Hace siete años le encomendaron a Patricio Valdivia, productor de Bienvenidos, asumir la responsabilidad des ser el creativo y compañero tras la candidatas a reina del Festival de Viña del Mar.
Comenzó en ese rol junto a la periodista Valeria Ortega y consiguió mantener la buena racha de la estación a la hora de quedarse con la corona del certamen.
Conversamos con el capo de las candidatas para que le contara a La Cuarta, cómo ha sido su experiencia y cuál es la clave para ser reina. "En el 2012, se le encomendó al matinal que tomara las riendas de la candidatura a Reina de Viña y fue el primer año que nos tocó hacer la campaña. Yo sin tener idea de nada, me acuerdo que fui solo".
- ¿Fue muy difícil?
Fuimos a la vida a apoyar a la Vale. Llegamos allá y se nos vino el mundo encima, porque uno no se imagina la cantidad de medios que andan detrás del certamen de la reina. Ese año estaba Germán Schiessler y yo solo de producción.
- ¿Era más trabajo del que esperabas?
Sí, ahí nos dimos cuenta de que no era sólo el trabajo para el programa de televisión, sino que cómo muestras a una reina cercana, cómo un canal elige a una niña por ciertos atributos, y eso hay que presentárselo a la prensa en todas las actividades a las que uno empieza a convocar.
- ¿Quisiste tirar la toalla en algún momento?
Sí, pero ahí afortunadamente me tiró el salvavidas el Pancho Saavedra, que me vio ahogado. Entendió lo que me pasaba y me dijo ¡esta cuestión es así!
- ¿Cómo?
Me sentó y me dijo, "acá están los periodistas, tienes que ir donde están convocados y tienes que presentarte", y él de alguna manera me dio la venia para hacer esta cuestión. Lo hicimos y luego vinieron la Domi, la Sigrid, Luli, Jhendelyn, Nicole y Kika y ahora vamos por la Betsy.
- ¿Alguna más complicada que otra?
Todas las reinas han sido diferentes. La Luli nos costó harto, porque ella iba con todo, pero tenía mucho miedo al piscinazo, no sabía nadar, eso nos llevó horas y horas, tuvimos que ensayar mucho. Jhendelyn se puso nerviosa porque se le habían salido los brillitos, me pegaba con el ramo de flores, pero esos son gajes del oficio.
- Igual todas regias, un punto asegurado ¿O no?
No es a la más exuberante ni sensual la que gana, porque por ejemplo, cuando estuvimos con la Vale Ortega las contendoras lo eran mucho más que ella, pero su triunfo tuvo que ver con su propia personalidad. Ella estaba ahí metida con los periodistas, se ganó el cariño que nos permitió ganar.
- ¿Qué le dirías a todas las candidatas?
Que lo más importante es que sepan que hay que entregarlo todo, la idea es que esto sea una batalla, pero una amigable, lo importante es que sepan llegar al periodista. Son pocos días y es mucha la adrenalina, mucho el asedio, mucho trabajo, no hay forma de no correr.
- Los piscinazos siempre son muy llamativos ¿Es un poco la clave?
No lo creo, eso se ven en el camino. Eso sí, hemos cuidado mucho de no sexualizarlo, cuidamos a nuestras candidatas. Lo que buscamos es deslumbrar de una manera artística, mostramos sus capacidades reales, hay que poner límites.
- ¿Está confiado este año?
Todos los años me voy confiado y después veo la competencia y digo ¡nooo, puedo perder!
- Harta inversión desde el "13" ¿Eso ayuda, o no?
Nosotros hacemos la candidatura con cero peso, con el vuelto. No es que invirtamos plata, sino que talento de ellas y así uno pide una que otra cosa.
- ¿Sientes que la experiencia te da un pasito más adelante?
Jajá, no sé, esto ya se ha vuelto como un oficio de sacar reina, pero hay que dar la pelea. Imagínate el año pasado ganamos por 6 puntos. La Red. siendo un canal chico, nos tuvo apretados.
- ¿Cuál será la cábala?
Siempre llevo a mi "Ganesha" y la idea es que la candidata por ningún motivo toque el agua del piscina del Hotel O'Higgins, no se puede tocar ni una gota, antes de ser reina.