Malú Gatica fue una reconocida actriz y cantante chilena, fue una icónica figura en la historia del cine chileno y es la primera chilena en llegar a Hollywood.

Con una extensa carrera en el cine, el teatro y la televisión, la actriz traspasó las fronteras y se presentó en distintos países como Argentina, México, Brasil y Estados Unidos. No solo triunfó en la pantalla grande, sino que también fue parte de destacadas teleseries nacionales.

María Luz Gatica Boisier nació en Purén, provincia de Malleco, el 15 de enero de 1922. Junto a su familia se radicó en Nueva York, Estados Unidos, a los 7 años, por compromisos laborales de su padre, Roberto Gatica, con la radio National Broadcasting Company (NBC).

Fue a los 16 años que Malú debutó como cantante, luego de que su padre le consiguiera una audición en la NBC. Tras escucharla, la contrataron por un año, consignó la Enciclopedia de Mujeres en el Arte. En 1939, conoció a Los Cuatro Huasos en la Feria Mundial de Nueva York, donde le enseñaron varias tonadas chilenas.

Si bien quiso estudiar teatro, incluso postuló a la Academia de Arte Dramático de Carnegie Hall, pero debido a la negativa de su padre regresó a Chile, donde dio inicio a su carrera en el cine y en la música.

Al volver al país, recibió una oferta para Radio Agricultura y allí comenzó a cantar junto a la orquesta de Vicente Bianchi.

El productor chileno Pablo Petrowitsch escuchó el programa y le ofreció ser parte de la película “Verdejo gasta un millón” (1941) del italiano Eugenio de Liguoro, su primer papel en el cine nacional. Luego, actuó en “Verdejo gobierna en villaflor” (1942), del mismo director.

En 1943, el reconocido actor y director estadounidense Orson Welles visitó Santiago durante una gira que lo llevó a distintos países de Latinoamérica. En aquella ocasión, Welles conoció a Malú Gatica y se quedó en la casa de la actriz. Durante su visita, Orson junto a Malú acudieron a una obra de teatro, en donde actuó Ana González.

En esta época, la actriz se trasladó hasta Argentina. En el país vecino participó en dos películas: “Siete mujeres” (1943) de Benito Perojo y “Se abre el abismo” (1944) de Pierre Chenal. A su vez, trabajó en teatro comedia musical junto a Chenal y Silvia Legrand. Paralelamente, Malú estudió en el Conservatorio de Música y Arte Escénico Cunill Cabanellas en Buenos Aires.

En 1944, Malú Gatica recibió un llamado para reemplazar a una actriz en el casino de Copacabana, consignó Chilenovelas. Gracias a su celebrada presentación, la chilena se estableció en Río de Janeiro y ejerció durante tres meses.

Posteriormente, la actriz partió a México donde fue parte de varias películas y trabajó en el teatro bajó la dirección de la actriz francesa Madeleine Ozeray, en el Teatro Bellas Artes, consignó el diario La Época.

En esa época, Malú trabajó con reconocidos cineastas y fue parte de cintas como “Ocho hombres y una mujer” (1946) de Julián Soler, “Amar es vivir” (1946) de Juan José Ortega, “Todo un caballero” (1947) de Miguel M. Delgado y “Los que volvieron” (1948) de Alejandro Galindo, entre otras.

Fue en México que Malú Gatica conoció a Eugene Fell, un agregado militar de Estados Unidos con quien se casó y tuvo a su único hijo, León. Junto a él, se mudó a Kansas, pero el matrimonio no funcionó. Tras el divorcio, la actriz perdió la tuición de su retoño.

En el programa “Humanamente Hablando”, la actriz confesó que “el divorcio fue bastante peleado y su abuela paterna me lo quito (…) no tenía dinero para pelear con el bufete de cuatro abogados que tenían ellos”, consignó la Enciclopedia de Mujeres en el Arte.

A comienzos de la década de los 50, la actriz volvió al cine y participó en tres largometrajes rodados en Hollywood. “Target Unknown” (Prisionero de guerra) (1951) de George Sherman, “The lady and the bandit” (1951) de Ralph Murphy y “Captain Pirate” (1951), también de Murphy.

Tras el fin de su matrimonio, Malú se refugió en su trabajo. Regresó a su país natal y trabajó junto a Miguel Frank en el Atelier y el Petit Rex. Después partió a Europa y cantó en boites en París y Madrid. En Chile, actuó en la comedia musical y fue parte de la película “El gran circo Chamorro” (1955) de José Bohr.

Durante su carrera, la actriz participó en 51 obras de teatro, 24 telenovelas y 16 películas de cine, tanto en Chile como en otros países. Publicó dos libros, “Memorias para olvidar” y “Lo que el tiempo se llevó”, al momento de su muerte se encontraba trabajando en un tercer texto.

En las teleseries chilenas, Malú Gatica también contó con destacados roles. En “La represa” (1983) interpretó a “Misiá Felisa Echenique”, mientras que en “La Torre 10″ personificó a “Malva del Río”.

La actriz fue parte de algunas recordadas telenovelas como “La Quintrala” (1986), “Semidiós” (1988), “Volver a empezar” (1991), “Marrón glacé” (1993), “Top Secret” (1994), “Amor a domicilio” (1995), “Marrón glacé, el regreso” (1996), entre otras.

En 1988, la actriz fue diagnosticada con un cáncer gástrico. En un principio, le dieron tan solo 6 meses de vida, pero gracias a operaciones y quimioterapia, logró vencer la compleja enfermedad y continuó trabajando en la televisión.

“Al principio no me asustó la idea de morir. Pensaba que uno debe vivir mientras se es útil. Pero todo cambió cuando volví de la operación y a mi lado me encontré con el rostro de mi hijo, que había corrido a mi lado, me dije: tengo que seguir viendo esa carita un tiempito más que sea”, expresó la actriz, según consignó la Enciclopedia de Mujeres en el Arte.

Luego de vivir durante años con la pena de perder a su hijo, en 1979, Malú Gatica vivió una especial sorpresa. Su hijo León, que por ese entonces ya tenía más de 30 años, reapareció en su vida. Su padre había enfermado y le contó la verdad sobre su madre, por lo que ese año se pudieron reencontrar.

El 10 de agosto de 1997, murió Malú Gatica a los 75 años en su residencia, debido al cáncer que la acompañó por casi una década.

Gracias a su destacada trayectoria, la actriz recibió múltiples reconocimientos en vida. En 1987, recibió el Laurel de Oro Figura Prominente. En 1991, el Premio a la Trayectoria APES. En 1995, recibió la Orden al Mérito Gabriela Mistral, otorgada por el Ministerio de Educación, por su exitosa carrera en el cine, teatro, televisión, tanto en Chile como en el extranjero.

Malú Gatica no solo destacó gracias a su belleza, sino que también se abrió camino en el mundo de las artes escénicas gracias a su talento desde joven. No solo abrió puertas, sino que también inspiró a toda una generación de actores.

Fue velada en la parroquia Santa María de Las Condes, donde sus familiares, amigos y cercanos le dieron el último adiós. Según Chilenovelas, su último deseo fue que sus cenizas fueran esparcidas por la plaza de su pueblo natal o en el Fortín, campo que perteneció a sus abuelos. Su hijo León cumplió su deseo.