El músico británico realizó una contundente presentación en el estadio Monumental, refiriéndose brevemente a los problemas de alejamiento que tuvo que enfrentar antes de llegar a Santiago.
“Es tan bueno verlos aquí, en Santiago de Chile. Gracias por venir”. Con esas palabras, Roger Waters inició su primera y casi única intervención para hablarle a la audiencia durante el primero de los dos conciertos que realizará en el Estadio Monumental David Arellano.
Antes de interpretar su canción llamada “The Bar”, la cual realizó durante la pandemia del COVID-19, Waters se refirió a la controversia que marcó a las presentaciones previas en Sudamérica, tanto en Montevideo como en Buenos Aires. En aquellos lugares, sus reservas de hoteles fueron canceladas luego de la acción impulsada por Roby Schindler, presidente del Comité Central Israelita de Uruguay.
“El último par de presentaciones fueron en Argentina y.... jajaja”, dijo justo antes de que se iniciaran las habituales pifias cada vez que se nombre a aquél país en los estadios chilenos.
“Pensé que eran mis amigos, como las personas de Chile son mis amigos, pero no me dejaron quedarme en ninguno de sus hoteles, lo que fue raro, ¿no lo crees?”, rememoró el músico británico.
“Y la razón [de que lo hicieran] fue porque creemos en cosas diferentes, ellos y yo, voy a decir esto muy rápido, sé que ustedes los saben, pero lo voy a decir igual, yo creo en derechos humanos igualitarios para todos mis hermanos y hermanas en todo el mundo, sin importar de su etnia o su religión o su nacionalidad y eso por supuesto incluye a nuestros hermanos y hermanas en Palestina”, finalizó.
En la previa del concierto, la Comunidad Judía interpuso recurso de protección para restringir la presentación de Roger Waters en Chile, planteando que este contaba con “antecedentes de incitación al odio antisemita”. Pero su objetivo de censura no fue conseguido, ya que la Corte de Apelaciones rechazó el recurso en un escenario en el que el exPink Floyd los llamó a superar el tema, ya que no es antisemita.
Cabe destacar que, durante su presentación, el músico se limitó a desplegar imágenes de las víctimas de los bombardeos en Gaza y presentó un cartel en el que llamó a “parar el genocidio”. En ningún momento habló directamente sobre el gobierno de Israel.
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