La Firme con Pancha Merino: “Me gusta la familia, soy media machista pa’ mis cosas y en la TV siempre he hecho el camino largo”

Entrevista a fondo para La Firme con Pancha Merino, comunicadora y conductora de TV. 

Foto: Andres Perez
Entrevista a fondo para La Firme con Pancha Merino, comunicadora y conductora de TV. Foto: Andres Perez

Mientras conduce su programa espiritual Pedro y Pancha (TV+), la comunicadora repasa su historia vital: los años de actriz, la etapa farandulera, el renacer tras millonaria estafa y quiebre matrimonial, su presente en la TV, lo que le depara el futuro, y anécdotas y reflexiones varias: “Jamás he ido de intelectual ni profunda por la vida”, declara.

En vivo, tras un breve rito de conexión, con las manos extendidas y los ojos cerrados, Francisca Merino Garrido (51) recibe silenciosamente el “rayo blanco” del Arcángel Gabriel, que “justamente es el de la comunicación, el de los comunicadores, el nuestro”, comenta ella junto a Pedro Engel, su dupla en en su programa de las tardes en TV+, de lunes a viernes a las 17:00 hrs.

Y es que si bien Pancha estudió actuación y tuvo una serie de protagónicos en teleseries de Canal 13 entre fines de los 90 y principios de los 2000, ahora, minutos antes del programa admitió a La Cuarta que le no gusta ver sus grabaciones en melodramas y que su carrera ha sido, en efecto, la de una comunicadora. Sus inicios mediáticos los recuerda muy conectados con la cultura india y una espiritualidad que, en algún momento, se le extravía con los rumbos que tomó su vida y los años como opinóloga de farándula en SQP (CHV).

Sin embargo, —aunque no reniega de su lado farandulera hasta hoy— golpes vitales como su quiebre matrimonial y la millonaria estafa que sufrió desde su círculo íntimo, reformularon sus prioridades en su búsqueda por sanar, volviéndose el “crecimiento emocional y espiritual” —según dice— lo que buscaba comunicar, inicialmente en sus redes sociales, y hoy con su propio espacio junto a “Pedrito”.

Con La Firme, Pancha repasa su historia: la niña buena para la pataleta, no muy aplicada en el colegio y con atracción por lo mediático; los inicios en la actuación y el fenómeno de Adrenalina; los locos años en SQP, donde chocaba cómicamente con Felipe Avello; los cambios post separación, estafa y otras penas de la vida; su lado como madre de tres; su anhelo pendiente con la radio; reflexiones, anécdotas y balances varios; y mucho más, a continuación.

LA FIRME CON PANCHA MERINO

Cuando chica salía a caminar con mi papá, Ernesto, por las calles —que mi abuelo vivía en Santiago Centro—, y recorríamos mucho, o por La Reina; le encantaban los barrios, y le gustaba mucho sacar fotos y me tomaba fotos a mí. Yo soñaba mucho, me gustaba mucho jugar en el living de mi casa a que era cantante, y ponía el cassette de la Raffaella Carrà y cantaba arriba de la mesa de centro. Vivía soñando.

Era pataletera cuando chica, jaja, buena para la pateleta. Era rabiosa. Me tiraba al suelo. Mi papá era muy rabioso; creo que también viene de genética.

Mis papás se separaron cuando yo tenía seis años. Eso me marca mucho en la importancia de armar mi propia familia. No quería repetir patrones, pero los repetí igual... Los repetí... Al final esa época me sirvió para cuando yo me separé, que tuve que aperrar sola y que tuve luchar durante mucho tiempo sola.

Francisca Merino
"Tuve luchar durante mucho tiempo sola", recuerda Pancha sobre su separación. Foto: Andres Perez

Estuve en cinco colegios, me iba muy mal en las notas, en comportamiento y en todo. Después salió una ley que no era llegar y echar a un alumna, pero en esa época te suspendían la matrícula y listo, te echaban. Era desordenada, pero tampoco mala ni de las que salía a fumar ni nada; era buena pal bullying, para poner sobrenombres, muy distraída; entonces no me iba muy bien, no tenía muy buena autoestima en lo académico. Y siempre le decía a mi papá: “Es que me tienen mala los profesores”, y él me respondía: “¡Siempre con la misma! ¡Cómo todo el mundo te va a tener mala!”. “Es que, papá, me tienen mala, me tienen mala”, le insistía, jaja. Eso sentía básicamente.

