La cantante estadounidense debe haber vivido una de sus giras más esperadas al llegar por primera vez a Sudamérica, pero también la más dolorosa. “No imaginé que mi sueño podría convertirse en una pesadilla”, comentó una de las asistentes.
Taylor Swift estaba cerrando el 2023, su año, de una forma en que quizás no imaginó ni en sueños, o pesadillas. La cantante visitó por primera vez Sudamérica y con su gira más importante “The Eras Tour”, un mega espectáculo de tres horas que agotó entradas en cosa de horas.
Sin embargo, los problemas comenzaron una vez pisó tierra argentina. Allí se le vio con un paraguas tapando toda la parte superior de su cuerpo, una clara señal de la incomodidad que sentía por el acoso de la prensa.
Dos dolorosas muertes
Pero eso no era nada en comparación a lo que vendría después. La fuerte lluvia hizo que se pospusiera la segunda fecha en Buenos Aires, dejando a cientos de seguidores llorando porque no tenían estadía, vuelos o incluso permisos de sus trabajos para permanecer más días en el país.
Una vez terminados sus tres shows en Argentina, partió a Brasil en medio de una terrible ola de calor. Ella misma, sobre el escenario lo dio todo pero empapada en sudor. Una imagen preocupante, pero más aún lo fue la muerte de dos personas.
Ana Benevides, de 23 años, falleció luego de asistir al primer concierto. La joven sufrió un golpe de calor y terminó meriendo en un hospital. Mientras que Gabriel Santana Milhomem, de 25 años, viajó desde centro-oeste del país para ver a su ídola, pero fue asesinado a puñaladas en una playa de Copacabana alrededor de las 3 de la madrugada del pasado lunes, después del último concierto., informó Times.
“Reconocemos que podríamos haber tomado algunas acciones alternativas, adicionales a todas las otras que hicimos”, señaló este jueves el CEO de Time For Fun (T4F), Serafim Abreu. “Estamos absolutamente desolados, muy tristes, con la pérdida de la joven Ana Clara”, agregó.
Bajo 41 grados
Pero eso no fue todo, también se reportaron asaltos, y una peligrosa ola de calor que al parecer no fue prevista por la productora, pero que provocó desmayos y el enojo evidente de los asistentes.
Cabe recordar que las temperaturas se elevaron a 41 grados, con un índice de calor de casi 59. Dentro del estadio, los asistentes al concierto se quejaron del calor insoportable y algunos dijeron que les costó trabajo conseguir agua, porque de hecho, al ingresar les quitaron todo, como abanicos, comida y agua.
“No imaginé que mi sueño podría convertirse en una pesadilla”, comentó una de las asistentes a los medios. El espectáculo del sábado se pospuso para la noche del lunes, lo mismo que ocurrió en Argentina, y al igual que el al otro lado de la corrillera, muchos no pudieron permanecer más días en Brasil. Esperemos que vuelva, sí, por los fans, pero también que las condiciones mejoren.