Qué sorpresa, en estos tiempos, encontrarse con personas que sean capaces de ser "pecho a las balas" y decir lo que verdaderamente sienten...
Qué sorpresa, en estos tiempos, encontrarse con personas que sean capaces de ser "pecho a las balas" y decir lo que verdaderamente sienten, sin importarles un pepino lo que opinen otros. Me llamó gratamente la atención, la actitud y las declaraciones de Paz Bascuñán en un programa este sábado. Sentada en una mesa, junto a Neilas Katrinas, Antonia Zegers y Roberto Cox, vi a una mujer íntegra, madura, valiente y corajuda para responder sobre Nicolás López y su amistad con él.
Es un tema complicado y delicado, que está en manos de la justicia, pero hay un lado emocional, íntimo, de compañerismo, entre otras cosas familiares. Son años de amistad que los unen y hacen conocerse al revés y al derecho a Paz con Nicolás, por eso le creí, le creí todo el rato a esa "amiga" que hablaba desde las entrañas, con una convicción total de que su íntimo amigo podía ser todo lo pastel que quisieran, "jote, pasado para la punta, irreverente y políticamente incorrecto, pero no un violador". Y por favor, no quiero que se malinterprete porque no soy quien para juzgarlo, ni a él, ni a las mujeres que lo acusan de abuso sexual y acoso. Si es culpable, pagará por lo que hizo, y si no, el daño causado no se borrará fácilmente.
Simplemente, quiero destacar la actitud de una tremenda mujer, con los "ovarios bien puestos", dicho en lenguaje coloquial. Una amiga en las buenas y las malas, como pocas y pocos. Con una valentía y libertad digna de admiración. ¡Chapeau!