Entonces, ¿qué hacer? Suspender. Mi opinión es que una marca potente y respetada tiene que ser emitida en momentos donde pueda competir con todas sus armas y no a medias como hoy. "Bailando por un sueño" debe ser uno de los estelares de mejor y más acabada factura que haya pasado por la TV chilena.
Mirar los problemas en pespectiva ayuda a tomar mejores decisiones. Ese es el mejor consejo que le puedo dar a Canal 13 hoy, cuando se discute si es recomendable mantener al aire el estelar "Bailando por un sueño". Por la vereda de quienes apelan por mantener el programa a pesar de la coyuntura –la pandemia a causa del Coronavirus- destaca la necesidad de las audiencias por entretención. Sobre todo por estos días cuando la autoridad pide mantenerse en la casa y evitar el contagio.
Por otro lado, destaca la opinión de quienes aseguran que la TV tiene una responsabilidad social y es necesario reformular la programación para emitir espacios que contribuyan a la educación y la responsabilidad. Aún más, hacer un programa en vivo requiere tener en un espacio cerrado a decenas de personas –aunque se emita sin público- lo que es, innegablemente, un foco complejo dada la advertencia sobre la transmisión viral.
Entonces, ¿qué hacer? Suspender. Mi opinión es que una marca potente y respetada tiene que ser emitida en momentos donde pueda competir con todas sus armas y no a medias como hoy. "Bailando por un sueño" debe ser uno de los estelares de mejor y más acabada factura que haya pasado por la TV chilena. Su par argentino logra remecer el rating dado que combina arte con farándula. Un formato descarnado, a ratos, que se ha convertido en favorito allende Los Andes.
Es que el desarrollo normal del programa conducido por Martín Cárcamo, se ve notablemente afectado. Ver en el jurado a la médico Carolina Herrera (panelista de Bienvenidos) dando consejos de cómo evitar el Covid-19 resulta, por lo menos, extraño. Se entiende el contexto, pero quienes seguimos el formato desde su país natal aún no entendemos por qué continuar. Para colmo de males, el jurado Anibal Pachano, portador de VIH, se ha visto obligado a hacer su tarea desde su habitación en un hotel. Esto genera dudas y las lógicas dudas sobre qué es mejor: parar o seguir… pese a todo.
Si bien es cierto hay compromisos comerciales de por medio –dineros millonarios de auspiciadores que han apostado por la marca- hay momentos donde hay que poner en la balanza la situación actual y determinar, con la mano en el corazón, que es mejor detener el tren antes que sea demasiado tarde.
