“No entiendo tampoco qué pasa por su cabeza para mentir de esa manera”, aseguró el animador argentino.
La noche del martes se conoció una denuncia por corrupción de menores en contra del conductor de televisión Alejandro Wiebe, conocido públicamente como Marley.
La acusación fue realizada por un hombre identificado como Adrián Alfredo Molina, quien aseguró haber mantenido una relación con Marley en 1996, mientras él tenía 17 años.
“Esta persona es casi diez años mayor que yo, quien por un tiempo logró mi amistad, me enviaba correos electrónicos diariamente, incluso en sus viajes al exterior. Esa comunicación a diario duró un par de meses, sin nunca habernos visto ni escucharnos la voz”, señaló Molina en la denuncia presentada, a la que tuvo acceso el diario La Nación de Argentina.
El hombre agregó que Marley nunca reveló su identidad hasta conocerse en persona. “Esto se inició cuando yo tenía diecisiete años y duró por más de tres años, en el más absoluto secreto”.
“Debido al tiempo transcurrido, no poseo las comunicaciones de los chats y correos electrónicos al momento de tener 17 años de edad y el denunciado corrompió mi normal desenvolvimiento moral y sexual, por lo que a los efectos de acreditar los extremos denunciados, solicito al Sr. Juez interviniente, la realización de pericias psicológicas y psiquiátricas sobre mi persona, a efectos de determinar las secuelas que me causó la conducta del acusado”, exigió.
Tras revelarse detalles de la denuncia, Marley rompió el silencio junto al animador Ángel Brito en LAM. “Es muy difícil cuando te pasa una cosa así, sobre todo cuando te ocurre con una persona que conocés hace mucho tiempo y sabés que todo es mentira. No entiendo bien de dónde sale ni por qué lo hizo, para mí es todo un misterio”, sentenció Marley.
El inicio de una relación
De acuerdo a su relato, ellos comenzaron su relación en “otra Argentina, donde te daba miedo contar tus relaciones”. “La verdad es que yo no había estado con nadie. Fue como un vínculo donde nos veíamos cada tanto, yo tenía mucho miedo al qué dirán con respecto a mi sexualidad. Porque sentía que después iba a quedar encajado en ese tema”, reconoció.
“Yo tengo a mi familia, a mi vieja que proteger, nunca sentí que fuera un tema del que tenía que hablar públicamente. Tampoco me lo preguntaban, y pensaba: ‘Si nadie me lo pregunta debe ser que todos lo dan por sentado’. Era algo mío, hoy conté que la única vez en mi vida que me preguntaron si era gay fue en un crucero, y yo le había pedido al periodista que apague el grabador y en ese momento le dije que sí, pero que no estaba listo para contarlo”, recordó.
“Nunca se lo contaba a nadie, pero un día me metí en un chat popular y comenzó la conversación con un montón de gente. Yo estaba haciendo el programa Los expedientes de Teleshow y leo que empiezan a opinar sobre mí. Todos con buenos comentarios, salvo uno que empieza a decir que yo era un boludo. Ese chico era Adrián, y ahí empezamos a hablar. Me pedía una foto y tanto me insistía que yo le dije que me parecía a Hugh Grant y a Marley. Y ahí se empezó a dar cuenta que era yo”, aseguró.
Según narró Marley, se animó a conocer a Molina en 1999. “Él estaba en la facultad, estudiaba Administración de Empresas. Él cuenta que nos conocimos en 1996 y que fue en mi casa en Don Torcuato, eso es imposible porque el terreno lo compré en 1998 y recién en 1999 yo me mudo a esa casa que construí”, explica.
“Por eso digo que es todo inconsistente. A él le gustaba mucho escribir, cuando se termina la relación en el 2002, él se va a vivir a Miami. Yo tengo una biografía suya, muy bien escrita por él, porque escribe muy bien, y en esa biografía cuenta primero su infancia y después relata otras relaciones que tuvo. Hasta que detalla que a los 19 años me conoce a mí. Él cuenta que salía de la facultad rápido para meterse en el chat y hablar conmigo”, aseguró.
Tras el final
La relación, cuenta, fue tranquila, y terminó porque Marley “no estaba seguro de lo que quería”.
“Él se fue a Estados Unidos. Yo lo ayudé a que se instale allá y haga su vida. Cada vez que yo iba a Miami nos veíamos, nos encontrábamos como amigos, y nunca más volvimos a estar juntos. Después estuve en pareja muchísimos años con la misma persona, y también conocí a su marido, luego él se divorció y pasó que su madre se enfermó en Argentina y tenía problemas con la obra social, así que lo ayudé a resolver el tema. No nos conocimos con las familias en ese momento, porque para mí en esa época era difícil”, relató.
Un día él le escribió pidiéndole dinero porque tenía muchas deudas. “Me dijo que necesitaba esa plata, que lo ayude. Le dije que en ese momento no lo podía hacer y se puso distante. Al año siguiente lanzó ese delirio, que tengo capturadas las pantallas y con escribano público para que certifique todo. Me dijo: ‘Yo necesito que vos te comuniques con mi abogado, tenés que arreglar con él si no voy a hablar con Ángel de Brito, o con Carlos Monti’. Él estaba desesperado por dinero”, explicó.
“Cuando me dice eso, dije ‘¿qué va a decir, va a contar de mi sexualidad?’. Tampoco era una cosa que a todo el mundo le iba a sorprender, no se le iba a caer la mandíbula. Pero no pensé que iba a decir otras cosas, porque yo tengo su biografía escrita por él, que él quería vivir una cosa más pública y yo no, éramos los dos adultos, no imaginé cuál sería el problema”, afirmó.
“Así llegaron las extorsiones, las amenazas y cuando leo esta denuncia, dije: ‘¿De dónde salió, cómo inventó esos años? Todo eso lo voy a presentar al Juzgado, es imposible que sea verdad. No entiendo tampoco qué pasa por su cabeza para mentir de esa manera”, dijo.