Se retiró de la televisión hace un tiempo, y hasta dejó su participación en el programa Las Indomables, junto a Patricia Maldonado y Catalina Pulido. Pero desde entonces, la vida de Claudia Schmidt, exmodelo de Morandé con Compañía y otros espacios televisivos, sigue un derrotero más reposado.

La uruguaya se radicó en Miami junto a su marido y sus dos hijos. Allí desarrolló una afición por la pintura. "Pintar me hace feliz, me aporta mucha paz interior, una paz mental que a mí me tiene descolocada -le contó a LUN-. Me pregunto cómo no entré en este mundo antes porque es una cosa muy placentera, simplemente voy creando cosas que visualmente me vienen, como que fluyo".

En la charla detalló cómo llegó a pintar. "(Lo hacía) muchas veces para relajarme o pensar acerca de una situación. Me ponía a dibujar o pintaba cualquier cosas que encontraba algo no habitual en mí… Me empezó a gustar y la pandemia me dio el tiempo", explicó.

Además, detalló la importancia de la observación. "La idea es sacar de mí imágenes, cosas que veo en las personas; muchas veces veo en ellas algo que ni ellas mismas ven. Algunos paisajes me evocan luces, oscuridades, temores y vacíos; eso es lo que trato de expresar".

Con el tiempo, la pintura es parte de la rutina de la exmodelo. "Pintar hoy es parte fundamental del día, como mis caminatas, la rutina con los niños, mi espacio con mi esposo. Es importante en la vida tener balance en las cosas, tiempo para mí y para lo demás".

Más aún, porque la pintura le hizo conocer otras facetas de su personalidad. "Yo no sabía ni dibujar cuando era chica. Yo hacía un fosforito, le ponía líneas y decía que era una persona con piernas y brazos -explicó-. Era buena para matemáticas, pero nada con artes. Por eso mismo esto me tiene un poco descolocada".