Muy comentada y criticada fue la entrevista del pasado lunes en "Mentiras Verdaderas" a Andrés Caniulef. Y era que no, la gente no tardó en hacer presente su molestia contra el programa, la producción y el animador, Eduardo Fuentes. Era evidente que el periodista no estaba bien, sus problemas de salud (depresión) aún se dejan ver. Es delicado escarbar en una persona con trastornos del ánimo, "poco ético" decían algunos, "puro morbo" otros, o "acaben la entrevista", pero también es cierto que a nadie se le obliga a ir a conversar a un late de entrevistas, donde la idea es abrirse a contar cosas personales y profesionales.
Este fue el caso, vimos a un emocionado Andrés, lloraba a "moco tendido", dicho en buen chileno, con la sensibilidad a flor de piel y muy afectado por cada pregunta del animador. Quizás, cuando uno se encuentra en estas situaciones emocionales debes, por obligación, preguntarle a tu terapeuta si es adecuado exponerse así. A lo mejor no lo hizo y no midió las consecuencias. El espectador rechazó la exposición y lo hizo saber en redes sociales.
Mi opinión, se acerca más a la del público, lo vi mal, me dio pena porque sé lo que es la depresión, estuve tenso mientras lo escuchaba y hubiese querido verlo más fuerte, más superado. Sólo mandarte un abrazo y decirte que todo se pasa, algunas veces es más lento el proceso, pero te juro que con un buen tratamiento y la contenciòn de tus seres queridos, se pasa.