El cantautor realizó este martes el primero de sus seis conciertos que realizará en Chile. Reiteró discurso que sacó ronchas hace un par de semanas en Argentina.
Cuando el reloj marcaba las 21:15 horas, se dio inicio este martes al primero de los seis shows que Ricardo Arjona realizará en Chile durante el mes de agosto en el Movistar Arena, donde está presentando su tour Blanco y Negro (todavía quedan entradas disponibles para el show del día 30 de agosto).
Ante la euforia de 16 mil personas, el artista guatemalteco abrió los fuegos con “Si yo fuera” y una batería de éxitos que se corearon como si estuvieran en un karaoke.
Y en ese contexto, en medio de sus 2 horas y 15 minutos de concierto donde repasó sus temas nuevas y sus clásicos de ayer y hoy, hubo dos momentos en los que el cantante llamó la atención con sus particulares reflexiones sobre la “lucha de género”.
“Fueron cosas peligrosas. No solamente la pandemia, nos encerraron dos años, después nos pusieron mascarillas, después nos dejaron como un celular en la mano, nos pusieron redes sociales y esto se complicó por completo”, relató de entrada el artista.
Tras cartón, apuntó sus dardos contra los coach que realizar charlas motivaciones, quien surgieron con mayor fuerza tras la llegada del Covid-19.
“Empezaron a aparecer personajes extraños e ideas más extrañas. Por ejemplo aparecieron estos personajes que hoy abundan por todos lados, que fracasaron en sus casas, en sus barrios, en sus países, en sus familias. Fracasaron en todo pero hoy son coach, le enseñan a la gente cómo vivir. Escriben libros, dan conferencias, están por todos lados”, complementó.
Y en esa misma línea, agregó: “aparecieron más de 32 géneros como si lo importante fuera seguir aumentando el número de géneros y no respetar a la gente por lo que quiere hacer con su cuerpo y con su vida”.
Incluso, habló sobre la igualdad salarial entre hombres y mujeres. “Apareció gente muy preocupada por las vocales como si eso fuese importante. Después habían desfiles de gente que protestaban porque las mujeres tenían que ganar igual que los hombres y yo digo: ¿por qué no pueden ganar más?”, lanzó ante los aplausos del público.
“Lo cierto es que pasaron tantas cosas raras que no entendí, que yo logré rescatar sólo una cosa, la primera línea de esta canción. Estoy feliz de volver, gracias por estar acá”, remató antes de empezar a interpretar “Hongos”.
La reflexión de Ricardo Arjona
Pero eso no es todo. Además, Arjona repitió el discurso que hace un par de semanas generó polémica en uno de los conciertos que realizó en Argentina, en el cual habló de lo desvalorada que está la imagen de los hombres en la actualidad.
Tal como en esa ocasión, recordó una frase de le escuchó a una mujer en un programa de televisión.
“Soltó una frase tremenda. Dijo ‘hombres, cavernícolas descerebrados’. No crea usted que la señora se metió en líos, no, no. Le celebraron la frase igual que como la celebraron ahora y no le pasó nada. Se subió a su auto, fue a su casa, fue a su barrio, la saludaron igual que todos los días, no le pasó nada. Conservó su trabajo. Pero vaya usted a decir descerebrado, o alguna barbaridad de una mascota y casi va preso. De los hombres usted hoy puede decir cualquier cosa, sí. Nosotros nos lo ganamos hay que decirlo. Desde mediado de los noventa llegó como el pico del macho, de este macho que abusaba de su poder extraordinario. Y ahí empezó el declive total, hasta donde estamos hoy, que estamos en el último peldaño social, muy por debajo de las mascotas”, reflexionó.
“Nos lo merecemos pero no tanto porque ya empieza a ser algo que no nos conviene a nadie. A mí la señora me llamó la atención”, agregó.
Por último, y como previa a la interpretación de “Desnuda”, el cantautor sacó a colación una escena ficticia sobre cómo es el trato que reciben hoy en día algunos hombres.
“Por ejemplo hay dos tipos de hombres en el universo de las damas. Está el hombre que le gusta y está el hombre que no le gusta. El problema es cómo sabemos nosotros si cada vez es más difícil acercarnos. Y si le sumamos la mascarilla es prácticamente imposible, entonces usted está en un bar, por ejemplo, está sentada en una mesa y aparece el tipo que tiene la suerte divina, de pertenecer al universo de lo que a usted le gusta. Entonces el tipo se abre paso entre todos, y viene maquinando una frase típica, cursi, masculina, se le acerca y el tipo le dice ‘buenas noches, quiero decirle que llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras de podría inventar para quitarle ese vestido”, dijo ante la atenta mirada del respetable.
“Usted le dice ‘me permite un momentito’. Agarra el celular, se va para un ladito. Se mete al chat de las amigas y le dice ‘acabo de conocer a un hombre salvaje pero tierno a la vez’”, relató.
“Pero si usted está en la misma silla, y el mismo bar, y viene el tipo que tiene la desgracia de pertenecer al grupo de los que usted no le gusta, se abre paso, se le acerca y le dice ‘buenas noches, llevo tres noches sin dormir pensando en las 25 maneras de podría inventar para quitarle ese vestido’, usted dice ‘me permite un momentito’. Agarra su celular y llama al 911 (emergencias). Ahí estamos viviendo hoy. Ahí estamos flotando todos de alguna manera. Y yo creo que esa distancia es peligrosa porque yo sueño con la libertad de poder decir un día de tanto cosas como ‘no es ninguna aberración sexual”.