La Torre de Mabel es uno de los pocos estrenos nacionales y eso hay que valorarlo, porque no queremos llenarnos de más culebrones turcos en la tarde y en la noche. ¿Pero no viene siendo hora de representar a la clase media sin clichés?
La fórmula de ricos y pobres -y todas sus derivaciones- tiene larga data en las teleseries chilenas y la novela El príncipe y el mendigo, de Mark Twain, es como la biblia para los culebrones latinoamericanos y locales. Amores de mercado, la más vista de la era people meter, estaba notoriamente inspirada en el libro de Twain, y Pituca sin lucas era una derivación de él, porque en vez de una persona rica y otra pobre, el personaje de Paola Volpato hacía ambos papeles en uno: la mujer adinerada caída en desgracia que terminaba viviendo en Maipú, luego de haber vivido cómodamente en el barrio alto.
La Torre de Mabel es otra derivación del libro de Twain y, por cierto, ocupa la misma fórmula principal de Pituca sin lucas: la mujer que vivía sin preocuparse de la plata y en una gran casa en el barrio alto pero que, al caer en desagracia -por terminar en la cama con un vedetto, en una despedida de soltera, plasmado en un video que se viraliza rápidamente- y separarse de su marido, termina arrendando un pequeño departamento en Santiago Centro, en un edificio donde hay cientos de departamentos. Sin lucas. Sin comodidades. Pero encontrando al primer día a su próximo amor en ese lugar.
¿Hasta cuándo van a seguir presentándonos que los ricos también lloran? ¿Por qué los canales chilenos mantienen esa obsesión por mostrar que las personas de clase alta pueden sufrir y qué tiene de gracioso verlos en un departamento de menos de 50 metros cuadrados? ¿Es chistoso ser clase media y no vivir en 100 metros cuadrados?
[caption id="attachment_643214" align="alignnone" width="1920"]
La torre de Mabel[/caption]
Sí, La Torre de Mabel no es un documental, es "solo" una telenovela, de los pocos estrenos nacionales y eso hay que valorarlo, porque no queremos llenarnos de más culebrones turcos en la tarde y en la noche. ¿Pero no viene siendo hora de representar a la clase media sin clichés? Elisa Zulueta y Blanca Lewin -que interpretan a las nuevas mejores amigas de la protagonista- hablan con "acento popular", arrastrando las eses, mientras Mabel parece inicialmente espantada con ellas, porque, se sabe, las mujeres de clase media/baja hablan así, abiertamente de sexo, sin pudores, frontales, no como la clase alta, que habla bien y es conservadora y ubicada. Puros clichés.
Paloma Moreno tiene un gran peso en esta teleserie. Casi no hay escenas donde no aparezca. Es "la" protagonista y a ratos demuestra dotes para la comedia. Otras veces se ve tiesa y sin el ángel que se necesita. No es Paola Volpato, hay que decirlo sin rodeos. Tampoco el libreto tiene la mirada social que lograba plasmar tan bien Pituca sin lucas. Lewin y Zulueta arman a trazo grueso y plagadas de estereotipos sus personajes y para los secundarios no hay mucho matiz: Álvaro Gómez es doctor, tiene plata, pero por cosas de las teleseries, vive en el edificio clase media donde ha ido a parar Mabel. Es "el" galán y cada escena lo muestra como tal, moto incluida. Álvaro Espinoza es el marido machista insoportable con el que la protagonista no se quedará, porque, con solo tres capítulos, uno sabe que Mabel se quedará con el doctor, luego de 100 capítulos debatiéndose entre dos amores, el machista y el nuevo prototipo de galán sensible, mientras en el camino se emancipa y crece como mujer.
[caption id="attachment_643215" align="alignnone" width="1920"]
La torre de Mabel[/caption]
La suma de todos los clichés agota a ratos, pero saca sonrisas otras veces. Estamos en pandemia y quizás esto es lo que necesitamos ver y no thrillers que agobian como Demente. Mabel y sus amigas clase media son como un remedo de Sex and the city, instalan un motel clandestino y eso asegura algunos buenos chistes. Los hay. No hay que ser tan serio. Pero qué bueno es imaginar que una teleserie chilena se saliera, por una vez, de los mismos estereotipos de siempre y mostrara al nuevo Chile y no solo a ricos sufriendo por ser pobres (léase acá clase media, en rigor, pero pobres para ellos). Con amor de por medio, porque o si no no sería telenovela, pero que fuera un poco, solo un poco más real y conectada con lo que está pasando hoy en la clase media y sin reírse incesantemente de ella. Porque eso lo venimos viendo hace muchos años y es el equivalente a los comediantes que partían sus rutinas, hasta hace no mucho, con el "éramos tan, pero tan pobres…". Hasta esos comediantes se renovaron.
Revisa un adelanto de La torre de Mabel
https://www.youtube.com/watch?v=HYB5JQWjjNE