Matilda Djerf subió como la espuma en el mundo de las redes sociales, gracias a su personalidad natural y su estilo de chica escandinava, además, su cabello es uno de los más populares de TikTok.

Si embargo, en los últimos días se dieron a conocer fuertes acusaciones de antiguos empleados de su Suecia natal, quienes se presentaron de forma anónima para denunciarla como una jefa con malas prácticas, en su marca de vestuario Djerf Avenue.

La bloguera de moda y empresaria, fue acusada de instaurar un reino de “terror psicológico”. Dicen que acosaba a los empleados, llamó “gorda” a una modelo, y habría exigido a una empleada que limpiara su baño personal, informó revista Glamour. La noticia fue revelada por el diario Aftonbladet.

¿Quién es Matilda Djerf?

Matilda tiene 27 años, y es una influencer sueca con más de 4,5 millones de seguidores en TikTok e Instagram. Se hizo popular por su estilo minimalista y elegante, y su icónica melena rubia con volumen. De hecho, su cabello es imitado por chicas que incluso van a Suecia a cortárselo.

En 2019, fundó su línea de moda llamada Djerf Avenue junto con su pololo Rasmus Johansson, donde vende prendas básicas en colores neutros, además de otros productos.

Ha tenido un par de tiendas temporales en lugares como Estocolmo, Londres y Nueva York; y suele compartir con la gente que la visita, mostrándose muy amable todo el tiempo.

Por eso el artículo que contiene denuncias de 11 empleados y ex empleados de Djerf, ha llamado tanto la atención.

¿Qué pasó con Matilda Djerf?

En el artículo y el video (en el que las presuntas víctimas cuentan sus historias resguardando su identidad), una de las empleada afirmó que la creadora de contenido designó un baño en la oficina para su uso exclusivo y de sus empleados “favoritos”, poniendo un cartel en la puerta que decía “¡Por favor, no lo use!”. Cuando el cartel se cayó, una empleada -que no era de limpieza- tuvo que limpiarlo porque lo había usado una persona no autorizada.

A la propia Matilda y Pernilla Bonny, vocera de la empresa, les preguntaron si era “razonable” esta medida, a lo que Bonny dijo que “obviamente” no lo era y que trabajarían para rectificarlo.

La mujer también defendió el derecho de Djerf a tener su propio inodoro diciendo que era para “mantenerse sana”, pero dijo que el uso del mismo por parte de “sus favoritos” terminaría.

Otros empleados acusaron a Djerf de insultar y actuar de forma condescendiente con sus trabajadoras, quienes estallaban en lágrimas regularmente. “Nunca he tenido tanto miedo de una persona en toda mi vida”, dijo una.

Otra persona contó que Matilda vio fotografías de una modelo de talla grande y que no quería usarlas porque la mujer parecía “muy gorda”. Bonny insistió al diario que: “si hay empleados que sienten que no estamos a la altura de nuestros valores, es algo en lo que tenemos que trabajar”.

Por su parte, Matilda declaró: “Tomo muy en serio las críticas que han surgido y quiero dejar claro que un entorno de trabajo seguro y respetuoso es fundamental para mí”.

“Si algún miembro del personal se ha sentido maltratado o mal preparado para su función debido a mis acciones, es algo por lo que me arrepiento de todo corazón y pido disculpas. Nunca fue mi intención contribuir a un entorno de trabajo que afecte negativamente a nadie y lamento que haya empleados que hayan tenido este tipo de experiencias”, señaló.