Una vez, como a los quince años, hablando con mi abuela Rosa, me dijo: “¿Qué quieres ser cuando grande?”, y le contesté: “No, me quiero casar y ser dueña de casa”. “¡No, eso no es una profesión! ¡Cómo se te ocurre! Los hombres te van a poner el gorro y vas a ser una esclava”, me contestó. Me la pintó tan grave que me asustó, me dio miedo. Ahí caché que tenía que ser algo más que mamá. Salí (de la escolaridad) dando exámenes libres, de tercero y cuarto medio, a los dieciocho años, y me puse a estudiar Teatro.

Mi papá era publicista, entonces siempre me llevó mucho a grabar comerciales y a él lo invitaban mucho al teatro, y fui varias veces a ver La pérgola de las flores o unas obras de Nissim Sharim... Y me gustó el teatro y quería hacer tele, me encantaba la televisión, me gustaban las cámaras. En el colegio había empezado a hacer comerciales, entonces me gustaba el mundo del cine. Obviamente, cuando entré a estudiar Teatro, dije que quería ser actriz de teatro, sino te echaban.

Francisca Merino
La actriz recuerda sus inicios mediáticos, cuando quería ser actriz de televisión, lo que no era bien visto en el rubro teatral. Foto: Andres Perez

“¿Pasaste muy malos ratos en la época farandulera?”, me preguntaron una vez, y respondí que “no menos malos ratos de los que pasé como actriz”. Me refería a que igual el ambiente del teatro es difícil; si no piensas como ellos o no quieres lo mismo que ellos, te prejuician. Siento que siempre tuve un poco que demostrar quién yo no era. Y como fueron mis inicios en la televisión, eran angustiosos; más que ser famosa, me importaba trabajar en lo que yo quisiera. La exposición pública en los primeros años me costó, el verme expuesta, me veía actuando en la tele y no me gustaba, me criticaban, no me gustaba mi físico, lo que decía... o sea, me sentía muy insegura. Y me importaba mucho el qué dirán, cosa que ahora me da lo mismo... No sé en qué momento me dejó de importar, pero ya hace muchos años.

Después de Adrenalina viajé por primera vez a la India, que siempre me gustó, porque me hice amiga de unos amigos que vivían en El Arrayán, y ellos eran seguidores de Osho, y ahí aprendí a meditar. Y cuando terminé la teleserie, me quise ir a viajar; pasé por Londres a ver a una amiga que vivía ahí, y de ahí me fui a la India. Fue súper intenso. Me enamoré de un chico que se llamaba Silvestre, que falleció, tuvo un accidente automovilístico en Ibiza; yo ya no estaba con él, era como un “pololeo de verano”. Me convertí en sannyasi, y me conecté con la espiritualidad profundamente, con el trabajo del yo. Antes en las teleseries, uno tenía contrato y te daban tres meses de vacaciones, entonces esos meses me iba a la India, y después volvía a mi realidad, a trabajar, a lo mío.

Nooo me gusta verme actuando, por ejemplo, en Adrenalina (Canal 13, 1996), jajajaja, encuentro que soy pésima... En Hippie (Canal 13, 2004) lloraba bien, siempre he llorado bien, pero la actuación es mucho más que llorar po’.

