Señora hablaba sobre la crisis social desde Estación Central cuando la interrumpieran en vivo. "No seas mal educado", le dijo.
Una tensa situación se vivió este martes durante un despacho del "Bienvenidos" desde Estación Central. Esto, mientras el periodista Leo Castillo entrevistaba a la señora Nelly, comerciante del lugar, quien entregaba sobre su punto de vista en el matinal de Canal 13 sobre el estallido social y las prioridades que debería tener el gobierno en esta crisis.
"Que arreglen lo que está pasando en Chile. La prioridad para la tercera edad. La tercera edad, sobre todo las pensiones, los remedios que no hay. Hay muchas cosas que está pidiendo el pueblo. Solucionen eso", dijo firme la locataria de 68 años quien sigue trabajando a pesar de los problemas de salud que la afectan.
Sin embargo, todo se interrumpió cuando un hombre empezó a gritarle cosas a la pantalla. "Yo voy a seguir aquí, funando la hueá, hablando puras hueás para que...", se escuchaba una voz en pantalla.
Tras cartón, se produjo un tenso cruce entre los comerciantes. "Sal de aquí, no seas mal educado", le dijo Nelly sin pelos en la lengua. "No es con usted, señora", le contestaron de vuelta.
Cruce
"Amigo, vamos a guardar un poquito de tranquilidad porque estamos conversando y escuchando el testimonio de la señora", dijo Leo Castillo para calmar los ánimos, pero nada de eso bastó.
"Yo puedo estar donde a quiera. Yo soy de esta comuna. Ustedes no son de acá", contestó el hombre.
"Usted tiene todo el derecho de estar donde usted quiera, nosotros estamos escuchando los testimonios de la señora", refutó el reportero antes de continuar con su despacho.
La entrevista pudo retomar curso y, tras el altercado con el otro comerciante, la señora en cámara comenzó a relatar el difícil momento que vive como comerciante.
"Soy una persona no apta para trabajar, valgo de otras personas que me ayudan, mi enfermedad me avanzó demasiado, recibo 157 mil pesos", expresó
"Ayudo a mi hijo en este momento, le quemaron todo en el sector de laguna sur. Ahora no estoy vendiendo, porque la gente no tiene plata, mi kiosko me lo "reventaron" tres veces, 24 candados tiene mi negocio".
Para luego quebrarse en lágrimas y revelar que pese a tener un negocio grande, no le alcanza para el pan.