Hace algunos capítulos, Carmencita entró a la trama de la teleserie de Mega, que llegó a Cochamó tras una pena de amor y viene en busca de “una nueva oportunidad en todo el sentido de la palabra”, cuenta la actriz a La Cuarta.
Carmen María Muñoz Zúñiga, o “Carmencita”, entró al ruedo de la teleserie de la tarde-noche de Mega, Verdades ocultas.
La joven de 28 años llegó a Cochamó para trabajar junto a su tía Rosa Zuñiga (Mabel Farías), quien se desempeña como nana en la casa de Baltazar (Francisco Reyes). Este nuevo personaje, que aparece en el melodrama desde el capítulo 21 (miércoles 6 de julio), es interpretado por Dayana Amigo.
Así, la actriz suma su séptima teleserie con esta casa televisa, siendo Isla Paraíso, Edificio Corona y Amar Profundo las más recientes. Sobre este nuevo papel, cuenta a La Cuarta que “Carmencita es un chiquilla de pueblo, que vive con sus papás, trabajadora, esforzada”.
“Viene de una historia amorosa complicada porque tenía un pololo con el que se iba a casar y resulta que la historia no funcionó”, explica. “Entonces la mamá de Carmencita la manda con su tía, Rosa, a que salga de la depre y olvide a este chiquillo que la dejó triste”.
Por lo tanto, “viene a trabajar y probar suerte, a por una nueva oportunidad en todo el sentido de la palabra”.
Como ya ha dejado ver durante sus primeras apariciones, “es bastante alegre, eso es como su principal motor”, describe. “Es divertida, graciosa, simple, sencilla, cercana, trabajadora, súper positiva”. Además, “llega y dice, no piensa mucho las cosas, es bien natural, fresca y juguetona”.
¿Surgirá el amor?
Pero eso no es todo, porque, como se dejó ver des su primera aparición, “Carmencita” podrá sus ojos en Manolo (Andrés Velasco), el capataz en el fundo de Baltazar. El problema es que el hombre anda tras el corazón de Sofía (Ignacia Baeza), esposa de Mariano (Gabriel Cañas), lo que complicaría más este triángulo amoroso, convirtiéndolo en una especie de cuadrado.
“Llega y conoce a Manolo, y ella es cabra chica también”, cuenta Amigo. “Y mira a Manolo, que es más grande, y más serio, y como que tiene más mundo, y se engancha rápidamente de este hombre y, como viene de una ruptura amorosa, ve en él una nueva oportunidad para ser feliz y para encontrar ahí el amor”.
“Yo me quiero casar, me quiero enamorar, quiero tener hijos”, le confesó “Carmencita” a su tía Rosa recientemente. “No quiero que se me pase el tren”. Es más, ya le hizo la primera insinuación amorosa a Manolo, a quien le dijo sobre su expololo que “me gustaría poder olvidarlo rápido”, dejando entrever su interés para que un clavo saque al otro.
¿Cuándo durará la estadía de “Carmencita” en Cochamó? Esa es un pregunta que ni la propia actriz puede responder con certeza. “Entró como un personaje más pequeño, que entraba y salía, y ahora puede ser que tenga más continuidad”, pronosticó.
Y es que todo “va a depender un poco de los futuros proyectos que tenga yo en Mega, y que ahí me vayan moviendo”, explica sobre su permanencia en la trama. “Así que eso todavía no lo sé”.
Licencias y solturas
Amigo también repasa algunos de los últimos papeles que ha hecho en Mega, específicamente a Angelina Yolanda Salazar y Gemma Lara, de Isla Paraíso y Amar profundo, respectivamente, personajes de atuendos “bien particulares”, incluso cercanos a la caricatura.
En esta nueva historia, “Carmencita está más acorde a la teleserie, que está en una tecla súper realista y naturalista”, aseguró. Como entró ya con la trama en carrera, “la tecla ya está dada en los personajes”, comenta. “Uno tiene ahí que sumarse a lo que va la teleserie, al resto de los personajes, a lo que se cuenta en cuanto a términos generales”, por lo que “no puedo llegar haciendo algo distinto a eso”; así que “es un personaje mucho más realista en ese sentido”.
“No podría decirte que es un personaje de comedia, porque siento que tiene ver con cómo es la teleserie, que tiene de todos los colores juntos, que va del drama a la comedia y viceversa”, agrega.
Eso sí, en lo que ha hecho “hincapié” la actriz es que, al ser “Carmencita más chica en edad”, eso le “da licencias y solturas para llegar, decir y hacer”, por lo que “tiene esa frescura de la “niñez”, de no pensar mucho en las consecuencias”. Por lo tanto, declara, “ese es el camino de Carmencita, más que tenga algo tan vistoso en el sentido físico”.
Para ella es importante siempre “buscar un guiño, algún peinado, maquillaje o vestuario”, porque “siempre me gusta proponer desde ahí”. Dicho eso, aunque siguiendo las reglas de La ley de Baltazar, “en este personaje también me dejaron hacerlo, cómo me quería ver para lo que yo quería contar y para lo que yo pensaba que llegaba a ser el personaje”.
“En ese sentido”, cierra, “siempre tengo la libertad y el permiso para poder hacerlo, y con Carmencita también”.
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