“Nunca en mi vida voy a poder superar esto”, pensaba en su niñez, según contó a Eduardo Fuentes.
“Yo sufría, sufría muchísimo de niño, con esas cosas de pasar adelante o tener que leer algo”, recordó Benjamín Vicuña sobre su infancia en el colegio en conversación con Eduardo Fuentes para Buenas noches a todos (TVN).
“Incluso me acuerdo, que estuve en colegio católico, de ser acólito, y me tuve que subir a una tarimita así, pequeña, y me temblaban las piernas”, relató para graficar cómo le afectaba la exposición.
Es más, aseguró que hubo un momento en que pensaba: “Nunca en mi vida voy a poder superar esto”.
Pero el tiempo fue haciendo algunos cambios: “De a poco, no sé por qué, el deporte primero, me hizo ser sociable, ser parte de un grupo; eso fue fundamental”, declaró.
Y después apareció el teatro, “que escondido detrás de un personaje”, le permitió expresarse, planteó, al punto que “quizá hoy estoy aquí como un personaje, sino no estaría hablando”, haciendo alusión a la propia entrevista en que se encontraba.
“Pero bueno, me alucinó eso, fue un acto de amor cuando descubrí mi vocación”, declaro.
Momento clave
De hecho, también recordó el momento clave: “Me acuerdo perfecto, viendo La negra Ester, legendaria”, haciendo referencia a la reconocida obra de Roberto Parra. “Fui con mi hermana, yo era chico y dije: ‘me quiero dedicar a esto’”, precisó.
En resumen, “no era el gracioso ni el que contaba chistes, era más bien el tímido y retraído, el tipo que observa”, planteó. “Y hoy sigo, porque mi condición natural es ser observador”.
Es más, ejemplificó, “si estoy en un viaje, ahora estaba en España la semana pasada, y me gusta observar, no soy un tipo tan para afuera, tan extrovertido”, remató. “Lo fui trabajando”.