Este jueves se estrenó la segunda parte de la tercera temporada de la producción de Netflix.
Este jueves debutó la segunda parte de la tercera temporada de Bridgerton, la cual dejó indignados a los fans con uno de los mayores cambios que han hecho a la historia original de Julia Quinn.
Atención, este artículo contiene spoilers.
Si bien este ciclo estaba dedicado a la historia de amor entre Penelope Featherington y Colin Bridgerton, también conocimos la de Francesca Bridgerton y John Stirling, quienes incluso contraen matrimonio.
De hecho, la pareja planea viajar a Escocia y vivir allí en la residencia de él, plan al que se unirán dos familiares más: Eloise, la hermana de Francesca, y Michaela, la prima de Stirling.
Para quienes no hayan leído los libros que dieron origen a la serie, todo parece estar bien, pero lo cierto es que la introducción del nuevo personaje de Michaela conlleva grandes cambios en la historia.
El libro El corazón de una Bridgerton sigue el breve matrimonio de Francesa y John, quien fallece sólo dos años después de casarse producto de un aneurisma cerebral.
Allí la joven Bridgerton conoce a Michael Stirling, el primo y heredero de John, de quien termina enamorándose y con quien se casa posteriormente.
La primera pareja queer
El cambio de Michael a Michaela deja muchas especulaciones, y abre la puerta a la primera relación homosexual protagonista dentro de la serie de Netflix, que estrenará su cuarto ciclo en 2026.
Los fans de la serie se mostraron indignados ante el cambio, acusando que no se está respetando la esencia de los libros y que además ya son demasiados las libertades creativas que se han introducido a la historia.
La showrunner de la serie, Jess Brownell, salió al paso de las críticas y defendió la decisión.
“La primera vez que leí el libro sobre Francesca, me sentí muy identificada como mujer queer. Su libro habla mucho de lo diferente que se siente y creo que la intención de Julia Quinn en el libro es que Fran se siente diferente porque es introvertida. Pero para muchas de nosotras, en la comunidad queer, esa sensación de sentirnos diferentes forma parte de nuestras historias”, explicó a la revista Glamour.
“Me pareció que había un terreno temáticamente fértil en su libro para introducir una historia queer. También hay algunos elementos de su historia que nos permiten asegurarnos de que podemos contar un final bastante feliz para Francesca y Michaela. Para mí era importante que, al contar una historia queer, pudiéramos darles un final feliz, como hemos hecho con todas las demás parejas”, cerró.