“Tampoco fue el crimen del siglo”, dijo la actriz en una entrevista. Lo cierto es que el delito la alejó por años de las pantallas, pero tuvo su regreso triunfal en 2016, demostrando que todos pueden tener una segunda oportunidad.
Winona Ryder, una de las actrices más talentosas, bellas e icónicas del Hollywood de los 90, protagonizó un polémico robo que la dejó fuera de la industria del cine por años.
El 12 de diciembre de 2001 fue detenida por la policía en Los Ángeles por sustraer un suéter, accesorios para el cabello y varios calcetines valorizados en 4.700 dólares, en la exclusiva tienda Saks Fifth Avenue, de Beverly Hills.
La gente no podía creer lo que veía en las imágenes de las cámaras de seguridad que se filtraron, y es que con su estatus, fácilmente podría haber pagado toda esa ropa.
Según el abogado de la tienda, no era primera vez que Winona era sorprendida robando, pero al ser una celebridad, los dueños no sabían como reaccionar. Cuando los robos se volvieron habituales, decidieron hacer algo al respecto.

El juicio
En diciembre de 2002, la actriz de El joven manos de tijeras e Inocencia interrumpida, fue sentenciada luego de 13 días de juicio público, la condenaron a tres años de libertad condicional, debió pagar 3700 dólares de multa y 6355 dólares por lo robado.
El abogado de Winona dijo que su clienta jamás había usado la ropa robada, argumentando que lo hacía por una condición psicológica llamada cleptomanía.
Entre las pertenencias de la estrella, la policía encontró además ansiolíticos, sedantes y antiepilépticos. Estos los obtuvo de forma ilegal gracias al doctor Jules Mark Lusman, conocido por venderle medicamentos a los famosos.
Cuando rompió el silencio
Winona tuvo que someterse a terapia por cleptomanía y cumplió 480 horas de trabajo comunitario en el Centro Médico City of Hope de Los Ángeles. La actriz escogió un centro de niños ciegos y en otro de ayuda a enfermos de VIH.
Después de largos años de silencio, recién en agosto de 2007 conversó con la revista Vogue sobre el desafortunado evento: “Si hubiese hecho daño físico a alguien hubiese sido algo totalmente diferente. La atención mediática que recibí me avergonzó muchísimo. Yo preferí no decir ni una palabra al respecto. No publiqué un comunicado No hice absolutamente nada. Simplemente esperé a que la gente lo olvidase”.
También confesó que en aquellos años se mudó a San Francisco para vivir cerca de sus padres y tomó la decisión “consciente de no trabajar”. Su familia la apoyó al 100% y dijo que “prácticamente” no había vuelto a tomar pastillas desde entonces.

El retorno a las pantallas
En 2016, confesó a la revista Net-A-Porter: “A nivel psicológico, creo que debía estar en un momento en el que lo único que quería era parar. No me voy a meter en detalles sobre lo qué pasó, pero no fue lo que la gente piensa. ¡Y tampoco fue el robo del siglo! Pero me permitió tener tiempo para saber qué era lo que realmente necesitaba, volví a San Francisco y me dediqué a cosas que... digamos que tenía otros intereses”.
También señaló que varios de sus colegas le recomendaron no alejarse del cine: “La gente me decía, ‘No deberías hacerlo, tienes que seguir trabajando porque si no todo el mundo se olvidará de ti’. Pero he aprendido a no escuchar todo lo que me dicen”.
Ese mismo año, regresó a las pantallas con su rol en la popular serie de Netflix, Stranger Things, y en 2024 protagonizó Beetlejuice Beetlejuice.
También -y aunque suene irónico- se convirtió en rostro de la línea de belleza de una de las marcas de la ropa que robó, Marc Jacobs. Se hizo amiga del diseñador y en 2022 modeló para la campaña del exclusivo bolso J Marc Shoulder Bag, de la firma.