El octubre del año pasado, el animador vio como su centro de eventos se quemaba producto del sobrecalentamiento de una campana.
A mediados de abril, la vida de Leo Caprile dio un giro. El animador sufrió un accidente cerebrovascular que pudo dejarlo con importantes secuelas, pero que del que tuvo la suerte de que no fuera así.
El conductor estuvo como invitado en Podemos Hablar, donde relató cómo vivió el momento en que se dio cuenta de lo que estaba pasando. “Fue una cosa entre milagrosa y de una sabiduría adquirida, porque tenía claro... mis viejos vivieron eso y había aprendido mucho sobre los síntomas, entonces es un malestar que no se parece a nada”, explicó en el espacio que será emitido este viernes.
“No es un dolor de estómago, no es un mareo, no es un dolor de muela, es algo que te quita el habla y la respiración. Sentí primero la perdida de la fuerza del brazo, se cae el brazo; después un adormecimiento de este lado de la cara; después el ojo caído y después se te duerme el brazo”, relató.
Caprile también realizó una autocrítica sobre el cuidado de su salud. “Yo fui un fumador empedernido toda la vida. Yo fumaba al aire, escondía el cigarro, yo fumaba cuando despertaba a las tres de la mañana, tomaba un café y me prendía un pucho y prendía un pucho, detrás de otro y lamentablemente el cigarrillo, es uno de los grandes gatillantes de esta enfermedad”, reconoció.
“Yo vi gente muy joven, treintones, cuarentones, pero completamente deteriorados, entonces no quiero repetir el gesto… aprendiendo hablar, a caminar, aprendiendo a vivir. Una persona como uno, que atiende a gente, yo cocino para 100 personas y ando pa arriba y pa abajo, yo me muero, yo simplemente me convierto en un vegetal, no tiene sentido vivir así”, afirmó .
El incendio que lo hizo perder todo
El último tiempo no ha sido fácil para el animador, quien tras la pandemia se fue al campo, donde construyó un centro de eventos.
“Yo servía las mesas, yo la hacía todas, recibía la gente que llegaba en la micro, todo eso lo hice con mis manos, con mi sentido de la decoración”, recordó.
“Un día a la medianoche, todavía me acuerdo, 14 de octubre del año pasado, siento unas explosiones y salgo y me doy cuenta de que esto se estaba quemando”, rememoró.
El sobrecalentamiento de la campana provocó el incendio. “Llego en calzoncillos, a pata pelada, sin celular y sin las llaves y me metí, quebré un vidrio y me metí. Rescaté esa radio, unas esculturas, un par de máscaras que quería mucho y el resto se quemó todo”, dijo.
“A mí me sacó un bombero y me dijo ‘un rato más y te mueres’. Entonces he tenido advertencias serias de como tengo que tomarme la vida. Yo estuve con un tratamiento psiquiátrico, por eso, me quedé sin nada, no tenía ni un plato, ni una copa, nada, nada… es una pena tremenda, mis hijos iban a heredar eso. Pero mis hijos trabajan conmigo y ya estamos planificando la reconstrucción de toda manera”, cerró.