La animadora se sinceró sobre el complejo diagnóstico que recibió hace algunos meses.
María Luisa Godoy reveló en una entrevista con la revista Velvet que debió ser intervenida por un melanoma maligno, que la tuvo viviendo angustiantes semanas.
Este martes en el matinal Buenos Días a Todos ahondó en el tema y se sinceró sobre lo difícil que fue para ella aceptar el diagnóstico y someterse a la intervención, que resultó ser todo un éxito.
“Al principio cuesta hablarlo. Mis hijos no sabían, porque lo primero que uno hace como mamá es protegerlos de cosas que le pueden dar susto”, aseguró sobre sus cinco hijos.
Así descubrió su melanoma
Según relató la animadora, un día en la lucha descubrió un lunar que le pareció sospechoso y le dio “una mala sensación”, así que fue al médico para revisarlo.
“Fue una suerte, porque nunca me había revisado un lunar en mi vida. Tengo cinco hijos y uno siempre se deja para última hora”, admitió.
Para ella el tema fue mucho más duro, ya que se trataba del mismo diagnóstico que recibió Javiera Suárez, quien falleció de cáncer en 2016. Aunque en el caso de Godoy, este fue encontrado y tratado a tiempo.
“Es duro, porque yo era muy amiga de la Javiera Suárez, de su marido, y sabía lo agresivo que son los melanomas”, reconoció también.
“Me siento afortunada de haberlo visto (el lunar). Lo quiero contar, porque otras personas pueden mirarlo a huevo. Era café claro, no era feo, pero tenía relieve. Si hubiera demorado seis meses o un año, la historia no la hubiera estado contando”, agregó.
“Él me contenía”
Asimismo, la periodista también destacó el importante rol que tuvo su compañero de equipo Eduardo Fuente durante todo el proceso.
El comunicador se convirtió en una contención para ella y un apoyo tremendo, pues además de su diagnóstico, también enfrentó otros temas con sus hijos.
“Pasaron varios episodios, porque hay cosas que no cuento y que están relacionadas con mis hijos, pero que son menores y que han ido evolucionando bien, también de salud”, reveló.
“Llegaron muchos exámenes en muy poco tiempo. No fueron solo dos biopsias mías, fueron de tres hijos con quienes pasamos episodios. Entonces, le pasaba el teléfono (a Eduardo) y me ponía a llorar”, añadió.
“Él me contenía y después no sé cómo lograba que riera. Y seguía en la tarde… es como el amigo que todos soñamos tener”, sentenció.
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