“Vivir con esperanza es su mayor legado, algo que ella encarnó de manera extraordinaria”, contó José Pedro sobre Juanita Lira.
José Pedro Anitat, viudo de la influencer Juanita Lira, quien falleció tras padecer un cáncer, hace dos semanas, contó cómo enfrentaron el cáncer que la joven de 30 años padeció por casi 9 años.
Juanita había sido diagnosticada con cáncer de mama a los 22 años, en 2015. Desde entonces usaba sus redes sociales para hablar de su enfermedad, crear consciencia y también compartir recetas saludables.
En entrevista con LUN, Aninat destacó que el legado de su esposa es “vivir con esperanza” y reveló que le dejó muchas enseñanzas, especialmente durante los últimos años.
“El mensaje más potente que me gustaría compartir es el que ella misma expresó con tanta claridad. Juanita escribió: para mí, la esperanza es paz. Estoy segura de que la esperanza puede ser siempre más fuerte que el miedo. Quizás no podemos cambiar esas adversidades o circunstancias difíciles que nos presenta la vida, pero sí podemos cambiar la actitud con que las enfrentamos y vivimos. Y a mí me gusta hacerlo aferrada a mi pedacito de esperanza”, contó Aninat.
“Juanita me dejó innumerables enseñanzas, pero la que más me marcó y que se convirtió en nuestra marca conjunta, iHope, es el poder de la esperanza. Vivir con esperanza es su mayor legado, algo que ella encarnó de manera extraordinaria. Siempre creyó que todo iba a salir bien y se aferraba a esa esperanza con una determinación que nunca dejó de asombrarme”, agregó.
Además, destacó que Juanita tuvo un amor incondicional a su familia y amigos, y que mostró una gran serenidad.
“Ver a una persona, cuyo cuerpo estaba siendo invadido por el cáncer, sonreír con una luz que irradiaba paz y serenidad es algo indescriptible. Esa esperanza, que para ella era sinónimo de paz, es algo que llevo conmigo cada día. Otra gran lección que me dejó fue el amor incondicional a la familia, entendida no sólo como los lazos de sangre, sino también los amigos”, comenta.
Por último, cuenta que buscó siempre que su esposa tuviera alegría en su vida, y que eso se pudo por la determinación que ella mostraba.
“Mirándolo desde mi perspectiva, puedo decir que llegué a ser la mejor versión de mí mismo. Me esforcé al máximo para que Juanita viera la vida con alegría, para que sonriera, para que fuera feliz, a pesar de todo lo que teníamos en contra. Y sin su fuerza y determinación, no habría sido lo mismo. Creo que lo mismo se aplicaba al revés; fuimos un equipo, inseparables, enfrentando lo imposible y, en muchos sentidos, logrando lo imposible”, afirmó.