Cristián de la Fuente contó en PH, de Chilevisión, de la relación con sus padres, hermanos, del alcoholismo de su progenitor, de cómo descubrió que era engañado por su pareja y de cuando fue amante de una mujer casada.
Los amantes de la farándula y los que gozan con las confesiones de famosos, ya secaron sus lágrimas por el fin de Primer Plano y disfrutan cada viernes viendo Podemos Hablar.
Y anoche el espacio que conduce Julián Elfenbein continúo en la senda de remecer a sus fanáticos, esta vez con las confesiones de Cristián de la Fuente. El actor habló sin tapujos de la relación con sus padres, hermanos, del alcoholismo de su progenitor, de cómo descubrió que era engañado por su pareja y que después mantuvo un romance intenso con una mujer casada.
Relajado, el también piloto y amante de los deportes extremos comenzó su charla afirmando que tenía más que claro que "yo nací fuera del matrimonio y mi mamá era la amante de mi papá. Después que nací, mi papá se casó con mi mamá".
Sobre su vida familiar cuando niño narró que nació "en una familia en donde la estructura familiar era distinta y nunca se cambió. No es que mis papás se separaron. Yo nací y tenía mi mamá en mi casa. Mi papá venía todos los días, y después se iba a su casa donde él vivía con su mujer y en esa casa había cuatro hermanos, y yo los sábados estaba con mis hermanos y mi tía, a la cual quise muchísimo, y los domingos mi papá iba para mi casa y lo pasaba con mi mamá y conmigo".
También tocó el tema del alcoholismo de su progenitor. Reveló que aprendió a manejar a los 14 años para llevarlo cuando estaba mal. Lo que más le complicaba de la situación "era la terrible sensación que lo podíamos perder, que no iba a tener papá para rato. Una vez le pregunté porqué tomaba, y me dijo que era porque no tenía ganas de vivir, fue ahí que me dijo que yo era una de sus razones para vivir. Mi padre falleció cuando tenía 21".
Luego de la Fuente habló de la infidelidad que sufrió de la que era su polola a mediados de los 90: "Estaba la sospecha, entonces llamo a mi nana y le digo que cuando me estén viendo la cara de… tú llámame por teléfono y avísame, porque el que te paga soy yo, entonces la lealtad es conmigo. Y un día suena el teléfono y me dice 'Don Cristián perdóneme, pero usted me dijo… le están viendo la cara', y ahí terminamos".
Luego se fue a los tiempos en que estaba en el Venga Comnigo, ahí confesó que estuvo con una mujer casada: "Yo estaba soltero. Sabía que no me podía enamorar porque era parte del juego".