La ganadora que parece una reencarnación en carne y hueso de la icónica muñeca de Mattel, viene de un entorno familiar disfuncional, y se ha enfocado en promover la salud mental y los derechos de los animales.
Pese al dolor que significó para los chilenos el que Emilia Dides no quedara ni siquiera entre las 5 finalistas, hay que reconocer que Victoria Kjaer, la nueva Miss Universo, fue una gran contrincante.
La noche del pasado sábado 16 de noviembre, se llevó a cabo la ceremonia de coronación en Ciudad de México, donde la joven danesa se convirtió en la triunfadora. Con 21 años, destacó no solo por su belleza hegemónica estilo Barbie -de hecho se ganó ese apodo-, sino también por una historia de resiliencia que llegó a millones de corazones.
Victoria logró superar a 83 competidoras brillando por su autenticidad, preparación y un inspirador mensaje: “No importa de dónde vengas, no importa el pasado; eso no va a definir quién soy. Estoy aquí porque quiero cambiar, quiero hacer historia, así que jamás se rindan, siempre crean en sus sueños”, dijo a los jueves en la ronda de preguntas finales.
Desde los 5 años, ha participado en diversos certámenes de belleza, y paralelamente se formaba como bailarina. Estuvo en competencias como Miss Grand International, donde alcanzó el top 20.
Entorno familiar problemático y su historia de superación
Y no solo deslumbró por parecer una reencarnación en carne y hueso de la icónica muñeca de Mattel, luciendo perfecta de pies a cabeza, sino también por su calidez humana y valores. Su carisma y habilidad para conectar con la audiencia la posicionaron rápidamente entre las favoritas.
Es empresaria y se tituló en Negocios y Marketing, es activista por los derechos de los animales y voluntaria en un refugio animal, también colabora con una asociación deportiva en su localidad.
Tiene 774 mil seguidores en Instagram y usa su influencia para promover causas relacionadas con el bienestar animal y la salud mental, esto último es importante para ella porque tuvo un entorno familiar problemático, así como experiencias traumáticas.
“Vengo de un entorno muy problemático, una familia disfuncional con muchos adictos. Mi mensaje es: siempre hay un nuevo día mañana. No dejes que tu pasado defina quién eres o quién quieres ser”, declaró.
Tras el triunfo, Victoria no solo se lleva el título de la mujer más hermosa del universo, sino la responsabilidad de representar valores como altruismo y superación, porque la belleza va más allá de lo físico, es también la capacidad de transformar el dolor en inspiración.