Conductores del Festival de Olmué contaron cómo vivieron el incómodo momento que tuvo lugar durante la presentación de la comediante.
Un tenso momento ocurrió la noche de este sábado, en la tercera jornada del Festival del Huaso de Olmué 2025, el cual tuvo como protagonista principal a Yolanda Carmín.
La comediante llegó con toda la confianza al escenario del Patagual, pero su rutina no logró enganchar con el público, quien comenzó a pifiarla a los pocos minutos de haberla iniciado.
La actriz quiso mostrar parte de su performance basada en la música, el canto y la comedia, pero la ausencia de chistes terminó por aburrir a los espectadores que se encontraban presentes, a pesar de que una parte del público empatizó y la aplaudió en varias ocasiones para animarla a salir adelante.
Sin embargo, eso finalmente no ocurrió y debió terminar anticipadamente su rutina. Tras entonar algunas canciones de Juan Gabriel, se retiró entre algunos aplausos del público, que de todas formas no quiso hacer leña del árbol caído y la despidió con respeto.
Y este domingo, fueron los propios conductores de Olmué, María Luisa Godoy y Eduardo Fuentes, quienes contaron detalles inéditos sobre lo ocurrido sobre el escenario del Patagual.
“Siempre da súper harta lata que a un humorista no le vaya bien, porque es difícil, muy complejo hacer humor. Y este menos mal es un público respetuoso también. Bueno, ella dijo sentirse tranquila, fue bien humilde. Y en ese sentido dijo que era un aprendizaje, que era parte de la vida. Como que yo siento que se lo tomó bien, lo que a una la deja más tranquila”, reflexionó la periodista en diálogo con La Cuarta.
Y en esa misma línea, agregó: “Es parte de lo que se vive en los festivales, yo creo que no hay ningún Festival que salga todo perfecto. No ha habido ningún año en que Viña, por ejemplo, de los festivales que me tocó animar, que no haya algún humorista que no lo pase tan bien. O que no sea un éxito rotundo. Siempre hay algo que pasa y que es parte de los festivales”.
Pero eso no es todo, pues también expuso un revelador detalle que explicaría la fallida rutina de Carmín. “Nos dimos rápidamente cuenta que no estaba diciendo el libreto, porque cantaba pero no decía los chistes. Y empezó a leer carteles, entonces notábamos que le faltaba mucho de la rutina. Sabíamos que iba a cantar, pero que iba a ir mezclando cada canción con una rutina de humor. Y nos dimos altiro cuenta que no estaba pasando. Y cuando ya empezó a leer carteles, dijimos ‘acá pasó algo’”, señaló.
Por lo mismo, eso generó alerta entre los animadores. “Estábamos pendientes todo el rato y empezamos a preguntar si es que el equipo quería que entráramos o qué señal de ella esperábamos que hiciera. El productor le preguntó de abajo si seguía y ella le dijo que sí”, descaseteó.
Luego, María Luisa compartió una profunda reflexión al respecto. “Y nosotros siempre, y yo lo aprendí mucho en Viña, es que uno tiene que respetar lo que el artista arriba del escenario quiere. Uno no puede interrumpir la rutina. Nosotros también estábamos en puerta diciendo ‘salimos, no salimos…’. Cuando estaban pifiando arriba en (el show) de Claudio (Michaux), porque la gente no se sentaba…él lo sorteó increíble. Se sentó él, empezó a hacer una especie de rutina de humor con lo que estaba pasando, entonces tampoco correspondía que nosotros entráramos. Es parte de lo que pasa”, planteó.
“Su rutina es otra, pero ayer no la hizo...”
Por su parte, Eduardo Fuentes también se tomó un minuto para analizar la situación. El periodista contó algunos detalles de la trastienda que se vivió fuera de cámara.
“Nosotros estamos al lado del escenario, detrás. Entonces cuando la presentamos, nos quedamos viendo los primeros minutos que entrara. Perfecto, nos vamos atrás. Y la Mari estaba ahí, le estaban viendo el maquillaje, yo estaba escuchando y le digo ‘Mari, ningún chiste todavía’. Y me dice ‘¿cómo?’. Miramos el monitor y estaba ella. Iba a empezar con una canción, después empezó a leer los letreros y yo dije ‘algo pasó’. Nos asomamos por la cortina. Porque hay unos monitores abajo, para ver si tenía el texto ahí, porque a veces lo tienen de referencia. Y tenía solo un contador. Le miro la oreja y estaba sin tono y dije ‘chu… está desconectada’. Miro abajo para ver si había algún productor dándole instrucciones, nada. Entonces coincidimos con la Mari: se le perdió, se le olvidó el libreto, se nubló, no sé. Y ahí empezó a planear, a leer mensajes y se desconectó de su rutina. Lamentablemente la van a juzgar por algo que no es lo que ella hace. Su rutina es otra, pero ayer no la hizo”, contó el comunicador.
Además, “filtró que “ahí hablé directamente con la dirección y le digo ‘ya, en qué minutos entramos’, Porque tampoco podemos llegar y entrar. No podemos ser descorteces y decir ‘ya, fue, listo, chao, era’. No. Uno tiene que esperar que su equipo, que ella cierre. De esa manera entramos y le dimos un cierre. Son momentos tensos que te obligan a estar ahí alerta”.
Por último, el conductor del Buenos Días a Todos también compartió una opinión al respecto.
“Yo creo que cualquier humorista que tenga años de trayectoria en el cuerpo tiene el oficio suficiente como para sentirse preparado. A mí me podrían venir a ofrecer mañana jugar en el Real Madrid y yo podría decir que sí, pero sé que voy a dar bote. No tengo nada que hacer ahí. Pero a lo mejor sí, porque me dedico al fútbol. Y a lo mejor sí podría hacerlo. Entonces depende también de uno, uno tiene que ver si está preparado para determinados escenario. La vida es así, uno a veces tiene que tomar las oportunidades y caerse para aprender y pararse”, planteó.
Luego, afirmó que “lo de ayer para ella va a ser un fracaso en la medida que no aprenda las lecciones de. Que a todos nos ha pasado, todos nos hemos tenido guatazos en la vida. En lo profesional, en lo humano, pero si aprendemos de lo que nos pasó… si estoy tirado en el piso llorando… ¿por qué estoy tirado en el piso llorando en este minuto? Porque tomé malas decisiones antes y no quiero repetirlas. Mejoro mi actitud, cambio y me hago cargo de lo que depende de mí. No me puedo hacer cargo de las cosas que no dependen de mí. Yo creo que las responsabilidades son siempre individuales. Y también hay una dosis de responsabilidad personal, que son de aquellas cosas que sólo conversas con tu almohada. Y ella va a tener que conversar con su almohada sobre lo que le pasó ayer. De por qué se desconectó, por qué no siguió la rutina que tenía, que conocíamos y que era graciosa y que no pudo hacer ayer. Lo tendrá que ver”.