Geriatra se enteró al aire de la muerte de su cuñada por Covid-19 y, con lágrimas en sus ojos, entregó un potente mensaje. "Hay que sensibilizar a la gente en el sentido que los números son números, pero las personas son familias e historias", dijo.
No había que ser médico para advertir que el geriatra, Juan Carlos Molina, sentía un dolor en el alma y un nudo en la garganta en su visita al "Bienvenidos", luego de enterarse en vivo de la muerte de Carmen Quiroz (72), su cuñada, por coronavirus.
La difícil situación se produjo a las 11.47, al término del informe diario que entrega el Gobierno respecto del número de nuevos contagiados y fallecidos por la enfermedad. El "doc" había ido al matinal a hablar de eso cuando se enteró de la tragedia familiar.
"Esto que parece un juego son vidas que se pierden, son chilenos que ya no están. Son igual que una biblioteca que se quema, una familia que se destruye. No salgan, las cuarentenas son para respetarlas, o si no, tal cual decía el otro día, vamos a estar hasta Navidad en cuarentena", dijo con lágrimas en sus ojos.
Su mensaje dejó petrificados a quienes estaban en el estudio y su tristeza rápidamente se contagió al resto del equipo. Por ello, los animadores del espacio, Tonka Tomicic y Polo Ramírez, fueron los primeros en contenerlo.
La gran pena del geriatra, quien profesa un amor incondicional por la "U", se debe a que su cuñada se había cuidado durante todo este tiempo del bicho. Incluso, había iniciado la cuarentena para estar más protegida. Sin embargo, el virus la alcanzó.
"La pena máxima es lo que siento en estos momento. Esta es la enfermedad de la soledad", contó el médico ya más tranquilo a La Cuarta.
La situación fue al límite, según agregó, pues "me enteré dos minutos antes de salir al aire, después del informe de Mañalich. Por lo general, termina y hablo yo. Me llamó mi sobrina para decirme".
-¿Qué le dijeron de producción?
Con ese escenario me comentaron que si quería me excusaba, pero yo dije que no. Había que echarle para adelante. Incluso, buscamos una foto de ella. Hay que sensibilizar a la gente en el sentido de que los números son números, pero las personas son familias e historias.
-Necesitaba dar el mensaje.
Después de la guerra todos son generales y no hay malos, pero para fines prácticos es tu historia la que va cayendo. Aquí no hay pitutos, ni porque seas familiar de un doctor, aquí a todos se los lleva el virus.
-¿Fue repentino?
Ella hizo una cuarentena importantísima y, a lo mejor, por un delivery o ir a comprar se lo pegó. Ella tuvo una evolución de un momento a otro. La enfermedad es un enemigo que te apuñala por la espalda. Es decir, en un momento te estás recuperando y todo se complica.
-¿Cómo está la familia?
Esa es la otra parte: el marido no puede hacer los trámites, no puede ir a su funeral. Cuando llegué a darle el pésame, no nos pudimos abrazar, sus hijos no se pueden abrazar con él. Estábamos separados por la reja de la casa, y esa vivencia es la soledad del Covid-19.
Red de apoyo
El equipo apañó en todo momento a Molina y respetó su decisión de querer quedarse hasta el final y entregar su mensaje.
Para Tonka la situación fue muy triste. "Estábamos en un triángulo el doctor, Polo y yo, a varios metros de distancia. Darle las condolencias, querer abrazarlo y no poder, es frustrante", aseguró.
Además, destacó que el geriatra "es un ser humano muy especial y como profesional, un 7. Su presencia para el programa es un gran aporte".
En tanto, Polo Ramírez sostuvo que "a mí me impactó mucho. El doctor ha estado mucho tiempo con nosotros. Él entrega un cariño muy especial y es adorable. Aparte de ser médico tiene una humanidad que es impresionante".
Y cerró: "sabíamos que daría un mensaje fuerte y potente, sobre todo en este momento en que no se están tomando las medidas necesarias. El Dr. nos viene diciendo hace rato que esto se viene complicado. Y que le haya tocado a él, es súper fuerte".