En la época de Adrenalina los fans me mandaban cartas, que me las leía Berta Lasala en el auto, y algunas todavía la tengo guardadas... Ay, eran todas súper tiernas, pero la que más me marcó era una niñita que me mandaba su mesada de regalo, qué tieeerna; no me acuerdo qué hacía con esa plata, eran como dos lucas. Recuerdo con cariño esa época. Lo que sí, yo era muy inmadura, entonces no la valoraba al nivel que ahora podría valorarlo. Las personas vamos cambiando, nos vamos sensibilizando; en unas cosas nos vamos haciendo mejores personas; y otras, peores. Pero siento que con el tiempo me he vuelto mucho más compasiva, en todo orden cosas, con los animales, las personas e incluso los fans; tengo otra amabilidad y paciencia.

Francisca Merino
Pancha recuerda las cartas que la enviaban sus fans, particularmente una que le enviaba su mesada. Foto: Andres Perez

He desarrollado una carrera de comunicadora. Ahora siento que actuaría mucho mejor mejor antes, manejo mucho mejor la técnica. Estudié acá en el Gustavo Meza (Escuela Teatro Imagen), trabajé y después estudié en Madrid, y ahí realmente aprendí un poco la técnica de verdad. Siento que ahora sería mucho mejor actriz, pero tampoco me daría el tiempo como mamá, dueña de casa, hijos, perros y gatos, que me gusta. No me veo grabando teleseries todo el día.

“Me habría encantado tener ese talento, quise, lo seguí, me metí en hartos problemas por tratar de ser como él”, dije sobre Felipe Avello y SQP en Podemos hablar (CHV). Tuvimos hartas polémicas. Una vez un grupo de música nos demandó a mí y a Felipe; él les dijo todo y yo me colé diciendo “sí, tiene razón”, y ahí estábamos los dos... Puras estupideces... Claro, Felipe trabaja mucho con la improvisación, y además es cultísimo. Y a mí no me daba po’, jajaja. Nos enojábamos televisivamente, no de verdad. Yo lo quiero muchísimo. Lo fui a ver al Festival de Viña (2019). Me encantó... Soy mala para ir a los shows, no tengo tieeempo, tengo tres hijos...

Con Felipe una vez estuvimos de invitados en Mentiras Verdaderas (en el 2017, con Ignacio Franzani)... Mi chanchito, es tan bueno, yo lo quiero mucho... (“Tiene una energía que no me acomoda”, comentó Avello sobre Pancha en aquel programa de La Red. “Me saca de quicio, iracundo, rabioso”). Él se picaba muchísimo conmigo, porque yo le echaba a perder su rutina, me metía en medio, de picada po’. Uy, se enojaba. Después nos íbamos a comerciales, y me decía: “¡Eres una taraadaaaaa!”.

Pancha Merino
Pancha recuerda que intentaba hacer comedia como Felipe Avello, pero no lo lograba. Captura de SQP

“Hablar del resto es un karma”, he dicho sobre mi paso por la farándula, a pesar de que “me queda una gota de farandulera”; todavía me queda, me queda, y no la quiero soltar, jaja. Pero no me gustan los temas (faranduleros), me angustian, y me aburre estar que “esta se separó” o “este le puso el gorro”. Claro, para estar un rato y comentarlo con una amiga, sí; pero para ir todos los días a trabajar en esos temas, es frustrante... Además, yo no iba a la pauta, yo era entretención, en el mismo rol de Felipe. No era que llegáramos como “oye, pasó esto” y con el dato. Ahora no está ese rol en los programas de farándula (el de entretención). Y además el rol de la comedia es difícil, porque igual quedas de tonta, de estúpida... Al Felipe ya no le importa, pero a mí sí po’, porque igual tengo hijos... La farándula yo creo que me sirvió para dejar atrás el ‘qué dirán’.

Pablo Illanes (destacado guionista de teleseries chilenas) es el padrino de uno de mis hijos. Ya no tengo relación con él.

