Sufrió en primera fila el dictamen de internación provisoria para su vástago por la figura de "homicidio simple frustrado". Entre sollozos, consultó a los guardias sobre las condiciones que enfrentará el menor en el Sename.
"¿Le darán comida, cierto? ¿Va a tener una cama o dormirá en el suelo?". Tras llorar largamente y oculta tras unos grandes lentes oscuros, Nicole Moreno se mostró por primera vez derrumbada ante su gran drama.
Sus preguntas a los gendarmes vinieron poco después de que el reloj marcara las 13:51, hora en que el Cuarto Juzgado de Garantía de Santiago determinara la internación provisoria para F.T.M., su hijo de 17 años que resultó imputado por la figura de "homicidio simple frustrado", luego de comprobarse su participación en el baleo a un vecino de su edad y que tiene al afectado con riesgo vital, hecho registrado la madrugada del jueves en Las Condes.
La modelo encontró refugio en el personal policial para saber algo de las condiciones en que podría estar su hijo durante los próximos 100 días, pues la cautelar lo derivó a un centro cerrado del Sename ubicado en Graneros, hasta que se revisen las medidas.
A esa altura de la jornada, poco quedaba de la calma con que a las 12:25 llegó Luli al Centro de Justicia. Acompañada por su madre, su nueva pareja y algunos familiares, sorteó la presión de los periodistas presentes e ingresó a la sala para escuchar los alegatos de la fiscalía, quien con los testimonios de tres testigos protegidos más textos y audios de WhatsApp de fuerte calibre, acreditó la participación del imputado.
La suerte para su hijo ya estaba echada y por más que Nicole tuvo la intención de entregarle ropa de abrigo o algunos alimentos, el contacto con él ya estaba imposibilitado y sólo le quedó repetir el peregrinaje entre cámaras y micrófonos para retirarse en su auto, cigarro en mano, del Centro de Justicia.