En este contexto donde la información prima sobre el desorden, Luis Jara desarrolla estoico su rol. El cantante-conductor ha sabido navegar en las nuevas aguas que corren en el matinal y el público lo sigue y aplaude.
Hace rato que en Mucho Gusto se acabó el baile, los saltos
mortales y las aventuras personales de sus animadores y
panelistas. Hoy el programa tiene un claro sentido periodístico
en base a la grave crisis sanitaria que vivimos.
En este contexto donde la información prima sobre el desorden,
Luis Jara desarrolla estoico su rol. El cantante-conductor ha
sabido navegar en las nuevas aguas que corren en el matinal y el
público lo sigue y aplaude.
Jara Cantillana es quizás una de las figuras más troleadas en
Redes Sociales. Con su figura se ha producido una especie de
linchamiento público y cada cierto sus imágenes son objeto de
crueles comentarios. Lejos de todo el ruido en internet, él se
mantiene firme como uno de los cantantes más exitosos del
medio nacional y animador del matinal más visto en la TV
chilena.
Luis Jara sabe el oficio y lo demuestra cada mañana. Para estar
ad hoc a los tiempos guardó bajo siete llaves su chispa y
espontaneidad. Hoy vemos en escena a un comunicador sin
afanes de parecer extremadamente informado ni culto. Su rol al
aire cercano al sentido común. Casi irreconocible en instantes.
Al otro lado de la vereda está Soledad Onetto, quien sí lleva las
riendas de la actualidad con convicción y ganas.
Sereno y pausado. Las intervenciones de Luchito –como es
conocido por sus fans- son estrictamente apegadas a libreto. Ya
no están los tiempos donde el intérprete relataba con lujo de
detalles sus aventuras siempre con importantes cuotas de
humor.
Su experiencia en la conducción de franjeados matinales data de
Canal 13 donde era parte de "Juntos, el show de la mañana". Allí
compartí el set con Eli de Caso y Karla Constant. En el espacio
estaba a sus anchas –quizás fue el momento donde realmente
pudo ser él en pantalla- pero se acabó.
El fragor de la gravedad de la crisis tiene al verdadero Lucho
Jara en el congelador. Quizás en el futuro, cuando esta pesadilla
pase, volvamos a ver en pantalla al lúdico y pícaro Luchito de
siempre. Por el momento, la realidad manda y el timón giró.