Tras la separación y la estafa, ahí me di cuenta quiénes eran realmente mis amigos, quiénes de verdad estaban conmigo, que fueron muy pocos. Me equivoqué al escoger amigos, porque al final yo traje ese nivel de amistad. Me quedé con mis amigos que estuvieron conmigo en mis peores momentos, y a eso los valoro; y más allá, (con) los amigos que ha traído mi pareja, bien, buena onda, pero mi núcleo de verdad fueron los pocos que estuvieron conmigo. El resto no me interesa mucho, y tampoco me queda mucho tiempo. Hoy en día el tiempo cambió: ya a nadie le alcanza mucho el tiempo. Corro todo el día... Dicen que está entrando una nueva frecuencia de luz al planeta, por lo tanto el tiempo se acortó. Siento que antes me alcanzaba más el tiempo.

En el fondo, pre-separación y haciendo farándula, tuve una flojera espiritual y me olvidé del trabajo de mi yo interno y lo espiritual. Y dado lo de la estafa y la separación, volví a mi raíz y a trabajar y meditar, orar, y me volví a conectar con la Pancha que era antes, la de Adrenalina, cómo eran mis inicios.

Francisca Merino
"Me olvidé del trabajo de mi yo interno y lo espiritual", recuerda Francisca sobre un largo periodo de su vida. Foto: Andres Perez

Tengo un nivel de compasión más importante y me importan otras cosas que antes no. No sé por qué aumentó, pero ahora ando sufriendo mucho con los animales. Me obsesionan mucho los animales, los perros en la calle. Eso antes no me pasaba; miraba a los perros como perros. Perdí una mascota y eso me hizo cambiar mi switch. Esa mascota me la robaron, una perrita, la “Pucca”; fue hace tiempo, pero hasta el día de hoy sufro.

Con mi papá tuvimos una relación inestable. Estuvo seis meses sin hablarme después de mi primer comercial en bikini... Muchas veces estuvimos sin hablarnos, jaja. Siento que igual, dentro de la media, me faltó un poco papá. Pero igual mi papá fue un 7 y me dejó muchos valores (tras su muerte en septiembre del 2015), que hasta el día de hoy siento que lo heredé. Era un hombre muy amable con todo el mundo, que sabía trabajar en equipo, que respetaba a todo el mundo, y que siempre saludaba, desde al portero de una empresa hasta el dueño; no había diferencia. Siento que, en ese sentido, soy igual. En el fondo hizo lo que pudo, dentro de sus posibilidades, de su inteligencia emocional, hizo lo que más pudo por nosotros.

A Pedro Engel lo conocí en Bienvenidos (Canal 13), y es como un segundo papá para mí. Encuentro que se parece mucho a mi papá, físicamente, cómo se ríe, las bromas que dice, las manos gruesas…

En el 2022 sentía que tenía pendiente hacer un programa espiritual en la tele, y ahora lo pude co-crear, con Pedro y Pancha. Me gustaría seguir con la línea holística y de crecimiento emocional y espiritual, y me encantaría poder trabajar un proyecto radio, porque mi papá era de radio y siento que nunca he podido —y nunca he querido tampoco—, pero ahora me gustaría, porque tengo un tema que me gusta y me llena. Antes, ¿qué iba a hacer en la radio? Tampoco sé tanto de música. Claro, podría haber hecho farándula, pero siento que el tema que trabajo (ahora) sí podría irse a la radio.

Pedro y Pancha es importantísimo en mi rutina, me tiene realmente súper feliz y entusiasmada con mi vocación de comunicadora, porque siento que, de verdad, estoy dando un servicio real. Y al mismo tiempo yo también me sigo sanando, y son todos los temas que a mí me sanaron después de mi separación y de la estafa que sufrí, que me dejó súper mal; y en vez de hundirme en las pastillas, en antidepresivos, decidí más irme por el lado holístico y siento que pude salir de eso y sanarlo.

