El ídolo británico fue paparazzeado en la despedida a la exmonarca como un mortal más. Llegó a las dos de la madrugada a la iglesia.
David Beckham se mezcló entre las miles de personas que hacían fila en Londres para dar el último adiós a la reina Isabel II.
El goleador estuvo 12 horas esperando para ser parte del funeral, vistiendo un traje oscuro con boina incluida, quizás, para pasar desapercibido.
“Pensé que viniendo a las dos de la madrugada iba a estar un poco más tranquilo, me equivoqué. Todos tenían eso en mente. Pero hay gente de todas las edades, todos quieren estar aquí para ser parte y celebrar lo que Su Majestad hizo por nosotros”, dijo el ídolo del fútbol al medio “ITV News”.
“Es un día triste”
Según informó Daily Mail, la presencia del jugador provocó un pequeño retraso porque la gente se le acercaba para pedirle fotos, mientras que otros trataban de mantenerlo despierto en su larga espera.
“Este día siempre iba a ser un día difícil. El momento más especial para mí fue recibir mi Orden del Imperio Británico (OBE). Llevé conmigo a mis abuelos, que eran grandes monárquicos”, recordó.
“Es un día triste, pero un día para recordar”, aseguró Beckham a los medios, visiblemente afectado.