaje.

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" Cualquier cosa que uno la mire con la perspectiva del tiempo la ve con un propósito", reflexiona Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

¿Un animador/a que admire? Cualidades de varios: le pondría el arrojo del Jose (Neme), el encanto de Julián, la sonrisa de Martín (Cárcamo), la espontaneidad de Pancho (Saavedra), la perseverancia de Don Francisco, el rigor del Rafa (Araneda), la frescura de la Diana (Bolocco), la serenidad de la Mari (Godoy) y la desfachatez de la Pamela Díaz.

Un amigo/a de la tele es Julián y Gino Costa, que lo amo.

Un pasatiempo oculto... me gustaría poder tejer más, me encanta, es terapéutico.

Una película que me hace llorar es Marley y yo, ¡es atroz!... porque todo el mundo dice Los puentes de Madison.

Creo en el horóscopo por entretención más que creer fervientemente, ¡me encanta! ¡Aunque soy muy Virgo! Los Virgo son mateos y muy detallistas, meticulosos y prolijos.

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"Los Virgo son mateos y muy detallistas, meticulosos y prolijos", asegura Karen. FOTO PABLO VÁSQUEZ R

Si pudiera tener un superpoder me gustaría ser invisible para mirar y escuchar.

Un placer culpable los dulces, kuchenes, cheesecakes y helados, que me fascinan. Ahí me sale toda esa parte media alemana.

Si pudiera invitar a tres famosos de la Historia a un asado, elegiría a Neil Armstrong, que dijo un “pequeño paso para el hombre, un gran paso para la Humanidad”; Gabriela Mistral, talentosa e incomprendida; y Christian Dior, de la moda, que le tocó vivir la Segunda Guerra Mundial.

Karen Doggenweiler es mamá, esposa, periodista, comunicadora y soñadora.

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