Empecé a traer los temas (espirituales) al Milfs (TV+); de ahí me fui, se creó Tal Cual y volví. Yo estaba justo haciendo una meditación de Joe Dispenza —un neurólogo muy famoso, que tuvo un accidente en bicicleta, quedó tetrapléjico, se recuperó mediante muchas técnicas, y es un gallo súper capo que ha difundido su conocimiento y ha recuperado y sanado a mucha gente—, que es para co-crear la vida que tú quieres, que son 21 días, y yo le hice como en 50 días. Estaba co-creando porque tenía un proyecto para el C13, donde tenía que llegar con todo listo, hasta que un día dije,: “Ay, qué lata, ¿por qué tengo que estar buscando auspicios? Quiero un proyecto de crecimiento personal y espiritual, pero de la mano de un canal... ¡que ellos busquen un auspicio, que ellos hagan esa huevá!”. Me empecé a imaginar en el canal y todo, pero no me imaginaba este (TV+), y como al poco tiempo me lo ofreció Gonzalo Cordero (productor ejecutivo de TV+), Pedro y Pancha, y yo estaba dichosa.

En el 2022 no me veía yendo a la televisión todos los días, y ahora estoy en eso, y vengo feliz, porque, además, es un canal chico, hay súper buena onda en nuestro equipo, son temas que de verdad me llenan y tirar pa’ arriba, ningún tema de los que tocamos me bajan la frecuencia, ninguno te da miedo ni angustia.

No me gustaría ser animadora porque hay que estar mucho tiempo concentrada, jajaja, pero podría ser animadora a mi estilo. Me gustaría hacer un programa en solitario, no es una idea que deseche.

Francisca Merino
"Me encanta decir la edad que tengo", declara Pancho sobre su presente etario. Foto: Andres Perez

Durante el Festival de Viña 2024, tuve un encontrón con un transeúnte que estaban entrevistando (Nacho Pop en terreno para el estudio de Tal Cual), que dijo que yo estaba ‘echa pico’, jajaja... (no dijo eso, pero) “Era taan bonita”, dijo, como diciendo que yo ahora estaba hecha pico. “Pucha, si la Pancha Merino era reeegia”, algo así dijo... No tengo ningún tema con la edad ni envejecer. Me encanta decir la edad que tengo, que tengo 51 años, para que la gente te diga ‘ay, no parece’”.

Siento que ya nada me falta por sanar (a propósito de la separación y estafa). Ya estoy sanando la memoria de dolor de reencarnaciones antiguas; pero en esta (“encarnación”) siento que estoy súper bien. Ahora básicamente estoy viviendo en el presente y feliz. Ya entendí que lo que pienso y siento lo empezaré a co-crear, entonces evito pensar y sentir situaciones malas. Ya sé que mi cabeza siempre me querrá meter un cuco en el futuro, que me puede ir mal o que me puede pasar tal cosa, y ya lo reconozco.

En abril festejé la caída de Luis Hermosilla (el caso protagonizado por el influyente abogado), que es el que cubría a todos los delincuentes de chaqueta y corbata. Más que a los hermanitos Sauer, yo tuve problemas con los Jalaff —que son primos hermanos de la señora del Daniel Sauer, (esposo) de la Titi Ahubert—; en especial con Sergio, que inscribió firmas mías en la notaría reconociendo deudas, siendo que yo nunca fui a la notaría... No sé en qué está ahora (el caso) de los Jalaff... Aunque no lo crees, ya lo solté. El tiempo me dio la razón. Creo que de la justicia divina no se van a librar; de la terrenal se pueden librar porque tienen mucha plata y conexiones... Nunca había odiado a este nivel, pero ya no los odio. Con el tiempo los he ido soltando, harto, de hecho ya me da lata hablar del tema. Pero ese tema ya lo solté. La gente me pregunta: “¿Te van a devolver plata?”. ¡No! Es seguir peleando, entonces ya me roba energía nomás.

Francisca Merino
"Jamás he ido de intelectual ni de profunda por la vida", declara Pancha. Foto: Andres Perez Foto: Andres Perez

Yo creo que me ven frívola porque también tengo un lado frívolo, y lo muestro; jamás he ido de intelectual ni profunda por la vida. Creo que la gente igual tiene un abanico de personalidad: uno es frívola, es profunda, y todo. Pero uno se enfoca más en demostrarle al mundo una faceta. Porque en un programa de farándula, si están pelando a alguien, aunque uno no pele, igual quedas machada con el tema; estás ahí, sentada.

