Su afán por las tareas del hogar las adquirió de chiquitito de su mamá. Cocina, hace las compras, el aseo y está pendiente de cada clavo de su casa. "Me da lo mismo que me digan macabeo", sostiene el animador.
¿Quién dijo que Lucho Jara era divo? El cantante y animador de Mega sí, es una estrella en la tele y en los escenarios musicales, pero en su hogar se baja de la nube y es un dueño de casa de esos que ya no quedan. Lucho va solito al supermercado y elige cada producto comparando calidad y precios. Recorre La Vega llenando su bolsito con verduras y frutas jugosas. Llega a su rancho, desempaca y se pone a cocinar puros platos nutritivos, nada de chatarra.
"Me hacen bullying por todo lo que hago, me dicen macabeo, pero no me importa", responde el artista sobre las consecuencias que sufre por ser un tipo hacendoso, como corresponde.
Jara cuenta que cuando va a hacer la compra del mes, la gente lo mira como bicho raro y hasta lo agarra para el chuleteo. "Me ven con el carro y escucho 'lo tienen para los mandados Luchito', 'se nota que es macabeo en la casa'... Encuentro increíble que exista esa mirada y esté arraigada todavía".
Chato de esa postura retrógada y machista, el martes subió a su Instagram un video desde el pasillo de los cloros y ceras, reflexionando acerca del tema, luego de que le cuchichearan "así que su señora lo mandó".
- Pura envidia y machismo, Luis.
Claro y lo que piensen me da lo mismo, yo tengo otra crianza. A mí me gusta mi casa, la disfruto. Humildemente me considero un buen dueño de casa, no endoso todas las tareas del hogar a mi esposa (Silvana Hasbún), las compartimos mucho y no lo hago por obligación, es porque me gusta. Fui criado así, siempre acompañé a mi madre a la feria, sé reconocer cuando la fruta está madura y buena, me involucro en las compra de la carne, en los menú de la casa, que mi hijo no solo coma vienesa con papas fritas, que coma guisos. De hecho, el menú de lunes a viernes lo armo yo".
- ¿Cuál es tu especialidad en la cocina?
Hago de todo, pastas, comida chilena, charquicán, porotos granados, carbonada, cazuela.
- Como abuelita sureña...
Sí, y lo paso muy bien. Cuando estuvimos en Miami, mi esposa se preocupaba del aseo y yo de la cocina. Tengo mucha cultura gastronómica popular, me gustan los guisos y en mi casa se cocina carbonada, charquicán, porotos, garbanzos lentejas, zapallo italiano.
- ¿Y asaítos?
Los fines de semana me toca cocinar a mí y ahí me salgo más de la dieta, claro, asado y harta agua purificada, jajajá.
- ¿Qué pasa con el resto de las labores hogareñas?
Sé hacer de todo. Soy bueno para hacer el aseo y para mantener las cosas de la casa en general. Por ejemplo, ahora voy a cambiar la iluminación el dormitorio. Lo que pasa es que soy de la época en que pasaba virutilla, se enceraba y pasaba el chancho. Yo nunca tuve nana tampoco, así que tuve que aprender y ayudar siempre.
- ¿Qué sientes cuando te tildan de divo, egocéntrico?
Son prejuicios. Soy del barrio Franklin, eso me enorgullece mucho y tengo esa crianza de saber hacer de todo en la casa, me encanta.
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