La actriz abrió las puertas de su hogar e hizo un recorrido por su vivienda en el programa de CHV.
En el nuevo capítulo de La Divina Comida, la actriz Antonella Ríos fue la cuarta anfitriona en abrir las puertas de su casa y recibir a los invitados de la noche.
En esta ocasión, la actriz compartió con el actor Álvaro Gómez, la integrante de Porto Seguro, Vivi Rodriguez, y el comediante Alex Ortíz. Pero antes de deleitar a los comensales con sus preparaciones, Antonella hizo un recorrido por su hogar.
Lo primero que mencionó, es que ya había mostrado su casa antes, ya que ya había participado en el programa. Eso sí, reveló que había hecho algunos cambios.
“Es poco convencional, porque boté paredes, hice cosas, pasaron cosas”, explicó.
Luego mostró su amplia cocina y explicó que “la hizo un amigo, es una cocina tipo industrial, todavía falta parte del proyecto”.
Tras esto, Antonella destacó una gran fotografía en blanco y negro que tenía colgada en una pared. En la postal, se puede ver a la actriz amamantando a su hijo.
“La sacó Nacho Rojas, soy yo y el Manu. Era para un especial Día de la Madre”, explicó la actriz, detallando que era de hace unos años.
Posteriormente, la actriz se detuvo en un mueble que tenía en su casa y mostró todos los adornos que tenía encima. “Esto me lo regalaron, es un sahumerio, me parece que se ve bonito, pero en general no ando prendiendo sahumerios, para que no piensen mal de mi. No soy una bruja”, aseguró.
“Este es mi pequeño altar. Ese perrito que está ahí es el Lupo. El Lupo es un perro que yo tuve hace 15 años y lo tuve que hacer dormir en 2021 y, casualmente, por cosas de la vida, me encontré con la línea genealógica, que eran sus descendientes, son sus sobrinos nietos que los van a conocer ahora. Por ahí andan”, explicó mientras mostraba el retrato de su fallecida mascota.
Ante esto, Antonella presentó a sus dos adorables mascotas: dos perritos que al parecer son de la raza Shiba Inu. Una se llama Rita Lee, por el remedio Ritalin, y Ciro Lee.
Después, en una esquina la actriz mostró el rincón del gimnasio que tenía en su casa. “Principalmente este tema comenzó, todos los sabemos, durante la pandemia, donde uno no podía salir y de repente uno necesita espacio para hacer ejercicio y me conseguí una remadora (...) Por eso el espacio grande, para mover, correr, hacer”, explicó.
Para terminar, Antonella enseñó el comedor de su casa, lugar en el que iba a recibir a los comensales de la noche y que estaba adornado con plantas plásticas, ya que las reales “se le secan”.
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