En el programa vespertino de TV+, la actriz Aranzazú Yankovic partió recordando que, meses atrás, su compañera su prestó un pinche... Esa anécdota destapó la olla.
Fue Aranzazú Yankovic, una de las panelistas de MILF (TV+), quien destapó la olla sobre su compañera de panel Claudia Conserva respecto a “un pelambre” del cual después “me reía solo en el auto”.
La anécdota se remontaba a cuando grabaron el pasado18 de septiembre y la presentadora de tele “me prestó un pinche muerto con una flor roja para que me viera más acorde a las Fiestas Patrias”.
De pronto, relató Yankovic, “me iba en el ascensor y Claudia Conserva me grita ‘Aranza‘ para pedirme el pinche, como si fuera una joya”, a pesar de que le actriz “de verdad no me lo quería robar”.
“Sí, soy así”, reconoció Claudia. “O sea, regalo muchas cosas, pero, por ejemplo, con el tema del encendedor que también estoy chata, lo presto y digo ‘devuélvemelo’, porque siempre hay alguien que se lo mete al bolsillo”.
Luego Aranzazú comentó que, en cualquier caso, “uno no puede ser egoísta con eso”. Y es que le llamo la atención, le dijo a Conserva, “porque eres súper relajada, pero con ese pinche no sé qué pasaba”.
Ante eso, a Conserva explicó por qué es accesorio era tan importante: “Mi tía antes de morir pidió que le pusieran ese pinche cuando la enterraron. Y se nos olvidó, y dije que iba a guardarlo por el resto de mi vida y te lo presté, entonces si hubieses perdido ese pinche habría sido muy grave”.
“Soy una rata tacaña”
Ante eso, otra de las panelistas y hermana de Claudia, Francesca Conserva, aprovechó de contar una anécdota familia: “Mira esta ordinariez”, partió diciendo.
“Hicieron un carrete, organizado por mis hermanos, en mi casa, que yo no la quería prestar”, relató. “En un momento, tuve un problema de salud y me tuve que ir a recostar”, ante lo cual “escucho a lo lejos que Claudia dice: ‘Uy, estas bebidas que sobraron las traje yo (eran de 1,5 litro)’, y mi mama diciéndole ‘pero déjalas’”.
Y finalmente Claudia se salió con las suya: “Se llevó las bebidas”.
Así la conversación transcurrió y la propia acusada llegó a la conclusión: “Ya, soy lo peor, soy una rata tacaña”.