Dejó la escoba desde un comienzo. Cuando Meghan Markle apareció de camisa blanca arremangada y jeans de tela gastada, con hilachas en los bordes y rotos en la rodilla, en su primera aparición pública oficial como polola del príncipe Harry, hubo una avalancha de críticas. Se esperaba otra cosa, algo con más formalidad para la pareja del hijo de Diana de Gales.
Pero al mismo tiempo, ese día las mujeres del mundo que adoran la moda convirtieron a la actriz de 36 años en su ejemplo a la hora de vestirse. En la "influencer" del momento.
La ex protagonista de la serie Suits, que mañana protagoniza el matrimonio del año en el castillo de Windsor, transforma lo que se ponga en un hit. Las marcas que Megan usa venden su stock en minutos y se hacen conocidas a nivel internacional.
Mother, la empresa de los jeans gastados, agotó el modelo en tres días y 400 personas se anotaron en la lista de espera. El tráfico en su sitio web aumentó en un 200 % y las búsquedas en Google en un 60 %.
Lo mismo sucedió con Everlane, autores del bolso café que Markle llevaba en la ocasión. Hay una lista de espera de 20 mil personas para la cartera y su director de asegura -en uno de los artículos que ha escrito Vanessa Friedman, especialista en estilo del New York Times- que la influencia fashion de la futura duquesa sólo se compara a la de divas de Hollywood de la talla de Angelina Jolie.
En el anuncio de su matrimonio con Harry, la novia mostró un abrigo blanco Line the Label y el sitio de la marca se cayó en menos de una hora debido al boom de tráfico.
La pequeña empresa galesa Hiut Denim debió trasladar sus instalaciones a una fábrica mucho más grande para poder cumplir con la demanda que tienen desde que Megan fue fotografiada con uno sus jeans negros puestos.
En la industria textil hoy el poder de una foto es mucho mayor que el de cualquier campaña de publicidad. Y en este esquema, la treintañera criada en el sur de California triunfa en fondo y forma.
Posee un look urbano donde mezcla diseñadores nuevos con símbolos de lujo como Burberry o Stella McCartney. Suma detalles "atrevidos" para la monarquía, como andar con vestido y sin medias, cosa que Kate Middleton, la duquesa de Cambridge, no hace, por ejemplo.
Además, representa una ola de modernidad en la realeza británica: es la novia norteamericana de origen birracial, de padres separados, divorciada y feminista que se casa con el príncipe, quinto en la sucesión al trono.
Se publican blogs dedicados a la faceta fashion de Markle. Las revistas, sitios, diarios y espacios televisivos adornan sus contenidos con sus tenidas. Y mañana, cuando cerca de las 06.20 en Chile, Meghan camine por la capilla de San Jorge, será una de las pocas veces en que un traje de novia se transforma en un tema de interés mundial.