Ahora que van a volver los programas de farándula (según se ha filtrado desde canales como Mega y Canal 13), no le abriría la puerta a un formato así. En Tal Cual no hacemos farándula, no hablamos de nadie, de repente hablamos, pero en secreto, no decimos el nombre; es distinto. Las pautas de los programas de farándula son difíciles, llegar con los temas, “supe que este se separó”, “supe de este”, “supe lo otro”... y de repente hay una amiga tuya o un conocido; a mí eso igual me angustiaba.

Antes me quería casar en Italia y hace poco dije que no estaba dispuesta a poner un “dividendo” para casarme (en Podemos hablar). Andrea (Marocchino, su galán italiano) quiere invitar como a 500 personas. Nos vamos a casar pero no sé dónde ni cuándo. Siempre he pensado que sea austero, ¡siempre!

Soy más mamá-hermana, aunque igual soy media gritona de repente. Pero encuentro que soy buena mamá. Les cocino sus platos favoritos, les hago su comida rica, los regaloneo... No sé si mi mamá alguna vez me cocinó. En cambio la Chloe, la menor, me dice: “Ay, mamita, estás cocinando como chef”. Si algún día le preguntan “qué plato te gustaba que te cocinaran”, ella tendrá el recuerdo de que su mamá le cocinaba. No fue algo consciente, se fue dando; pero también me llamó la atención “qué rico que tenga recuerdos que le cocino sus comidas ricas”, que cocinamos juntas, que hacemos sopaipillas, queques y galletas; en una época estuve harto tiempo con mis hijos, sobre todo en la pandemia.

A las hijas nos cuesta expresarnos con la mamá y somos duras con ella. Generalmente las mujeres competimos un poco con la mamá. Y las mamás somos muy aconsejadoras, hablamos mucho, entonces también cuando te vienen a dar consejos, ya no escuchas... Mi mamá, Pepina Garrido, me manda siempre videos de alimentación y de hierbas para mantenerme sana. Lo mismo me pasa con mis hijas, que les mando mensajes y videos de crecimiento personal y meditación; y la Amanda, la del medio, me dice: “Mamá, no los veo, no me mandes”, jaja. Es muy parecido a lo que me pasa con mi mamá po’ jajaja. Pero dentro de todo, ya ando tomando los menjunjes que toma mi mamá; o sea, dentro de todo ya la imito.

Fran García Huidobro dijo: “la Pancha es bien conservadora” (en Sigamos de largo, en el 2020). ¿En qué soy conservadora? Me gusta la familia, soy media machista pa’ mis cosas y en la televisión siento que he hecho el camino largo, siempre. Soy conservadora po’. Soy leal con mis amigas; jamás he tenido un problema en que una amiga diga: “Oy, la Pancha le coqueteó a mi pareja”. A mi jamás el marido o el pololo de una amiga me ha coqueteado, ni se atreven.

Francisca Merino
"Jamás el marido o el pololo de una amiga me ha coqueteado, ni se atreven", declara la comunicadora. Foto: Andres Perez

Berta Lasala es una gran amiga, una hermana, muy amiga mía de muchos años. La amo, nos leemos por debajo y tenemos mucha confianza. Lo lindo es que nunca ha habido ni una competencia, envidia ni nada. En general, no soy de envidiar ni competitiva, pero en nuestro ambiente en general, se ve mucho. El ser humano es competitivo, en los hospitales y en todos los rubros; pero en el ambiente que conozco se ve mucho la competencia y envidia, y noto ¡al tiro! cuando la gente se pone competitiva y comparativa. De hecho, una de las cosas que siempre le he enseñado a mis hijos es que ¡nunca! se comparen con nadie, porque uno al compararse siempre se va a sentir superior o inferior, y no es bueno.

Ahora que Berta está pololeando, la veo contenta, estoy feliz por ella. Encuentro que está estupenda, me siento orgullosa de los cambios que ha tenido, tanto interior como físicos, que se notan cualquier cantidad; está contenta, feliz y plena, entonces se nota en todo orden de cosas.

