Desde la industria la presencia de alcaldes representa un factor de rating. A diferencia de los parlamentarios, donde las audiencias los vinculan directamente con el aparataje político, los ediles son percibidos como personas cercanas a la comunidad.
Lejos de apagarse está la polémica entre los alcaldes-panelistas de
matinales y la Contraloría. Mientras el ente estatal asegura que la
presencia de los ediles "frivoliza" su función pública, los aludidos se
defienden como gatos de espalda y no tienen la menor intención de
alejarse de las pantallas mañaneras.
En medio del escándalo, los franjeados de la TV toman palco. Es
que ellos abren sus puertas todos los días a los alcaldes y por eso
optan por mantenerse al margen, a la espera de decisiones de
fondo.
Es que el dictamen de la Contraloría es claro y apunta directamente
a aquellas autoridades que pasan sus mañanas en un estudio de TV
y no es sus despachos o en los terrenos donde fueron electos.
"La participación recurrente de alcaldes en programas de radio y
televisión en horario laboral -particularmente en matinales- y la
entrega de información obtenida en ejercicio del cargo por esos
medios, sin adoptar los resguardos y formalidades mínimas,
ademas de frivolizar la función pública, puede implicar distraer
indebidamente tiempo que debe destinase a las labores propias de
la autoridad municipal".
Asimismo, pueden "constituir una sobreutilización de la imagen
personal del alcalde, asignándole un beneficio electoral a quien
sirve dicho cargo publico, en desmedro de la igualdad de
oportunidades del resto de los ciudadanos", señala la Contraloría.
Desde la industria la presencia de alcaldes representa un factor de
rating. A diferencia de los parlamentarios, donde las audiencias los
vinculan directamente con el aparataje político, los ediles son
percibidos como personas cercanas a la comunidad. Ellos le toman
el pulso a los problemas ciudadanos y eso es clave a la hora de
buscar audiencia.
En este plano, existen hijos pródigos del rating. Joaquín Lavín (Las
Condes), Rodolfo Carter (La Florida) y Claudia Pizarro (La Pintana),
entre otros, desfilan por estudios. El que más horas de TV acumula,
eso sí, es el edil de Las Condes, quien un día después del oficio de la
Contraloría optó por un móvil en directo con su casa televisiva,
"Bienvenidos". Para el sheriff de Las Condes "gobernar de alguna
manera es comunicar", según ha dicho… al aire.
En base a esta premisa, las Redes Sociales pueden ser un
interesante soporte. Sobre ellas no está la Contraloría y se logra el
objetivo: audio y video en tiempo real. Pero no. Seguramente los
alcaldes seguirán desafiando las resoluciones de la Contraloría
General de la República y esto se convertirá en una bola de nieve.
La TV es poderosa y es sabido que muchos alcaldes viven, sueñan y
respiran por aparecer en la pantalla. Es el conocido síndrome
polilla: basta un foco de luz para lograr que no se despeguen de él…
a cualquier costo.