Como es de público conocimiento, yo trabajo en Rojo, de TVN. Me cuesta visualizar otro programa que tenga las características de este. Por un lado, un aporte a la cultura chilena, ya que unos de sus principales objetivos es mostrar el arte de futuros talentos. Por otro lado, con este formato se logra algo tan preciado y escaso en la televisión que es calidad más rating. Mis más sinceras felicitaciones a TVN por confiar que todavía se puede hacer programas con contenido artístico. Y también mis felicitaciones a ese equipo de grandes profesionales y maravillosas personas.
Cuando me avisan que las galas irán a las 22:30 horas, mi reacción no podía ser otra que sentir impotencia. Cuando un programa, durante este año, ha ido a las 18:20 horas saliendo segundo y primer lugar en sintonía, la pregunta más obvia que uno se hace es: ¿Por qué no ponemos la Gala final a la misma hora?, siendo que su público objetivo ya nos demostró que está ahí para vernos. La respuesta natural fue: "Juega Chile en ese horario". Con mayor razón me quedo sin entender, el infantilismo de no capitalizar el rating del partido, para que las galas sean vistas por la mayor cantidad de audiencia. Eso se llama flexibilidad. Una vez terminado Rojo, puede ir el noticiero.
Pero aún es más lamentable, porque lo que estoy exponiendo ya pasó el día jueves en el primer partido de Chile, donde la Gala de bailarines no sacó el rating proporcional a la calidad del programa. Hoy, en todos los canales los directores de programación se dejan llevar por la rutina fácil, salvo Mega, que pone el pragmatismo antes cualquier explicación tonta.
Me da pena, impotencia y rabia que no le faciliten el mejor horario a uno de los programas emblemáticos de este TVN que sufre por un cuarto lugar durante todos los días.