El cantante y rostro de la farándula nacional dejó este mundo la tarde del - de febrero.
El fallecimiento de Miguel “Negro” Piñera ha conmocionado a muchas personas que lo recuerdan por sus diversas facetas en su vida pública, sin embargo su fama comenzó con la música.
Si bien su influencia en la música nacional fue limitada, su versión de “La luna llena” quedó en la memoria colectiva como su único gran éxito.
Lanzada en su álbum Fusión Latina (1982), la canción se convirtió en un mini fenómeno en los años 80 y sigue siendo su sello más recordado.
Un tema con historia: de Agua a Piñera

A pesar de lo que muchos creen, “La luna llena” no nació con Piñera, sino con el grupo Agua, una banda santiaguina que había grabado el tema en 1978 para su disco Transparencia.
El autor de la canción, Nelson Araya, la interpretó con su grupo, pero fue la versión de Piñera la que logró una mayor repercusión.
El contacto clave se dio gracias a Óscar Pérez, exintegrante de Agua, quien tocaba con Piñera en 1981.
Juntos dieron forma a un nuevo arreglo de la canción, que sería publicada en el disco bajo el sello SyM, el mismo de artistas como Eduardo Gatti y Hugo Moraga.
El ascenso y declive de un fenómeno fugaz
Miguel Piñera alcanzó una gran popularidad que lo llevó a versionar canciones icónicas de la música chilena, como Hijo del sol luminoso de Congreso y Casamiento de negros de Violeta Parra.
Algunos medios intentaron encasillarlo en el movimiento del Canto Nuevo chileno, pero nunca se le reconoció como tal y su carrera musical comenzó a desvanecerse rápidamente.
En 1983, Piñera fue invitado al Festival de Viña del Mar para presentarse en el show, pero la reacción del público no fue la esperada.
El furor en torno a su figura se había desgastado y, aunque nunca dejó de tocar y grabar, su relevancia se redujo considerablemente.
Un regreso emotivo y su despedida
Este año, después de ser diagnosticado con leucemia, el “Negro” Piñera volvió al Festival de Viña, esta vez para una presentación especial en la alfombra roja.
Acompañado por la orquesta del evento, interpretó Con un beso y una flor de Nino Bravo y, por supuesto, su himno “La luna llena”.
En aquel momento, el Negro recordó a su hermano con la frase “arriba los corazones”, un lema característico de su hermano, el exmandatario Sebastián Piñera.
Miguel Piñera dejó este mundo, pero su legado sigue vivo y “La luna llena” permanecerá como el eco de una época en la que su voz logró conquistar al público chileno.
