Los conductores del Buenos Días a Todos no se pudieron aguantar la risa después de una broma que lanzó Eduardo en medio de un despacho de Simón Oliveros. “¡Están cagados de la risa!”, expresó el notero.
Un hilarante momento se vivió la mañana de este miércoles en el matinal Buenos Días a Todos que dejó a Eduardo Fuentes y a María Luisa Godoy con un ataque de risa.
Todo ocurrió en medio de un despacho de Simón Oliveros, quien se encontraba en Barrio Franklin para hablar con los locatarios sobre la baja en el precio del pollo.
El notero estaba conversando con una vendedora del sector sobre las distintas presas, cuando la mujer contó que muchas personas estaban comprando más patas de pollo, que habían desaparecido por un tiempo del mercado.
“No sé si la gente lo sabe, no sé si será buen dato, pero se iban para el extranjero para los chocolates. El chocolate ‘barato’ se hace con la grasa de la pata del pollo. Por eso se le pega en el paladar”, contó la mujer, lo que sorprendió a los conductores.
El notero continuó conversando con normalidad con la mujer, cuando Eduardo lanzó una particular broma en voz baja. “Alma me va a pedir chocolate y le voy a tirar una pata de pollo”, bromeó, haciendo reír a sus compañeros.
“¡Están cagados de la risa!”
Simón siguió preguntándole a la vendedora sobre algunos datos sobre los pollos, sin darse cuenta el comentario de Fuentes.
Si bien los conductores intentaron mantener la compostura, no se pudieron aguantar por mucho tiempo y estaban con un ataque de risa en pantalla. “Sáquennos del aire”, se escuchó decir a María Luisa en un susurro.
Fue ahí que Eduardo estalló en risas, lo que dejó descolocado a Simón, quien preguntó: “¿Por qué se están riendo? ¡Me contagian! ¿Qué pasó?”
“Lo estoy viendo en el retorno, los estoy viendo en la tele y están cagados de la risa, uno se desconcentra. ¿Qué pasó? Cuéntenme”, agregó el notero, que no entendía qué estaba pasando.
Mientras reían, María Luisa le explicó a su compañero el motivo del ataque de risa. “Yo te voy a explicar, Eduardo que es inmaduro, no pudo superar lo de las patitas de pollo y los chocolates”.
“Yo dije, la Alma ya próxima vez que me pida chocolate, le voy a decir ‘ahí hay una pata de pollo’. Entonces me la imaginaba llorando (comiendo la pata de pollo) (...) ¡Está mala la cosa!”, explicó Fuentes.
Por su lado, María Luisa aseguró que “ahí no lo pudimos superar”. Luego, entre risas, le dijo a su compañero: “Inmaduro, Eduardo”.
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