Por aquel entonces, en 2009, ambos conducían el Buenos Días a Todos, pero a ella le llegó una suculenta oferta de otro canal.
Corría el segundo semestre del 2009, periodo en que Raquel Argandoña estaba a cargo de la conducción del Buenos días a todos en TVN junto a Felipe Camiroaga, tiempos en que el matinal lideraba la sintonía.
Sin embargo, por aquel entonces, le llegó una oferta difícil de rechazar para conducir el reality 1810, protagonizado por figuras como Gabriel Mendoza, Gonzalo Egas y Angélica Sepúlveda, y que se estrenaría en enero el de año siguiente.
“Como hacíamos tan buena dupla con Felipe Camiroaga, lo único que querían era desarmar la dupla para que el matinal de Canal 13 subiera”, recordó ella en Zona de Estrellas (Zona Latina), según consignó Mira Lo Que Hizo.
Según relató, económicamente la propuesta superaba cinco veces lo que ganaba en el canal público, por lo que se enfrentó a una decisión complicada. Poco antes, había pedido un aumento de sueldos en 500 lucas, pero TVN rechazó la petición.
Igual hizo un último intento en su casa televisiva de aquel momento, pero tampoco le resultó: “Me dijeron que no”.
Frente eso, todo indicaba que su partida al 13 era inminente, aunque no se sentía segura. Y al respectó habló con su compañero de animación, Camiroaga, quien le dijo algo así como: “Pucha, me da lata te vayas, pero ¿sabes qué?, es buena onda esta cuestión del reality”.
El gran consejo
Ya con la decisión tomada, en octubre, habló con Mauricio Correa, director del matinal, a quien le dijo: ”Me voy, voy a cumplir el contrato hasta el 30 de diciembre y desde el 1 de enero estoy en Canal 13, pero no te preocupes que yo voy a cumplir mi contrato”.
Pero a Correa no le habría parecido tan buena idea. “¡Pero tú estás loca!”, recordó ella sobre las palabras del ejecutivo. “Agarra tu carterita y te vas de aquí, te vas inmediatamente de este canal”, porque “no te voy a dar pantalla para el otro canal”.
Después, previo a su partida, en una nueva conversación con Camiroaga, él le dio un nuevo consejo de tipo económico para agregar como cláusula en su contrato: cada vez que ella mencionara el nombre de una marca auspiciadora, debían pagarle.
“Felipe era un mago para las lucas”, expresó ella a más de una década de aquel diálogo. “Gracias, Felipe, además buen compañero porque otro no te lo dice”.
“Gané lo que nunca en la vida”, confesó ella, dejando en evidencia que el consejo le dio grandes resultados.