Fue comediante, abogado y exdirector del Registro Electoral. Fue parte del elenco del icónico programa de humor Jappening con Ja, hizo reír con su “minuto de confianza” y también hizo dupla con Julio Jung en “Mediomundo”. Falleció tras un complejo problema al corazón, pero incluso en medio de sus delicados momentos de salud no perdió su característico humor.
“Si no digo huevadas cuando me estoy muriendo, ¿cuándo las digo?”. A pesar de los complejos momentos de salud que estaba enfrentando, el comediante Andrés Rillón nunca perdió su característico sentido del humor y tan solo unos días antes de fallecer publicó este hilarante mensaje en su cuenta de Twitter.
Comediante, abogado y actor, Andrés Rillón fue un icono de la comedia chilena, siendo recordado por su paso por los programas Jappening con Ja y Mediomundo, donde logró sacar carcajadas con su humor absurdo e improvisado.
Nacido el 27 de diciembre de 1929 en Viña del Mar, se tituló de abogado, pero se dedicó al teatro y la televisión. Fue crítico de televisión durante diez años, dirigió obras, estudió cine. Fue parte del Teatro Ictus e incluso rostro de cecinas. Durante su vida, Rillón hizo casi de todo.
Antes de llegar a la pantalla chica, estudió Derecho en la Universidad de Chile. En una conversación en El Mercurio, el actor confesó que dejó la carrera ocho veces, pero se tituló en 1963. Tan solo dos años después, Rillón fue nombrado director del Registro Electoral del país, cargo en el que se mantuvo hasta 1977.
Según consignó Emol, fue despedido de la institución luego de proponer a la dictadura de Augusto Pinochet que publicara un libro recopilatorio de los logros sociales de los militares. Pero rechazó la propuesta de realizarlo él mismo.
Rillón estudió cine en la Universidad Católica, desarrollando su amor por el teatro y el séptimo arte. En la década de los ‘70, el actor Jaime Celedón lo invitó a ser parte de la compañía teatral Ictus, como asistente de dirección.
Según relató Julio Jung en el matinal Bienvenidos, Rillón y Celedón se conocieron en un café en el centro de la capital. “Antiguamente, estaba el Café Santos en el centro, todo el mundo pasaba en el centro (...) En ese café era una mesa larga, se juntaba la gente más variopinta de este país. Sergio Livingston, Julio Martinez, Andrés Rillón y Jaime Celedón (...) Al final de (leer) el diario, empezaba la conversación, de fútbol, de política, de todo. Y a Celedón le parecía muy divertido Andrés Rillón con sus ocurrencias. Y le dijo ‘¿Por qué no te vas al Ictus?’. Él que descubrió a Rillón fue Celedón. No solo fue asistente, sino que dirigió dos obras en el teatro Ictus y luego fue uno de los creativos en el programa de humor La Manivela”, recordó el actor.
Fue así que llegó a la televisión, siendo parte del recordado programa humorístico La Manivela, protagonizado por los rostros de la compañía, como Nissim Sharim, María Elena Duvauchelle y Julio Jung. Eso sí, Rillón aún se mantenía detrás de las cámaras.
En esa época, el actor también fue crítico de El Mercurio, La Segunda y de la revista Qué Pasa.
El gran salto llegó en 1983, al unirse al elenco del Jappening con Ja. Fue en el icónico programa de humor de TVN que Andrés Rillón popularizó uno de sus personajes más recordados: Don Pío.
En el famoso sketch de “La Oficina”, en el Jorge Pedreros interpretaba a “Evaristo Espina”, Eduardo Ravani al “Señor Zañartú” y Fernando Alarcón al querido “Ricardo Canitrot”, Rillón se sumó con su personaje, el jefe buena onda que inventó el “minuto de confianza” y que estaba enamorado de Gertrudis (Gloria Benavides).
En una conversación con La Tercera, Eduardo Ravani recordó que “cuando lo invitamos a participar en el programa y él no quería, pero lo presionamos, y terminó convirtiéndose en un éxito bastante importante. Él hacía un humor distinto, creativo, elaborado”.
“Una de sus grandes características como comediante es que no se sometía a libreto alguno, porque él era un improvisador”, complementó Fernando Alarcón. “Y para poder hacer su humor, necesitaba gente que pudiera seguirlo en sus locuras. Era un loco genial, y nunca sabías si te estaba hablando en serio o no”, añadió el actor.