No sé si, en algún aspecto, me siento un ícono de este país, jajaja. Como llevo tanto tiempo, me he ido reinventando en la televisión, no siempre he tocado la misma tecla, y yo creo que por eso también llevo harto tiempo en la televisión... Y como ya perdí la vergüenza, me da lo mismo lo que opinan; ni leo los comentarios... Mi hijo mayor (Dominic), de 21 años, me dice: “¡Mamá, córtala, ¿ves los comentarios? ¿Ves lo que dice la gente?”. No, no lo veo, realmente me da lo mismo. Me dice que parezco loca, que la corte; no le gusta mucho (Sonríe).

Francisca Merino
Pancha comenta los tirones de oreja que le hace su hijo mayor por su lado mediático. Foto: Andres Perez

Cuestionario Pop

Si no hubiera sido actriz o comunicadora, me habría gustado ser periodista, tipo periodista de Contacto (extinto programa periodístico de Canal 13), de investigación... Soy buena investigando, jaja, súper buena.

En mi época de estudiante de Teatro era carretera, no era tan estudiosa.

¿Un apodo? Además de “Pancha” o “Panchita”, no tengo ni uno. Era seca para poner sobrenombres, pero ya no.

Un sueño pendiente es que me gustaría tener mi propio programa de radio.

Una cábala mía es siempre meditar antes de mirar el celular en la mañana; es lo primero que hago.

Una frase favorita es “soy quién soy”. Siempre lo he dicho. Es como un mantra mío... Y “paaaaabre” (derivación de “pobre”) a veces lo uso en mi vida cotidiana, cuando alguien es muy patético, que de ahí salió; entre vergüenza ajena y pena.

Pancha Merino
Pancha, además de su programa con Pedro Engel, es panelista algunos capítulos en Tal Cual.

Mi trago favorito es el pisco sour. Echo cuatro limones a la juguera, puede ser dos de pica y dos normales; se muele y cuela; y de ahí azúcar y hielo. Y una botella entera para cuatro limones.

Un trabajo mío que no se conoce es que animé Cielo X (de Vía X, en la década de los 90), que era un programa de música en que duré como dos semanas, porque la productora me dijo: “Sentada así pareces prostituta”, y yo tenía como 21 o 22 años. Me saqué los micrófonos y renuncié.

Una pasión escondida que tengo es que me gusta pintar figuritas de yeso y pegar servilletas. Pero lo hago muy poco.

Mi primer sueldo lo gasté en irme a la India, después de Adrenalina, cuando tenía como 22 o 23 años.

Un maestro de mi vida ha sido Jaime Silva, mi profesor de actuación.

Una película que me hace llorar es El pianista.

Francisca Merino
Pancha cuenta cómo prepara su trago favorito, que siempre saca a colación, el pisco sour. Foto: Andres Perez

Obvio que creo en el horóscopo, mucho. Pero uno no es sólo Tauro, uno es un ascendente, dónde está la Luna y Sol; entonces es muy difícil distinguir a una persona solamente por el signo... Yo a Pedro le creo todo; me ha leído la carta astral y le ha achuntado a todo, todo, todo... He tomado decisiones a través de la carta astral; o sea, de hecho la hora y el día en que nacieron mis niños, que fue por cesárea, la elegí por carta astral... Hay un karma y un dharma que están predestinados sí o sí, pero hay cosas que puedes mejorar.

Si pudiera tener un superpoder sería la precipitación, que es: deseas, piensas y lo co-creas; esa gente que agarra piedra y la convierte en oro.

La comida es mi placer culpable, hay veces en que podría comer todo el día; las pastas, los dulces, las empanadas y todo.

Si pudiera invitar a tres famosos de la Historia a un asado, una sería la Lucy Salgado, la actriz, que yo la amaba y era muy amiga mía (murió en el 2001); a la Tonka Tomicic, que la adoro; y a mi Pedrito Engel.

Pancha Merino es una comunicadora de vocación.

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