Carlyn Romero no pasó desapercibida por Gran Hermano 2. La influencer desató amor y odio tanto dentro como fuera del encierro, aventura que para ella llegó a su fin el domingo pasado.

Romero fue la quinta eliminada del programa, en un giro que no vio venir. “Me pareció muy sorpresivo, te voy a hacer muy honesta, pensé que me iba a quedar”, señaló en conversación con La Cuarta.

De hecho, Carlyn estaba segura de que sería Patricio Steffan quien abandonaría la competencia por decisión del público. Es más, la exjugadora lo acusa de ser deshonesto y tener un gran ego.

“Ha tenido conductas en la casa muy como chupa media”, dijo sobre el hombre que no también se encargó de hacerle saber a todos que no se iría en la eliminación del domingo.

“Él no ha sido honesto en muchas oportunidades. Es una persona que dé a poquito fue también mostrando el ego que ha estado trabajando con todas las chicas de su grupo. Entonces, cuando alguien habla desde el ego me parece algo deshonesto, porque es algo desde muy yo yo yo yo y eso lo ve la gente”, explicó.

La polémica de las cuerdas

La estadía de Carlyn estuvo marcada por las polémicas que fueron desde el ubicar una planta dentro de las habitaciones hasta acusaciones de trampa en una prueba de salvación. Esta última provocó mucho alboroto tanto dentro como fuera de la casa.

Para quienes no lo recuerden, Romero participó en una competencia en la que debían organizar una serie de cuerdas tensadas. A ella se soltó un mosquetón, lo que le dio una pequeña ventaja, que fue reclamada más tarde por Chama.

“Es fácil hablar desde afuera, sin estar presente en el lugar ni en el momento. No fui tramposa, se desataron las vainas, se soltó. No es que yo agarre el gancho porque es difícil, apretarlo y sacarlo de la hebilla, se soltó el gancho y es un tema como técnico, ya no depende de mí”, se defendió.

“Como se desató, al instante lo volví a enganchar y cumplí también las reglas que me estaba diciendo la animadora. Entonces no siento que haya sido tramposa, siento que fue un tema de la mecánica del juego, de
la estructura, que tiene que ver más con la producción o con quien hizo el juego”, agregó.

“Yo nunca desaté nada, nunca hice trampa en nada, absolutamente, y también me quedé callada cuando estaban viendo las imágenes. Y si Gran Hermano decía ‘volvemos a hacer el desafío’, yo lo hacía tranquilamente sin ningún tipo de problema. Nunca opiné y si me dolió un montón que me llamarán tramposa”, afirmó.

Esta semana las críticas volvieron a surgir, porque en una nueva prueba de salvación que tenía relación con el equilibrio, Carlyn se tomó de una cuerda para evitar caerse.

“Ahora en el segundo desafío que fue con Iván (Cabrera), efectivamente por reflejo agarré la cuerda y automáticamente estaba descalificada, pero hasta que la conductora no me dijera, ‘bájate de ahí', yo no me bajaba. Pero indiferentemente de eso no iba a cambiar el resultado que era Iván quedaba como ganador”, añadió.

“Entonces no entiendo de cuál trampa me hablan, porque yo no gané, Iván fue el ganador. Yo creo que fue que yo me haya quedado allí luego de tomar la cuerda, pero insisto hasta que la conductora no me dijera, ‘bájate de allí', yo no me iba a bajar”, reiteró.

“En cada una de las competencias y los desafíos en los que he estado siempre me he probado al límite, siempre me he llevado al límite para ver hasta dónde soy capaz de hacer ciertas cosas, entonces que me llamarán de tramposa, eso algo estúpido, porque sí hubiese sido tramposo si hubiese ganado, pero no gané. Es fácil criticar y juzgar desde afuera”, cerró.