En 1989, Andrés Rillón se cambió de casa televisiva y se sumó al programa Mediomundo de Canal 13, donde hizo dupla con su gran amigo, Julio Jung. Fue en ese espacio, en el que compartió con otras grandes figuras nacionales como Gloria Münchmeyer, Coco Legrand, Pato Torres, y el fallecido Rodolfo Bravo, que el actor potenció la comedia de lo absurdo.
Julio contó a La Tercera que con su compañero “nunca perdimos un texto: no había un texto, era todo improvisación. Esa era la mayor muestra de su talento, absolutamente”.
En esa misma línea, afirmó que “gracias a él la televisión chilena se abrió a un nuevo tipo de humor. No solamente lo que hizo en Mediomundo ni al principio en la creatividad de La Manivela, sino que se abrió a un personaje. Andrés era un personaje”.
En la década de los ‘90, Rillón protagonizó algunos spot de televisión y fue protagonista del recordado comercial para la marca de cecinas “Winter”.
Pero Rillón no solo participó en la pantalla chica, sino que también llegó al cine. En el año 2005 fue parte de la película “El rey de San Gregorio” de Alfonso Gacitúa. Y ya en 2014, se sumó al elenco de la comedia “Héroes: el asilo contra la opresión”, siendo uno de sus últimos roles.
Durante su vida, el actor tuvo seis hijos y estuvo casado con la educadora María Elvira Reyes durante 59 años hasta su muerte en 2017.
En una conversación con la Revista Sábado, su viuda reveló que el comediante “nació hipocondríaco el pobre, y toda su vida fue así”. “Toda su vida vivió con miedo el pobre. Tenía miedo a todo. A morir de cáncer, a enfermarse y no tener un médico cerca”, relató Reyes.
Su esposa recordó que el comediante no fue al matrimonio de ninguno de sus hijos ni tampoco al funeral de sus padres. También confesó que su autobiografía molestó a algunos de sus retoños, pero él explicó que había sido sanador. “Él era un ser atormentado”, expresó María Elvira.
Su hermano, Sergio Rillón, fue Subsecretario General de Gobierno durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Problemas de salud
A finales del 2016, Andrés Rillón estuvo hospitalizado durante una semana en el hospital Clínico de la Universidad Católica tras sufrir problemas cardíacos, lo que causó preocupación por su estado de salud.
El actor le aseguró a Las Últimas Noticias que “tengo a la vista una operación. Tienen que operarme, si no se adelantan las festividades funerarias”.
Por su lado, la esposa del comediante explicó que desde “hace muchos años que Andrés tiene un problema al corazón. Tiene una aorta que se hincha, es como una válvula más grande que otra y eso hay que operarlo”.
Sin embargo, Rillón confesó al diario que “no tengo miedo a la muerte en absoluto y no lo puedo tener, ni nadie, cuando en 7 días más cumplo 87. Sería una estupidez”.
Debido a este complejo problema de salud, el actor necesitaba una prótesis vascular. El tratamiento costaba unos 20 millones, por lo que su amigo Julio Jung estaba buscando gestionar un evento beneficiario para poder pagarlo. Y también estaban organizando un homenaje al comediante.
Pero el 5 de enero del 2017 se confirmó la muerte de Andrés Rillón, Había cumplido los 87 años nueve días antes.
“Murió tranquilamente. Fue un paro cardiorrespiratorio, alterando una operación que al final no pudo ser factible. Le iban a reemplazar una válvula en el corazón, no se podía hacer a corazón abierto, entonces esta válvula había que encargarla a los Estados Unidos. Nosotros le estábamos preparando un homenaje en el Teatro Oriente para el 26″, expresó Jung a La Tercera.
En esa misma línea, el actor contó que “en el último tiempo no lo veía tan constantemente, pero hablaba siempre con él. Hablé con él hoy en la mañana, ayer… estaba enterado de todo lo que le pasaba porque se aproximaba el homenaje que le íbamos a hacer”.
Finalmente, el mundo de la comedia se despidió de uno de sus iconos, siendo recordado por sus hilarantes personajes y su humor que quedó reflejado en el que fue su último tuit.