La acusación de violación a una menor de edad fue el comienzo de la caída en picada del piloto y militar que deshonró a la familia real: “Viejo enfermo”, le gritaron en el velorio de su mamá.
Es la verdadera oveja negra del palacio de Buckingham, el príncipe Andrés de York pasó de héroe militar durante la guerra de las Malvinas a criminal pederasta, en un abrir y cerrar de ojos.
El hombre que dijo ser el hijo favorito de Isabel II -dejando a un costado al actual rey Carlos III - encendió las alarmas en 2019 por una acusación de violación que data de 2001.
Andrés habría violado a Virginia Giuffre, una adolescente traficada por el amigo personal del príncipe, el magnate financiero y agresor sexual Jeffrey Epstein, quien se suicidó en 2019 mientras estaba en la cárcel.
Dos fotografías han servido de pruebas, la primera es donde aparece el príncipe abrazando a la joven. Ella contó entre otras detalles íntimos, que una noche que pasó con Andrés en un club nocturno de Londres, él sudaba demasiado.
Y mientras la prensa lo descarnaba, el duque no hizo más que negarlo, incluso dijo que él no sudaba (lo que provocó que la defensa de Virginia pidiera un examen médico). Pero otra foto que data de 2010, lo pondría en más aprietos.
Se trata de una imagen tomada en Nueva York, donde aparece junto a Jeffrey Epstein, caminando por las calles, imagen reveladora sobre una “amistad criminal”.
Un “viejo enfermo” desterrado de la realeza
Su mamá, la reina de Inglaterra en ese entonces, lo despojó de sus títulos militares y reales a inicios de este año: ya no podía ser llamado como “Su Alteza Real”, jamás.
El príncipe que representa lo peor de los privilegios de los poderosos y la masculinidad tóxica. Un hombre que nunca fue considerado aspirante al trono, muy por el contrario, era ícono de la soltería y se le vinculó con una larga lista de actrices y modelos.
En los 80 fue apodado por la prensa rosa - que lo tenía como carne de cañón- como “Randy Andy” (Andy Lujurioso). En ese momento, su única forma de ganar algo de respeto fue sirviendo como piloto de helicóptero durante la guerra de las Malvinas.
Además de casarse con Sarah Ferguson en 1986 y tener dos hijas. El matrimonio le dio el título de duque de York, pero se divorciaron diez años después en medio de acusaciones de infidelidad.
Un alejamiento por parte de la monarquía que se extendió a la sociedad. Desde el #MeToo -movimiento de 2017 para denunciar la agresión sexual y el acoso- hasta el velorio de su madre, donde fue insultado por un manifestante que le gritó: “Andrés, eres un viejo enfermo”.