Durante Ganar o Servir (Canal 13), la actriz encarnó a un recordado personaje que volvió a ganarse el cariño del público.
“Amanda del Villar”, el popular personaje de la actriz Orietta Grendi, tras su participación en Ganar o Servir (Canal 13) se estrena en el forma del stand up comedy.
La intérprete de 57 años salta al teatro con ¡Me dio ataque!, show que mezclara comedia con música, estrenándose espectáculo este sábado 16 de noviembre a las 22:30 horas en el Teatro El Cachafaz, en Avenida Italia 1679. Las entradas se venden por Ticketplus.
“El cariño que me demuestra el público a diario en persona y en redes sociales me motivó a diversificar la presencia de ‘Amanda del Villar’ y llevarla más allá de la televisión… y estoy segura que ha sido la mejor decisión. Ahora la gente podrá disfrutar de un espectáculo único y con todo el potencial de ‘Amanda’, además de que el personaje podrá seguir creciendo y llegando a más personas”, analiza Grendi sobre el motor de su apuesta.
Sobre esta faceta en la que incursiona, asegura que “he estudiado mucho para aprender de la técnica del stand up, pero sé que ‘Amanda’ prefiere simplemente ser ‘Amanda’ y que el formato teatro, basado en su maravillosa capacidad de vincularse con el público y de ser lúdica e improvisar, es uno de sus puntos fuertes”.
¡Me dio ataque!
La obra en cuestión “es una oportunidad para jugar con el público, para reflexionar con un humor irónico, naif y con garbo y elegancia”, dice. En la propuesta escénica “veremos a una ‘Amanda’ que se lanza y desarrolla sus facetas junto al público, porque el público, esta vez, tendrá un rol más allá de ser espectador”, mientras “‘Amanda’ asume el rol que siempre soñó: ser la heroína que debe salvar al garbo y la elegancia… de manera creativa”, detalla.
La parte musical contará con bailarines del Teatro Municipal de Santiago, quienes junto a la protagonista se lucirán al ritmo de artistas de renombre, como Raffaella Carrá.
“El nombre de la obra es un llamado de atención, es la expresión con la que nuestra querida ‘Amanda’ llega al límite de la tolerancia, es el momento cuando vemos que todo está a punto de sucumbir”, analiza. “Cuando, a sus ojos, todo sería tan sencillo si utilizáramos el lenguaje de manera correcta, si los acuerdos sociales se respetaran; si el cuidado por el bienestar del otro fuera una preocupación, si el garbo y la elegancia se transformaran en lemas de vida”.
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